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DEZA: M, era una buena persona. Aunque descendía de una familia...

M, era una buena persona. Aunque descendía de una familia de pastores, estuvo de criado sirviendo ajustado durante varios años como labrador en la casa de una familia de esas que llamábamos “de ricos”. Cuando mi padre y otros muchos labradores de esos que defino como “de medio pelo”, poseían únicamente una mula que había que coyuntar con otra del vecino, ellos ya poseían dos yuntas. La familia a que me refiero, omito donde vivían para no dar detalles, la componían cuatro miembros, mejor dicho, dos miembros y dos miembras, todos ellos célibes. Una de las yuntas la llevaba los dos varones y la otra nuestro amigo M, a quien, por cierto se le daban muy bien los trabajos agrícolas; cada día le indicaban el trabajo a realizar dentro de las múltiples faenas, según la estación o las circunstancias como requiere el buen gobierno; así un día labraba la viña del Palancar, otro hacía surcos para plantar remolacha en la Vega Somera, regaba en Sanrroquillo, segaba esparceta o alfalfa, hacía acequias o, los días de lluvia, confeccionaba vencejos para atar las mieses.
Cuando, de madrugada, marchaba a labrar a la Losilla o a las Hoyas, una de las miembras al prepararle las alforjas para el avío, en un codijón la botija del agua y en la otra la fiambrera y la bota de vino, nunca se olvidaba de decirle:
-M, cuando vuelvas por Almanzorre, no te olvides de llenarme la botija de agua de aquella fuente, ya sabes que es la mejor.
Pero a M, casi siempre se le olvidaba aquella orden y pasaba por la fuente ensimismado en sus pensamientos, en los que probablemente figuraría alguna moza y, cuando se percataba de su olvido, llegaba al pueblo con la botija vacía. Ahí es donde obraba la picaresca: al pasar por Trascastillo llenaba la botija de aquel agua que llegaba del Suso, sin tener en cuenta que antes había pasado por el lavadero, el abrevadero y el cuartel.
Mientras desaparejaba las mulas, el ama recogía la botija como un tesoro guardándola como denominación de origen.
No se sufre por lo que no se sabe: ojos que no ven……
Un saludo