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DEZA: EN MEMORIA DE LAS ENSEÑANZAS DE JOSELITO EL GALLO Y...

EN MEMORIA DE LAS ENSEÑANZAS DE JOSELITO EL GALLO Y DE GREGORIO CORROCHANO VI (Continuación)

-.”Joselito”, ya después con Belmonte buscaría otro acomodo, otra verticalidad y otra plasticidad para su suerte. La revolución belmontina consistió en negar que la res tenga “terrenos” (al faltarle inteligencia) y cambiar el concepto del toreo (“burlar” a la fiera) al exigirse el torero “mandar” en el “cornúpeta”. Para ello, los momentos de la suerte se transformaron y José, quien llevó el peso de la política taurina de acuerdo con Juan hasta su trágica tarde. La aportación belmontina fue la visión estética del toreo: “parar”, “templar”, “mandar” y “cargar la suerte” en la interpretación clásica del “arte”.

-.” Joselito”, como matador no fue bueno, pero mataba rápida y eficazmente, pero al igual que Belmonte; despreció el antiguo clasicismo, la suerte valerosa y depurada. A esta época se debe la irremediable decadencia de la suerte de matar En ocasiones la ejecutaba con una esmaltada belleza clásica y practicaba la surte de recibir.

-.”Joselito” como director de lidia, gozó a pesar de su corta edad, de una autoridad ilimitada y conservó una eficaz disciplina en su cuadrilla.

-. Domingo Ortega fue otro maestro y no llegó a más por falta de competencia. Ortega trajo a la fiesta el dominio de los terrenos, un conocimiento del toro, un saberse colocar en la plaza, una muleta como un látigo por su eficacia Traía por primera y única vez, el temple sin elegancia. Era parsimonioso, hábil, depurado, luchador, dominador, lidiador poderoso, seguro y largo. Domingo Ortega llegó a defender “cargar la suerte” como principio más fundamental del toreo Ortega utilizó una técnica de dominar, instintiva en él, basada en el mecanismo fundamental del recorte. El recorte no es propiamente una suerte, es un procedimiento, un sistema, en el que cabe una gran diversidad de suertes. Consiste en pararle al toro y. Cuando humilla en la reunión, iniciar el torero del viaje contrario, ocupando el terreno que va dejando el toro. Sus pases fueron los pases cambiados, como el de la trinchera y la firma. Ortega templaba con los pies y llevaba el duende en las zapatillas. Andaba con los toros hacia delante sin retroceder jamás A pesar de que su toreo fue poco elegante, nada vistoso, su repertorio corto, monótono, su infalible dominio, sin emoción sus trasteos, Ortega representó la inteligencia, el saber moverse en la plaza. A diferencia de los grandes muleteros, apenas usó su mano izquierda.

-. Señala Corrochano: "Domingo Ortega representa el toreo, no el clásico, sino el único. Se podrá discrepar con su filosofía de la fiesta en algunos conceptos, pero siempre estando de acuerdo con el 90 % de lo que dice".
 "Siempre llevó el toreo en su cabeza. Es con toda seguridad el matador con más cabeza que ha dado la tauromaquia. La capacidad de análisis, discernimiento y ejecución que él disponía no se le ha conocido a ningún otro matador. A Domingo no le hizo falta aprender ninguna técnica, pues le brotaba de sus telas, capote y muleta, con la naturalidad de quien ejecuta aquello que le dicta su inteligencia".

-."Todo en el toreo de Domingo Ortega era natural. Nadie que haya tenido ocasión de ver al maestro de Borox, habrá apreciado nunca afectación, amaneramiento y, mucho menos, precipitación o ejecución mecánica. He aquí el gran secreto de Domingo Ortega: la sencillez. Una sencillez castellana que en sí misma lo elevó a lo más alto de su profesión, gozando, además, del respeto de todos sus compañeros, que aún hoy sienten por él una reverencial admiración.“

-.“ Lo mejor que tiene D. Ortega, lo fundamental, es el toreo por bajo. Ese guante, ese temple, esa suavidad con la carga de la suerte, echando todo el cuerpo sobre la pierna de salida, con la rodilla un poco doblada, es lo que tiene de verdadera calidad. Ese balanceo del cuerpo en el toreo de capa, para acompañar al toro con todo lo que le da de sí el cuerpo, la pierna y el brazo, es lo que tiene de antecedente señalado y lo que sella su toreo “.

-. Domingo Ortega declaraba en una entrevista: "Ustedes, aficionados, a poco que recuerden, habrán visto muchas veces en las corridas de toros faenas de veinte, treinta, cuarenta pases y el toro cada vez más entero... ¿Cómo es posible que con esa cantidad de pases aparentemente bellos para gran parte del público, el toro no se haya sometido?. La respuesta es muy sencilla: lo que ha ocurrido es que el torero ha estado dando pases, y dar pases no es lo mismo que torear".
   
-. "Parar templar y mandar. A mi modo de ver, estos términos debieron completarse de esta forma: parar, templar, cargar y mandar; pues posiblemente, si la palabra cargar hubiese ido unida a estas otras , desde el momento en que nacieron las normas, no se hubiera desviado tanto el toreo. Claro que el autor de esta fórmula no pensó que fuese necesaria, porque debía saber muy bien que, sin cargar la suerte, no se puede mandar y, por tanto, en este término van incluidas las dos".
 
-."En el toreo todo lo que no sea cargar la suerte no es torear, sino destorear. Torear no es que el toro venga y usted se quede en la recta, eso es destorear; pero si usted carga, echa el cuerpo hacia adelante con la pierna contraria al lado por el que viene el toro, obliga a torear, si no le coge; porque es un obstáculo que usted le pone delante.“

-. A la memoria de cuatro grandes toreros en el aniversario de la muerte de Joselito

-. Grato recuerdo del mano a mano Luis Miguel Dominguín _Antonio Bienvenida en las Ventas, en un festival benéfico a favor de los damnificados de un terremoto en Perú. El famoso aficionado “ El Ronquillo “ que siempre esperaba el silencio de la plaza para su sentencia, dijo aquella tarde de los dos diestros;: “Vaya pareja de jubilados “. Puede dar fe “El José de La Fidela “ desde la andanada del 3. El talaverano Don Gregorio Corrochano, el mejor crítico taurino de todos los tiempos diría de Joselito y Domingo Ortega: “Vaya pareja de maestros “

-. Termino con el único pasodoble dedicado a Joselito, escrito por Muñoz Seca (" ¡Talavera! ¡Talavera!/qué triste suerte./En tu plaza bullanguera/de una cornada certera/halló Gallito la muerte./Gallito el mejor torero,/el más artista/ ¡el primero!/el que un día nefando/llegó a tu plaza cantando/ las coplas del Espartero./ ¡Talavera! ¡Talavera!/Noble ciudad castellana/en tu escudo y tu bandera/pon una capa torera/con un traje de oro y grana"."Los colores que él lucía/cual una hispana aureola/ ¡Oro y grana! ¡Parecía/ que aquella tarde vestía/con la bandera española!/Y tú viste, Talavera, tú viste/como un mal toro rasgaba/aquella bandera que yo recordando/llora como llora España entera./ ¡Ah! Pobrecito Joselito / ¡Pobrecito! el gran torero, el artista favorito./ ¡Cómo murió el pobrecito lo mismo que Espartero!

-. Saludos. Lacalle Mediavilla