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DEZA: A ver quien le pone el cascabel del gato....

Buenos días Deza y amigos del foro: Un gato viajero.

Un gato de nombre Charles (no sabemos las vidas que se jugaría en su hazaña) se paseó más de 2.000 kilómetros desde su hogar en Nuevo México a Chicago, donde fue pillado por un animal abandonado y sin dueño.

Al gato Charles le perdonaron la vida (ya sería quizá la última) en el Centro para el Control y Cuidado de los Animales de Chicago al serle encontrado un microchip entre los omóplatos que permitió a los funcionarios municipales ponerse en contacto con su dueña, señora Robin Alex de Albuquerque.
La señora Alex se emocionó y alegró al saber que Charles había sido encontrado aunque no podía costearse el billete aéreo de ida y vuelta a Chicago para recoger al felino, por lo que temió que terminaría sacrificado.
Sin embargo, otra residente de Albuquerque, la señora Lucien Sims le solucionó el problema. Se disponía a viajar a Chicago este jueves para asistir a una boda y prometió acudir al centro municipal, recoger a Charles y traerlo de regreso a Nuevo México.

Un abrazo.

La gata convertida en mujer

Tanto quería a una gata muy bella cierto joven, que pidió a Venus la convirtiese en mujer y accediendo la diosa la transformó en una hermosa y elegante doncella.

Casose con ella el mancebo, y queriendo Venus probar si habiendo cambiado su forma se habían cambiado también como era de suponer, sus costumbres, hizo que apareciese un ratón delante de la novia, que tan pronto como lo vio en medio de la sala, se olvidó de su nueva figura y se lanzó detrás de él para cogerle. Indignada, la diosa volvió a la transformada gata a su forma primitiva.

un abrazo.

El Gato y los gorriones

Un gato y un gorrión trabaron estrecha amistad desde su más tierna infancia. Algunas veces, no obstante, incomodábase el segundo con el primero, pero el gato se limitaba a enseñar las uñas y el asunto no tenía otras consecuencias.

Ocurrió cierto día que el Gorrión trabó conocimiento con otro individuo de su especie. Y como ambos eran de carácter pendenciero, se acaloraron una vez y se batieron encarnizadamente. El amigo del Gato llevó la peor parte en aquella lucha, y ciego de cólera, rogó a su antiguo amigo que le vengaze. Hízolo así el Gato, echando la zarpa al Gorrión victorioso y engulléndoselo de dos bocados. Mas sucedió que al probar la carne de pajarillo, que olvidando por un momento los lazos y afectos de la infancia, se engulló seguidamente al gorrión amigo.

Parece que en esta fábula tieene moraleja, así que cada lector puede sacar la conclusión que quiera, pero sería bueno pensar que:

A veces es mejor no despertar algunos instintos que llevamos dentro.

Otra versión dice:

En cuestiones de familia no debe pedirse - a ser posible- la intervención de los extraños.

Un abrazo.

A ver quien le pone el cascabel del gato.

Se dice que había en cierta casa un Gato tan activo y vigilante que no dejaba ni un momento de tranquilidad a los ratones. Y viendo éstos que su número disminuía considerablemente, resolvieron reunirse en asamblea, con el fin de hallar solución al difícil caso.

Después de haberse discutido y desechado varios proyectos, habló un Ratón menudo y presuntuoso, y dijo que el gato hacía tantos estragos entre los ratones porque debido a la blandura de sus patas no se le oía llegar.

- Yo creo -agregó- que si le pusiéramos un cascabel al cuello, éste nos avisaría su aproximación, y tendríamos tiempo de ocultarnos. Con tan sencillo expediente nos burlaríamos del Gato.

Una salva de aplausos cubrió la voz del reformista, que ufano volvió a sentarse lleno de orgullo. Pero un ratón sesudo, que hasta entonces no había hecho más que oír y callar, tomó la palabra y dijo con voz grave:

- Amigos míos, ese proyecto me parece magnífico, pero ahora yo pregunto ¿quién va a encargarse de ponerle el cascabel al Gato?

Una cosa es la teoría y otra la práctica.

Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
El gato y el ratón joven

Un ratoncillo sin experiencia, que había caído en poder de un gato viejo, imploraba la clemencia de éste entre otras cosas:

- ¡Perdomadme la vida por esta vez! Yo no puedo hacer daño alguno, puesto que con poca cosa me alimento. Esperad a que engorde y entonces podré servir de merienda a vuestros hijos.

- ¡A mí me vienes con esas patrañas! - exclamó Micifuz- ¿No ves que soy ya gato viejo? Por mi parte, yo no te voy a perdonar. Y en cuanto a mis hijos, ya buscarán ... (ver texto completo)