Buenos días Deza y amigos del foro: Hoy día del evangelista San Marcos, quiero felicitar a un compañero de estudios llamado Marcos Casalengua, residente en Madrid y dejo para Marcelino que nos explique el santoral del día, tan bien como lo hace siempre.
En Deza no sé si queda algún Marcos. Recuedo a mi vecino, el del tio Fidencio, al Marcos del tio Virgilio y al tio Marcos "el matanpierres" un hombre con muy malas pulgas, que vivía cercano a la escuela de párvulos, en la calle de la Erilla.
A mi vecino Marcos, buen corredor de "pollos", le cantaban los chicos de mi barrio, la siguiente copla: "Marcos y Clemente se fueron a la fuente; Marcos se cayó, Clemente lo levantó". Clemente era su hermano mayor.
Las corridas de "pollos" eran unas carreras que se hacían para la Fiesta Mayor y que consistían en recorrer tres o cuatro kilómetros y cuyo premio era un par de pollos vivos. Cuando yo era chico se empezaron a ver correr a los mozos con calzoncillos. Cuando llegaban sudados los tapaban con mantas para que no se resfriaran. Una vez, llegó uno y se metió debajo del chorro de la cascada de los molinos y decía la gente: Ese las palmará. Como vieron que era beneficioso, en años sucesivos todos iban derechos a ducharse a la cascada y ya desde entonces se desecharon las mantas. ¿Sería en nuestro pueblo en donde se descubrió la ducha deprotiva...?
Un abrazo.
En Deza no sé si queda algún Marcos. Recuedo a mi vecino, el del tio Fidencio, al Marcos del tio Virgilio y al tio Marcos "el matanpierres" un hombre con muy malas pulgas, que vivía cercano a la escuela de párvulos, en la calle de la Erilla.
A mi vecino Marcos, buen corredor de "pollos", le cantaban los chicos de mi barrio, la siguiente copla: "Marcos y Clemente se fueron a la fuente; Marcos se cayó, Clemente lo levantó". Clemente era su hermano mayor.
Las corridas de "pollos" eran unas carreras que se hacían para la Fiesta Mayor y que consistían en recorrer tres o cuatro kilómetros y cuyo premio era un par de pollos vivos. Cuando yo era chico se empezaron a ver correr a los mozos con calzoncillos. Cuando llegaban sudados los tapaban con mantas para que no se resfriaran. Una vez, llegó uno y se metió debajo del chorro de la cascada de los molinos y decía la gente: Ese las palmará. Como vieron que era beneficioso, en años sucesivos todos iban derechos a ducharse a la cascada y ya desde entonces se desecharon las mantas. ¿Sería en nuestro pueblo en donde se descubrió la ducha deprotiva...?
Un abrazo.