DEZA: La Iglesia católica, aterrorizada por las matanzas...

La Iglesia católica, aterrorizada por las matanzas de la Guerra Civil, bendijo a ésta como una Cruzada frente al materialismo y a Franco como al hombre escogido por la Divina Providencia para salvar a España del comunismo ateo. Apoyó la dictadura de Franco, legitimándolo ideológicamente ante las masas ("Caudillo de España por la gracia de Dios"). Triunfaba una visión integrista del catolicismo: el nacionalcatolicismo. La Iglesia obtenía enormes privilegios. La religión católica era la oficial y el matrimonio civil, el divorcio y el aborto quedaron prohibidos. Se subvencionaba al clero. La participación en los actos litúrgicos católicos (misas, bodas, procesiones etc) era obligatoria prácticamente para los españoles.

La Iglesia controlaba prensa y enseñanza: la religión católica era obligatoria en las escuelas, los libros de texto eran censurados y las órdenes religiosas tenían grandes facilidades para montar centros de enseñanza. Franco tenía derecho a presentar obispos ante el Vaticano y obtenía honores simbólicos (entrar bajo palio a las iglesias). Las relaciones entre el Gobierno y la Santa Sede se regularon en el Concordato de 1953. Desde los años 50, intelectuales católicos, en contacto con corrientes europeas, intentaron un catolicismo liberal y en los suburbios de las grandes ciudades los curas-obreros hacían suyas las reivindicaciones obreras creando dos organizaciones: la HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica) y la JOC (Juventud Obrera Católica). En los años 60, el Concilio Vaticano II (1962-1965) convocado por Juan XXIII, abrió la Iglesia al diálogo con las nuevas corrientes de pensamiento. Muchos curas y jóvenes católicos participaron en movimientos antifranquistas, especialmente en Cataluña y Pais Vasco. El papa Pablo VI, opuesto a una alianza con el franquismo, consiguió nombrar nuevos obispos críticos, entre los que destacó el cardenal Vicente Enrique Tarancón. En 1973 los obispos pidieron la revisión del Concordato y el respeto a la pluralidad política e ideológica.

Un abrazo, amigos de Deza