EL DÉFICIT DE CONFIANZA I
-. La confianza es el mecanismo básico del funcionamiento de una sociedad y de una economía. La confianza puede ser personal, interpersonal e institucional.
-. La confianza institucional es aquella que en la seguridad jurídica de las empresas y propiedades privadas, los derechos básicos de las personas, los contratos, etc funcionan eficientemente al confiar sus ciudadanos en la imparcialidad, equidad y eficiencia de las instituciones políticas, económicas y sociales creadas por ellos.
-. A partir de los últimos años de los noventa, el crecimiento de la economía española fue grande y produjo una ola de optimismo. El crédito se duplicó, tipos de intereses muy bajos, plétora de liquidez en los mercados mundiales de fondos, unas necesidades insatisfechas casi desde siglos y aumento notable de nuestra renta disponible, fueron los ingredientes que inicialmente dispararon la demanda de viviendas, que generó un déficit por cuenta corriente de del 10%, el segundo mayor del mundo por valor.
-. La crisis financiera llegó cuando las familias y empresas privadas estaban endeudadas hasta las cejas a través de financiación extranjera obtenidas por bancos y cajas y el crédito se cerró.
-. Este cambio de ciclo hizo que la sociedad española entrara en una fase de pesimismo y desconfianza creciente en sus instituciones políticas, económicas y sociales, justificadas por los acontecimientos que han sucedido posteriormente y vamos a analizarlos
-. En varias encuestas consideran que los políticos son el tercer problema para los españoles, tras el paro y la situación económica y lo que revelan es que, del desencanto con la cosa pública se ha pasado al profundo desprecio por la clase política. Esto se palpa en cualquier reunión familiar, de amigos o del entorno laboral. -.
-. Tres de cada cuatro personas de las encuestadas opina que la forma de gestionar el gobierno la crisis no es la más correcta. Más llamativo es su escepticismo respecto de la oposición, ya que el 60% de los encuestados revelan tener dudas ante lo que el PP haría si ganara las elecciones Es significativa la desconfianza respecto a las capacidades de las personas que dirigen los dos grandes partidos del país. Ambas cosas son malas para el conjunto de nuestra nación, ya que refleja una visión muy pesimista de nuestra situación actual, sino también respecto al futuro previsible.
-. Los debates entre la clase política se articulan más sobre descalificaciones del adversario que sobre la exposición detallada de alternativas propias, dando lugar a un escenario de desafección y a distanciamiento entre los ciudadanos y políticos y entre electores y partidos políticos La desafección es consecuencia de la pérdida de confianza de nuestros políticos, vistos más como perseguidores del poder sin límite, que como servidores del bien común.
-. Ciertos casos de corrupción junto al deterioro de la situación económica y moral de la sociedad española, están logrando que muchos ciudadanos se sientan decepcionados, molestos y hartos con quienes nos representan y aumente peligrosamente una animadversión, hacia estos corruptos y necios trepadores que se echaron al monte creyendo que todo el monte era orégano. Es algo alarmante en la medida que refleja el empobrecimiento moral de nuestra clase política.
.-. Nuestra clase política considera una injusticia atribuir de forma generalizada a todo este colectivo, conductas de los que unos pocos son responsables. Los partidos políticos utilizan la ley del embudo para analizar y juzgar comportamientos inaceptables en función de que los implicados en los casos de corrupción, pertenezcan a su partido ó al partido contrario. Nuestra clase política es más deplorable cuando hay complicidad, tolerancia y tancredismo por parte del partido político que encumbró al corrupto. La imagen de los partidos políticos en el hombre de la calle es que todos son iguales y no te puedes fiar de ninguno. No obstante, sabemos que dentro de la vida política hay personas extraordinarias y trabajadoras, que entienden que su actividad política es un compromiso temporal al servicio de la sociedad.
-. La corrupción provoca frustración en el ciudadano, desafección, conspira contra la sociedad, deteriora la confianza de los ciudadanos, crea inseguridad, dificulta el progreso y finalmente alejamiento de la política, al proyectar los individuos una visión desencantada sobre el conjunto del sistema.
-. Los casos de corrupción son algo de lo que en un Estado de Derecho se deben preocupar los jueces de juzgarlo y castigarlo ejemplarmente, pero no debería ocupar el centro del debate político. Lo importante sería debatir sobre los verdaderos problemas de nuestro país: nuestro sistema educativo, nuestro modelo productivo, sobre la unidad de nuestro mercado, sobre la calidad de nuestros servicios, etc Al sistema político se le pide como mínimo garantizar la seguridad y procurar el bienestar de los ciudadanos
-. Una ley económica dice:”En un sistema monetario formado por monedas de distinto valor, la moneda menos apreciada llega a desplazar a la de más valor”, porque todo el mundo atesora la moneda buena, paga con las malas y por tantp, sólo las monedas malas quedan en circulación. Si esta ley se aplica a la clase política, los mejores políticos acabarán marchándose y las instituciones quedarán en manos de personas con pocos escrúpulos.
