DEZA: Después de felicitarte por tu magnífico artículo, otro...

. EL DÉFICIT DE CONFIANZA II (Continuación)

-. Nuestra clase política se ha instalado en la política española en el “cortoplacismo”, centrado en el éxito electoral y en la conquista del mantenimiento del poder, que margina cualquier propuesta sobre el medio o largo plazo, por el coste político que puede suponer. Los ciudadanos son conscientes de eso y lo manifiestan con desconfianza. En España no sólo hay un elevado déficit económico, sino uno más importante, que es el déficit de confianza. Éste es, incluso más difícil de solventar, cuando la clase política se empeña en alimentarlo

-. En los últimos tiempos el ahorro entre los españoles se ha situado en un 18% de la renta disponible. Esta cifra revela con implacable crudeza la desconfianza que ha tomado cuerpo en la ciudadanía, al pensar que el año siguiente va ser peor que el actual

-. Nuestra clase política pierde credibilidad cuando anuncia brotes verdes y al cabo del tiempo aprecias que son malas hierbas que son las primeras en brotar. Para D ´Alambert la política es el oficio del engaño. A través de los tiempos, siempre ha habido embaucadores y falsarios. Las mentiras y trapacerías políticas crean desconfianza y hacen que las tragaderas de la opinión pública se estreche proporcionalmente al descrédito de quien las practica.

-. En nuestro país, los políticos, representantes públicos y dirigentes no están sometidos al veredicto ciudadano ó al control político de los de los electores, porque éste lo reciben los partidos políticos en las elecciones. Por tanto, nuestros políticos no son controlados por las ciudadanos, porque el sistema político se vertebra, entorno a formaciones políticas y las leyes electorales permiten a los partidos elaborar listas electorales con plena autonomía.

-. Para revitalizar nuestra democracia se necesita que en política estén los mejores, los más capaces: los que nosotros elijamos y eso exige abrir y cerrar el debate sobre las listas abiertas.

-. Otra de las cosas que están preocupando al ciudadano es el principio de la división de poderes, que en “El espíritu de las leyes “ pone de manifiesto Montesquieu. Un Estado de Derecho consta de tres poderes: ejecutivo, judicial y legislativo, cuya tarea es vigilarse entre sí, para que haya un equilibrio del Estado y que ninguno de los poderes exceda el ámbito de sus competencias. (que el poder frene al poder). El poder legislativo proviene de listas electorales elaboradas por los partidos políticos y algunos de éstos ocuparán el poder ejecutivo. El poder judicial es elegido parcialmente por los partidos políticos. ¿Bajo estas circunstancias pueden cumplir los poderes legislativo y judicial, la función encomendada en “El espíritu de las leyes?. ¿Puede existir “ la independencia de la justicia “ tan preconizada desde siempre?. Es necesario combatir estas practicas viciadas.

-Los últimos acontecimientos de insumisión y salto al vacío en el plano institucional, amenazan con generar un problema político de grandes dimensiones El deterioro y desafío que está sufriendo el Estado de Derecho es notable y hasta se está cuestionando. El atizador y el que enredó todo esto, creando unas expectativas imposibles de cumplir, para afianzar su carrera de consolidación, no sabía donde se metía. Los edificios se construyen empezando por los cimientos, no por el tejado. De ciertos planteamientos arriban ciertos lodos. La democracia de un país se sustenta en el respeto a la división de poderes, no en el mercadeo político entre partidos y entre éstos y las instituciones.

-. La semana pasada Standard & Poors rebajó la calificación crediticia de España, la segunda en quince meses, alegando la falta de reformas de calado en la economía española que aboca al ejecutivo a la desconfianza internacional. Preocupa la coletilla de S &P de “perspectiva negativa “, verdadero varapalo a nuestra economía y desconfianza de los mercados en ella. La rebaja del ráting es un freno para nuestro crecimiento económico, prolongará la crisis, encarecerá la financiación y hará necesaria la emisión de nueva deuda y subida de impuestos, que afectará al bolsillo del contribuyente, dañará a las empresas y destruirá empleo..

-. S & P preve para España, un crecimiento medio del PIB durante el periodo 2010-2016 de 0´7%. Si se cumpliera esta predicción se seguirá destruyendo empleo. De qué sirve discutir si S & P nos da un notable o un sobresaliente si somos incapaces de conseguir que esta generación de jóvenes, los mejores preparados para nuevas tecnologías les cerramos el paso del mercado laboral.

-. El viernes, el INE publicó la EPA del primer trimestre. La tasa de paro alcanzó el 20% de la población activa. Llama la atención, la elevada tasa de paro juvenil que alcanza el 41% de jóvenes entre 16 y 24 años que quieren trabajar y no encuentran trabajo. Es un lastre económico para nuestro país, ya que los jóvenes tienen más capacidad para absorber nuevas tecnologías y por tanto, aumentar la productividad de las empresas. El gato negro que merodea por nuestro mercado laboral es la falta de confianza.

-. Frente a este panorama sorprende la inacción de nuestro gobierno y clase política, enredado en polémicas absurdas. Nuestros gobernantes tienen la obligación de socorrer a los parados y garantizar su protección y además propiciar un nuevo empleo. La falta de confianza del ciudadano le hace ahorrar en lugar de consumir y los empleadores frenan sus contrataciones. El empleo lo crea el empleador que decide arriesgar. Si no lo hace, seguiremos en el mismo círculo vicioso: más parados, menos consumo, menos inversión, menos empleo, más parados.

-. Si la gente comienza a pensar que ni la Constitución, ni el Gobierno, ni el Parlamento, ni los Tribunales de Justicia sirven para grandes cosas y no les ayuda a solucionar sus problemas reales comenzaremos a dar pasos hacia el vacío.

-. Cuanto antes se recupere la confianza, antes se recuperará la economía española de esta recesión, ya que las crisis siempre acaban. Arrimemos todos el hombro.

Saludos. Lacalle Mediavilla

Después de felicitarte por tu magnífico artículo, otro más, permíteme añadir que la confianza hay que ganársela con el ejemplo, la austeridad, la seriedad, la verdad, la rectitud, el diálogo, el respeto al adversario, etc. Y viendo lo que vemos, aunque quede algún justo de aquellos bíblicos, hay que tener la fe del carbonero para creer en nuestra clase política en su conjunto. Es lo que han sembrado. Aquí, o miramos para otro lado, o nos quedamos de piedra; a la mujer de Lot le hubiese ocurrido lo mismo.
Es mi opinión.