REFLEXIONES SOBRE LA CRISIS DE LA EUROZONA Y EL AJUSTE PRESUPUESTRIO ESPAÑOL. ¿REFORMA Ó RUPTURA? V (Continuación)
-. La eurozona necesita una salida clara
-. Como consecuencia de los señalados déficit presupuestario de Alemania y Francia de 2 001 a 2005, sus gobiernos en los años posteriores han esgrimido que la política presupuestaria es competencia nacional y que no es admisible que unos burócratas de Bruselas, como decía Chirac, se inmiscuyan y hagan peligrar intereses vitales de un país miembro de la UE. La cuestión de la soberanía nacional en asuntos fiscales ha sido ampliamente estudiada y discutida en los años noventa, antes de entrar en la tercera fase de la UME, en la que uno de los pilares de la política macroeconómica, la política económica pasaría al nivel comunitario.
-. Se llegó a la conclusión de que para el otro pilar macroeconómico, la política presupuestaria, se necesitaría un mínimo de coordinación entre los países miembros con el fin de crear una cultura de estabilidad en la zona euro y evitar que un endeudamiento excesivo por parte de cualquier Estado miembro, pudiera causar efectos externos negativos para los demás en forma de prima de riesgo sobre los tipos de interés a largo plazo. Este mínimo de coordinación se manifiesta en el PEC. Lo que Alemania y Francia hicieron en el 2002 fue romper con el consenso básico sobre la estabilidad macroeconómica y establecer un grave precedente.
-. Los mercados financieros no pasaron factura a corto plazo, puesto que otros factores determinaron que el tipo de cambio del euro, se apreciara y la tasa de inflación fuera baja. Pero a medida que los déficit públicos en la zona del euro aumentaron, la credibilidad del euro se ha debilitado. El BCE ha hecho lo necesario para garantizarla estabilidad, pero los gobiernos han presionado sobre el BCE para que aplique una política monetaria laxa ya comentada
-. Todo tiene su precio. Lo más preocupante es que el PEC haya perdido la credibilidad. Las reglas de disciplinas presupuestarias no son reglas para periodos de buen tiempo, pues entonces no hacen falta. Son reglas para afrontar situaciones complicadas como la actual. No se trata de un ejercicio de dogmatismo, sino de hacer todo lo posible para generar efectivos positivos sobre la confianza de los inversores y las familias y para contribuir en la eficiencia en la asignación de recursos en un contexto de estabilidad económica y con una fiscalidad moderada del ahorro y del trabajo. La disciplina presupuestaria se convierte así en una condición necesaria para recuperar la senda del crecimiento económico adecuado en la eurozona.
-. El desequilibrio de poder político entre la CE y los gobiernos nacionales, a favor de éstos, se manifiesta también en el hecho de que los países infractores del déficit participen con voz y voto en las decisiones del Ecofin sobre las medidas que se van a adoptar.
-. Otro problema deriva de las incoherencias en los planes de estabilidad y de convergencia que los países miembros y no miembros del euro, respectivamente, tienen que presentar anualmente ante la Comisión y que son la base para analizar la situación presupuestaria. Por ello, la Comisión Europea deberá reclamar para ella la competencia de realizar los pronósticos económicos pertinentes. Otra solución sería la de encomendar esta tarea a organismos nacionales independientes, como son los bancos centrales nacionales del Eurosistema.
-. Los debates sobre la medición adecuada del déficit estructural frente al coyuntural han estado a la orden del día, dadas las grandes dificultades metodológicas existentes. Habrá tendencias que propongan -por absurdo que sea-excluir el cálculo de determinados gastos, como gastos militares, inversiones en infraestructuras. Esta por ver si el Ecofin que tendrá que evaluar los programas de estabilidad de cada país deficitario, sacará al PEC del atolladero. Si se deja demasiados cabos sueltos en materia presupuestaria, los mercados financieros reaccionarán tarde o temprano con un voto de desconfianza e incorporarán una prima de riego a los tipos de interés a largo plazo, con lo que el ritmo de actividad económica se verá frenado.
-. Se ha producido una transferencia de soberanía monetaria, no acompañada de una transferencia de la política económica y presupuestaria. Los gobiernos no quieren ceder en un ápice de sus competencias fiscales o de otros ámbitos de la política económica. Esto abre una brecha en el proceso europeo, con amenaza de ruptura y lleva a la conclusión que hace falta “un gobierno económico “ de la UME, que sea capaz de establecer orientaciones y medidas de política económica de obligado cumplimiento para los países. Estos días en las bolsas hemos asistido a un ataque al euro y a la comprobación de la solidaridad de los países de la zona euro. La UME y los Presupuestos Nacionales, sin una Política Económica Común constituyen una combinación peligrosa, que se evidencia en una recesión, al obligar a ambas a poner en práctica un plan europeo y otro nacional, sin una coordinación común.
-. El Pacto de Estabilidad de Maastricht no ha funcionado al permitir grandes acumulaciones de déficit públicos en los PIGS que han financiado una demanda interna excesiva y espoleando pérdidas de competitividad. Una UM que tolera la divergencia, en vez de la convergencia entre sus miembros, puede llegar a no existir a largo plazo. En esta tesitura sólo queda optar por una profunda reforma o por una ruptura del área monetaria
-. Es posible que una UM nueva se esté generando, a pesar de que Francia hasta ahora ha rechazado la opción federal. Todo señala hacia un nuevo tipo de área monetaria, más en la línea de la federación que de la actual soberanía de los Estados. Es necesario avanzar hacia un gobierno económico europeo.
