DEZA: EN MEMORIA DE LAS ENSEÑANZAS DE JOSELITO EL GALLO Y...

EN MEMORIA DE LAS ENSEÑANZAS DE JOSELITO EL GALLO Y DE GREGORIO CORROCHANO IV (Continuación)

-. El toreo de muleta

-. Se pueden hacer muchas cosas con la muleta: el pase natural en redondo con la mano derecha, y la izquierda, el pase de la firma, el pase natural por alto con la mano derecha y con la izquierda, el pase cambiado por alto o de pecho, pase cambiado normal y por bajo o trincherazo, pase ayudado por alto, normal y bajo (éste de rodillas), pase de la muerte, el molinete, el estatuario. manoletinas, ortinas pedresinas, espaldinas...

-. El pase natural sitúa al torero en estricta soledad con el toro, y en razón de su mayor aislamiento, la sugestión aumenta en hondura. Según Belmonte “ en el natural, la mano izquierda debe ir con naturalidad a la altura normal del movimiento que hace falta para correr el trapo y desplegarlo. Y no es natural llevarla ni alta ni baja”

-. El pase en redondo para que tenga belleza, sin adulteración, debe de asemejarse lo más posible al natural, aunque nunca consiga la purezas de éste, porque la defensa del torero, es mayor que llevando el trapo en la izquierda y la espada en la mano derecha.

-. El pase de pecho, como no resulta ligado, sino preparado, pierde emoción y mérito, pasa a quedar reducido a una suerte más, rutinaria de puro, trámite

-. La pauta de reducir el toreo a la faena de muleta la marca Manolete. Al analizar el toreo desde Manolete hasta hoy, Cañabate lo llamaba “ las faenas de los dos pases”, a los que el cordobés imprimió sus sello especial El invento de Manolete no es otra cosa que dar naturales y derechazos a todos los toros prescindiendo de la lidia. Manolete encontró en el toreo de perfil, con la colaboración de Camará y del medio toro, la fórmula de la faena estóica, aplicable a todo lo que salía de los chiqueros. Lo especial de Manolete es su personalidad torera y decisión a la hora de irse detrás de la espada. Nos dejó: el medio toro, el estilo perfilero y la perdida total del sentido de la lidia, herencia nociva para la fiesta de los toros

–La faena de muleta del último tercio ha tenido una evolución notable. Aparte de la escasa personalidad de una gran parte de los diestros actuales y del capital defecto en que vienen incurriendo- la incansable repetición, tarde tras tarde, de una misma faena.

-. Es de reconocer que desde el punto de vista técnico y en ocasiones artístico, la ejecución de las distintas suertes de muleta se realiza con limpieza y perfección asombrosas

-. Hoy nadie torea como Domingo Ortega, cuya base fueron los pases cambiados, como la trinchera y el de la firma, y no series en redondo, que son las que prodigan en la actualidad.

-.“El terreno que debe pisar el torero, la distancia a que debe situarse, depende de todos estos factores. Toro que deja acercarse sin embestir, sin arrancarse, o tiene poca bravura o tiene poco poder. Al torero le toca medirlo. Más que del valor del torero, depende del estado del toro.. Una vez decidido el terreno en que debe colocarse el torero, la distancia a que pasa el toro del torero en el centro de la suerte, tiene mucha importancia emocional, No exageramos la distancia por las manchas de sangre del vestido de torear, que si se hace bien el torero, si hay temple y pasa todo el toro mandado en pase largo, hasta donde debe volverse la muleta y rematar, no hay sangre en el traje. La mancha se produce si no hay temple, si se codillea, si no va el toro toreado. Todas esas taleguillas sucias de sangre del costillar del toro revelan una muleta de poco mando y dominio, que el toro toma como quiere, pasa sin que le obliguen, unas veces despegado, otras ceñido, cuando no es ardid, para impresionar a aficionados novatos y a mujeres con ramos de flores folklóricos. Cuando se torea bien, todo es limpio y si hay sangre en el traje, no es del toro, es del torero”.

-.“Es muy importante considerar el terreno que pisa el torero. Hay toreros que necesitan que el toro les venga; otros prefieren el toro que les permite colocarse más cerca, que les deje llegar, hasta donde les es más fácil torear, donde están más a gusto con el toro. Así vemos que, en el primer caso, si el toro se arranca a la distancia a que acostumbra a torear el torero, no se torea bien; en el segundo caso, si el toro no le deja llegar, no le deja acercarse a pisar el terreno que acostumbra pisar, tampoco torea bien. Sin desconocer, por tanto, esta modalidad de cada torero, hay que poner un límite de distancia. Ni tan largo que el toro le cueste trabajo ir o no vaya, en porfía inútil, ni tan cerca que no haya espacio para desarrollar el pase completo y quedar preparado para el siguiente, con lo que se ahoga el toro. Cada toro tiene su sitio, según su bravura, su poder y hasta sus querencias. Por eso es muy difícil torear. Por eso hay muy pocos toreros que toreen bien.”

-.“Hay una tendencia a romper las faenas, cortarlas y separarlas del toro. Si es para cambiar de mano o cambiar de terreno, está justificado. Si es para luego volver al mismo sitio y continuar lo interrumpido, tiene riesgo, en algunos toros, de tener que volver a empezar; nunca se debe olvidar que la faena, además de su interés artístico, tiene una finalidad técnica, finalidad a la que hay que atender para no malograr lo artístico; porque no se está toreando de salón aunque algunas veces lo parezca. Esto es, hay que ligar las faenas hasta conseguir igualar al toro en el sitio donde el toro tenga la muerte. Dar tres pases y un paseo; otros pases y otro paseo, es pasear más que torear. Es sacar la faena a retazos, y es recoger a regazos los aplausos, que, a veces, no quedan ya para el final porque se han gastado los retazos, y el hombre se va a la barrera como si no hubiera hecho nada. No desconocemos que estos retazos tienen su público, como lo tienen las liquidaciones y los saldos, donde no se busca la calidad.”

-.“El torero que no remata el pase o el lance, no torea bien”“La faena más perfecta es aquella en que el toro cae herido en el mismo sitio donde se le dio el primer pase.”

-. ¿Cuánto tiempo tiene que durar una faena?
-. En la actualidad se hacen las faenas más largas de la historia
-. Belmonte con el capote fue la genialidad misma. No así con la muleta, de la que el ejemplo verdadero que nos dejó, es el tipo de faena más corta de la historia, aunque después la literatura belmontista haya hecho olvidar esta brevedad que en sus primeros tiempos era sobradamente conocida. Un testimonio, como puede haber tantos, sobre la faena de Belmonte al último toro de su alternativa, se lee en la crónica de Antonio Diaz- Cañabate: “ La faena de muleta fue corta, como lo eran la mayoría de las de Juan “.

-. Dice Corrochano: “ Comprendo que reducida la lidia al uso de la muleta, empequeñecido y desatendido el toreo por el matador hasta que los clarines anuncian el último tercio, estiren las faenas de muleta, como justificación de presencia en el ruedo. Pero técnicamente, el tiempo de muleta debe conjugarse, con el estado y condición del toro. No son mejores las faenas por largas, sino por precisas y exactas. La mayor belleza de una faena de muleta, su mayor éxito, su eficacia y su razón de ser, es su precisión y ajuste al toro, ni más larga, ni más corta, ni un pase de más, ni un pase de menos, los que hagan falta, los que necesite el toro para dominarle, cuadrarle y ejecutar la suerte suprema. No es mejor una faena por ser larga, sino por torear bien, con los pases bien mandados y rematados, ligados, sin cortar la faena“.