Un día me contó el abuelo, (me honro con su amistad), que él en su vida diaria desayuna muy poco ya que es mayor; pero que cuando viene a Deza sus hábitos alimenticios suelen cambiar bastante. Por la mañana empieza echando en la sartén un trozo de chorizo picante para que suelte un poco de color y en ese aceite se fríe un huevo. Después de comerse las dos cosas, con sus buenos traguillos de vino, se toma su buen tazón de café con leche y dentro mojones de pan. Así, claro, no para en todo el día y siempre está dando vueltas por el pueblo y por el campo. ¡Qué tío...!
Un saludo afectuoso. Buenos días Deza.
Un saludo afectuoso. Buenos días Deza.