-. La confianza es el mecanismo básico del funcionamiento de una sociedad y de una economía. La confianza puede ser personal, interpersonal e institucional.
-. La confianza institucional es aquella que en la seguridad jurídica de las empresas y propiedades privadas, los derechos básicos de las personas, los contratos, etc funcionan eficientemente al confiar sus ciudadanos en la imparcialidad, equidad y eficiencia de las instituciones políticas, económicas y sociales creadas por ellos.
-. A partir de los últimos años de los noventa, el crecimiento de la economía española fue grande y produjo una ola de optimismo. El crédito se duplicó, tipos de intereses muy bajos, plétora de liquidez en los mercados mundiales de fondos, unas necesidades insatisfechas casi desde siglos y aumento notable de nuestra renta disponible, fueron los ingredientes que inicialmente dispararon la demanda de viviendas, que generó un déficit por cuenta corriente de del 10%, el segundo mayor del mundo por valor.
-. La crisis financiera llegó cuando las familias y empresas privadas estaban endeudadas hasta las cejas a través de financiación extranjera obtenidas por bancos y cajas y el crédito se cerró.
-. Este cambio de ciclo hizo que la sociedad española entrara en una fase de pesimismo y desconfianza creciente en sus instituciones políticas, económicas y sociales, justificadas por los acontecimientos que han sucedido posteriormente y vamos a analizarlos
-. En varias encuestas consideran que los políticos son el tercer problema para los españoles, tras el paro y la situación económica y lo que revelan es que, del desencanto con la cosa pública se ha pasado al profundo desprecio por la clase política. Esto se palpa en cualquier reunión familiar, de amigos o del entorno laboral. -.
-. Tres de cada cuatro personas de las encuestadas opina que la forma de gestionar el gobierno la crisis no es la más correcta. Más llamativo es su escepticismo respecto de la oposición, ya que el 60% de los encuestados revelan tener dudas ante lo que el PP haría si ganara las elecciones Es significativa la desconfianza respecto a las capacidades de las personas que dirigen los dos grandes partidos del país. Ambas cosas son malas para el conjunto de nuestra nación, ya que refleja una visión muy pesimista de nuestra situación actual, sino también respecto al futuro previsible.
-. Los debates entre la clase política se articulan más sobre descalificaciones del adversario que sobre la exposición detallada de alternativas propias, dando lugar a un escenario de desafección y a distanciamiento entre los ciudadanos y políticos y entre electores y partidos políticos La desafección es consecuencia de la pérdida de confianza de nuestros políticos, vistos más como perseguidores del poder sin límite, que como servidores del bien común.
-. Ciertos casos de corrupción junto al deterioro de la situación económica y moral de la sociedad española, están logrando que muchos ciudadanos se sientan decepcionados, molestos y hartos con quienes nos representan y aumente peligrosamente una animadversión, hacia estos corruptos y necios trepadores que se echaron al monte creyendo que todo el monte era orégano. Es algo alarmante en la medida que refleja el empobrecimiento moral de nuestra clase política.
.-. Nuestra clase política considera una injusticia atribuir de forma generalizada a todo este colectivo, conductas de los que unos pocos son responsables. Los partidos políticos utilizan la ley del embudo para analizar y juzgar comportamientos inaceptables en función de que los implicados en los casos de corrupción, pertenezcan a su partido ó al partido contrario. Nuestra clase política es más deplorable cuando hay complicidad, tolerancia y tancredismo por parte del partido político que encumbró al corrupto. La imagen de los partidos políticos en el hombre de la calle es que todos son iguales y no te puedes fiar de ninguno. No obstante, sabemos que dentro de la vida política hay personas extraordinarias y trabajadoras, que entienden que su actividad política es un compromiso temporal al servicio de la sociedad.
-. La corrupción provoca frustración en el ciudadano, desafección, conspira contra la sociedad, deteriora la confianza de los ciudadanos, crea inseguridad, dificulta el progreso y finalmente alejamiento de la política, al proyectar los individuos una visión desencantada sobre el conjunto del sistema.
-. Los casos de corrupción son algo de lo que en un Estado de Derecho se deben preocupar los jueces de juzgarlo y castigarlo ejemplarmente, pero no debería ocupar el centro del debate político. Lo importante sería debatir sobre los verdaderos problemas de nuestro país: nuestro sistema educativo, nuestro modelo productivo, sobre la unidad de nuestro mercado, sobre la calidad de nuestros servicios, etc Al sistema político se le pide como mínimo garantizar la seguridad y procurar el bienestar de los ciudadanos
-. Una ley económica dice:”En un sistema monetario formado por monedas de distinto valor, la moneda menos apreciada llega a desplazar a la de más valor”, porque todo el mundo atesora la moneda buena, paga con las malas y por tantp, sólo las monedas malas quedan en circulación. Si esta ley se aplica a la clase política, los mejores políticos acabarán marchándose y las instituciones quedarán en manos de personas con pocos escrúpulos.