La cosechadora.
En la fotografía vemos la New Holland- Tipo TX 62, con orednador a bordo que te permite cosechar con toda comodidad y fresquito com si estuvieses en la oficina. Te indicará el lugar exacto en donde se te haya producido una avería, si llegara el caso; pero "le panne" la tiene que arreglar el mecánico. Todavía no lo hace ella misma.
La mecánica nos ha traído tal cantidad de mejoras, que cada día vemos inventos nuevos que nos dejan con la boca abierta. Al acoplar un potente motor que pueda arrastrar por los campos todas las máquinas juntas, ya tenemos la cosechadora. Porque la cosechadora es una máquina de segar, una máquina de trillar, una máquina de ablentar y es un silo andante, todo en uno, que encima lleva nevera y aire acondicionado. ¿Quién da más…? Se acabaron para siempre los madrugones, la hoz, el zamarro, el manguito, la zoqueta, el dedil, el garrotillo, el sombreo, el botijo, las mulas, las acarreadoras, las eras, los pajares, las horcas, las sogas, los sacos, las talegas, las anganillas, las jalmas, los atarres…En una palabra: La miseria.
Creo que los conductores que se atreven a llevar esas enormes máquinas por caminos a veces estrechos, por cuestas casi siempre preocupantes, saltando ribazos impresionantes y a menudo cruzando acequias, tienen que sentirse como los reyes del campo. Igual que aquel tuareg que atraviesa el desierto montado en la joroba de su dromedario, contemplando desde allá arriba, la infinidad de un desierto sin límites.
Encima sin tener que madrugar lo más mínimo, que era la preocupación de todo aquel agostero que subía de los pueblos próximos de Aragón a servir y al que le privaban de dormir las horas necesarias para la salud. ¡Qué largos se le hacían aquellos cuatro meses en los que solo un par de días podría ir a visitar a su familia y nada más dormiría cinco horas como máximo, por jornada!. En cambio ahora se acabó dormir en la cuadra, cerca de los animales, los cuales recibían a veces mejor trato que las personas. En cuatro días todo hecho y a descansar y esperar que llueva para comenzar un nuevo ciclo en el campo.
Un abrazo.
En la fotografía vemos la New Holland- Tipo TX 62, con orednador a bordo que te permite cosechar con toda comodidad y fresquito com si estuvieses en la oficina. Te indicará el lugar exacto en donde se te haya producido una avería, si llegara el caso; pero "le panne" la tiene que arreglar el mecánico. Todavía no lo hace ella misma.
La mecánica nos ha traído tal cantidad de mejoras, que cada día vemos inventos nuevos que nos dejan con la boca abierta. Al acoplar un potente motor que pueda arrastrar por los campos todas las máquinas juntas, ya tenemos la cosechadora. Porque la cosechadora es una máquina de segar, una máquina de trillar, una máquina de ablentar y es un silo andante, todo en uno, que encima lleva nevera y aire acondicionado. ¿Quién da más…? Se acabaron para siempre los madrugones, la hoz, el zamarro, el manguito, la zoqueta, el dedil, el garrotillo, el sombreo, el botijo, las mulas, las acarreadoras, las eras, los pajares, las horcas, las sogas, los sacos, las talegas, las anganillas, las jalmas, los atarres…En una palabra: La miseria.
Creo que los conductores que se atreven a llevar esas enormes máquinas por caminos a veces estrechos, por cuestas casi siempre preocupantes, saltando ribazos impresionantes y a menudo cruzando acequias, tienen que sentirse como los reyes del campo. Igual que aquel tuareg que atraviesa el desierto montado en la joroba de su dromedario, contemplando desde allá arriba, la infinidad de un desierto sin límites.
Encima sin tener que madrugar lo más mínimo, que era la preocupación de todo aquel agostero que subía de los pueblos próximos de Aragón a servir y al que le privaban de dormir las horas necesarias para la salud. ¡Qué largos se le hacían aquellos cuatro meses en los que solo un par de días podría ir a visitar a su familia y nada más dormiría cinco horas como máximo, por jornada!. En cambio ahora se acabó dormir en la cuadra, cerca de los animales, los cuales recibían a veces mejor trato que las personas. En cuatro días todo hecho y a descansar y esperar que llueva para comenzar un nuevo ciclo en el campo.
Un abrazo.