DEZA: ORTEGA Y GASSET Y LA FIESTA DE LOS TOROS: LA GEOMETRÍA...

ORTEGA Y GASSET Y LA FIESTA DE LOS TOROS: LA GEOMETRÍA TAURINA III (Continuación)
-. Veamos lo que pensaba Corrochano de estos toreros y cuales fueron maestros:” Un maestro debe participar por igual de los dos principios en que se funda el toreo: conocimiento de las reses y conocimiento de las suertes. A esto hay que añadir en el hombre maestro, carácter y vocación. Carácter para imponerse una disciplina que contagie a toda la plaza y alcance a su cuadrilla. Vocación para hacer de su profesión, su vida.”
-.”El Paquiro, torero dominador, trazó los preceptos del toreo en su libro Tauromaquia Completa y era imperfecto en la suerte de recibir”
-.”El Chiclanero, era perfecto recibiendo toros y matando, no fue maestro”.
-.” Cuchares era el torero para quien el toreo no tenía secretos, por sus conocimientos de las reses “.
.-.”El Tato considerado como el maestro del volapié. “
-.”Gordito, torero de infinitos recursos, que extiende su arte de banderillero al quiebro en silla citando con las piernas cruzadas.”
.-” Lagartijo y Frascuelo sostienen la más larga y apasionada competencia ¿y en qué se funda principalmente? En la maestría elegante de Lagartijo, hasta para hacer el paseo, desde que pisaba el ruedo hasta que salía, en todos los momentos de la corrida y la emoción y el valor de Frascuelo en la suerte de matar.”
-.” Guerrita, el torero de su época y un gran maestro. Cuando se retiró dijo “Después de mi, nadie.; y después de nadie, Fuentes
-.”. La competencia entre Bombita y Machaquito, Lo que destacaba en éste era la estocada y en aquel, el torero. “
-.”Joselito y Belmonte forman la Edad de Oro del Toreo, que concluye con la muerte del primero y el Guerra profetizó:” Se han acabado los toros “.

-. En el libro autobiográfico “ Juan Belmonte: matador de toros”, el diestro Juan Belmonte explica el fundamento de su toreo:“Yo entraba en el ruedo como un matemático que va a la pizarra para probar un teorema. En aquellos tiempos el arte de torear estaba regido por el pintoresco axioma de "Lagartijo", que decía 'tú te pones allí, y o te quitas tú o te quita el toro'. Yo estaba allí para demostrar que esto no era tan cierto como se creía. Mi teoría era que el toro no te quita si sabes como torear. Entonces había un complicado sistema de los terrenos del toro y terrenos del torero que, a mi manera de ver, era algo superfluo. El toro no tiene terreno, porque no es un ser que piensa y además no hay un topógrafo que delimite las demarcaciones. Todo el terreno pertenece al torero, el único ser inteligente en el ruedo, y me parecía natural que el terreno fuera mío.”

-. Según texto tomado del libro “ Ortega y Gasset, mi padre”, de Miguel Ortega:” José Ortega y Gasset unos años antes de su muerte, seguía muy interesado por la teoría del toreo. Tanto, que entre los temas que se le quedaron “trasconejados”, como él gustaba decir, figuraba un estudio sobre “Paquiro o de las corridas de toros”. Si no llegó a escribirlo, nos queda un esquema, escueto, pero sustancioso. Se debe al instinto vivaz y a la pluma del maestro Luis Calvo de ABC (…) que recoge de manera puntual lo que mi padre dijo sobre el toreo, una tarde [que se reunieron Ortega y Gasset, el matador Domingo Ortega y José María de Cossío. en la finca serrana del torero Ortega. El Ortega filósofo no pudo torear esta vez: le agobian los años para un ejercicio tan violento. Pero explayó, en cambio, su teoría. La cosa fue porque unas estampas de viejos toreros jarifos de patillas, catite y barbuquejo proyectaron la charla hacia la remota y plebeya iniciación de la fiesta. A José María de Cossío, como historiador escueto, y a Ortega y Gasset, como escoliasta de la vida española, les salía al verbo y al ademán el gozo de ir simultáneamente reviviendo y animando un pasado memorable, acordados -filósoío y cronista- -en todos los puntos e hilvanes informativos. - ¿Se toreaba entonces mejor que ahora? -le preguntan.”

-”Ahora no se torea. Hoy se hace estilo, y como el artista oculta la falta de densidad humana con el artificio, los toreros de hoy ocultan en el estilismo la ausencia de arte.. Hoy no hay quites. El torero busca en esa suerte su lucimiento y huye de un peligro que hay que afrontar de cara, y arrastrando al toro con la punta del capote. Hoy se torea de lado, dando al toro el costado y no el pecho. Antes desafiaba el lidiador al toro con la capa fruncida sobre su pecho, y abrir esa capa era ya una escena varonil de garbo y drama. Antes los toros eran mansos y bravos, y el torero tenía que vencer las dificultades de una lucha a muerte. Hoy, todos los toros son bravos, y la selección crea un tipo uniforme. Antes, el torero triunfaba y fracasaba en una misma tarde, porque un toro era bueno para la lidia, y otro, no. La fiesta era entonces gallarda, impetuosa, áspera y frenética. Hoy es nada más que monótona y pulida, y tiene el tedio de todo lo primoroso. Volutas”.

-. Pues bien, para Ortega, el toreo ha sucumbido, como las demás artes, al estilismo. El toreo, como todas las demás artes ha evolucionado. Como todas las demás artes llegó a un punto a partir del cual, ya no puede, propiamente, hablarse de progreso.
Si no puede hablarse de un músico superior a Bach, de un dramaturgo superior a Shakespeare o de un novelista más poderoso que Cervantes; si los grandes problemas de la Filosofía quedaron planteados para siempre por Heráclito y Parménides y Platón y Aristóteles, asimismo Joselito y Juan Belmonte dejaron constancia que después de ellos habría figuras del mismo valor pero ya no superiores.