-. La decisión del día 9 avanza en esta línea. Debemos congratularnos, pero falta mucho tramo por definir. La reforma podría traer consigo alguno de estos puntos: perdida de voto de los países transgresores, severos controles de las decisiones fiscales de los Estados miembros, mayor coordinación fiscal lo que comporta ciertos avances hacia la unión política, mecanismo de ayuda en forma de un Fondo Monetario Europeo FME, que pueda decidir de las reformas precisas para países con problemas., que la eurozona avance hacia una unión fiscal con mayor pérdida de soberanía de los Estados miembros, reforzar el PEC y los mecanismos sancionadores, establecer normas de disciplina presupuestaria sobre el déficit estructural, expulsar al país recalcitrante en sus violaciones, retirada de fondos estructurales, emitir un eurobono para abaratar el coste de la financiación de los países con más dificultades, una estrategia global para impulsar la recuperación por la senda del crecimiento…
-. A los nacionalismos no les conviene el federalismo europeo. Entre todas bendiciones europeas que nos podría traer un gobierno económico europeo estaría la de aliviarnos del nacionalismo y de los sobre costes del Estado de las Autonomías.
-. Si fracasa la apuesta del día 9 abandonarán el euro los países que crearon el euro o al contrario, alguno de los países de la eurozona con problemas. Una encuesta alemana refleja la petición mayoritaria que se restablezca el marco como unidad monetaria. Los alemanes han creado de creer que el BCE es independiente de los gobiernos europeos, que ha cedido a sus presiones, además de haber tomado la decisión de comprar deuda soberana y bonos privados, para asegurar la liquidez de los países con problemas y a conceder préstamos con la garantía de unos títulos que una banca comercial prudente rechazaría, haciendo crecer su pasivo y aumentando su activo con una deuda de muy baja calidad.
-. La propuesta de crear un Fondo Monetario Europeo FME que represente para las políticas presupuestarias, algo similar a lo que el BEC es para las políticas monetarias, refuerza la cooperación supranacional y espanta la especulación. El FME tendría legitimidad para definir impuestos europeos, seguros comunes de desempleo, supervisar las políticas presupuestarias nacionales y emitir conjuntamente deuda pública.
-. Sigamos el precepto de Maquiavelo: “Cuando hacemos algo por necesidad, debemos presentarlo, como si lo hiciéramos por nuestra propia voluntad”. Lo sensato sería convertir la crisis en oportunidad para acelerar la integración continental con un salto en la unión política y económica. Si no, sería un parche para detener la crisis de la moneda única, que no solucionará el problema, sino lo aplaza. No debemos permitir que Europa acabe donde comenzó:: en Grecia
.-. Saludos. Lacalle Mediavilla
-. La eurozona necesita una salida clara
-. Como consecuencia de los señalados déficit presupuestario de Alemania y Francia de 2 001 a 2005, sus gobiernos en los años posteriores han esgrimido que la política presupuestaria es competencia nacional y que no es admisible que unos burócratas de Bruselas, como decía Chirac, se inmiscuyan y hagan peligrar intereses vitales de un país miembro de la UE. La cuestión de la soberanía nacional en asuntos fiscales ha sido ampliamente estudiada y discutida en los años noventa, antes de entrar en la tercera fase de la UME, en la que uno de los pilares de la política macroeconómica, la política económica pasaría al nivel comunitario.
-. Se llegó a la conclusión de que para el otro pilar macroeconómico, la política presupuestaria, se necesitaría un mínimo de coordinación entre los países miembros con el fin de crear una cultura de estabilidad en la zona euro y evitar que un endeudamiento excesivo por parte de cualquier Estado miembro, pudiera causar efectos externos negativos para los demás en forma de prima de riesgo sobre los tipos de interés a largo plazo. Este mínimo de coordinación se manifiesta en el PEC. Lo que Alemania y Francia hicieron en el 2002 fue romper con el consenso básico sobre la estabilidad macroeconómica y establecer un grave precedente.
-. Los mercados financieros no pasaron factura a corto plazo, puesto que otros factores determinaron que el tipo de cambio del euro, se apreciara y la tasa de inflación fuera baja. Pero a medida que los déficit públicos en la zona del euro aumentaron, la credibilidad del euro se ha debilitado. El BCE ha hecho lo necesario para garantizarla estabilidad, pero los gobiernos han presionado sobre el BCE para que aplique una política monetaria laxa ya comentada
-. Todo tiene su precio. Lo más preocupante es que el PEC haya perdido la credibilidad. Las reglas de disciplinas presupuestarias no son reglas para periodos de buen tiempo, pues entonces no hacen falta. Son reglas para afrontar situaciones complicadas como la actual. No se trata de un ejercicio de dogmatismo, sino de hacer todo lo posible para generar efectivos positivos sobre la confianza de los inversores y las familias y para contribuir en la eficiencia en la asignación de recursos en un contexto de estabilidad económica y con una fiscalidad moderada del ahorro y del trabajo. La disciplina presupuestaria se convierte así en una condición necesaria para recuperar la senda del crecimiento económico adecuado en la eurozona.
-. El desequilibrio de poder político entre la CE y los gobiernos nacionales, a favor de éstos, se manifiesta también en el hecho de que los países infractores del déficit participen con voz y voto en las decisiones del Ecofin sobre las medidas que se van a adoptar.
-. Otro problema deriva de las incoherencias en los planes de estabilidad y de convergencia que los países miembros y no miembros del euro, respectivamente, tienen que presentar anualmente ante la Comisión y que son la base para analizar la situación presupuestaria. Por ello, la Comisión Europea deberá reclamar para ella la competencia de realizar los pronósticos económicos pertinentes. Otra solución sería la de encomendar esta tarea a organismos nacionales independientes, como son los bancos centrales nacionales del Eurosistema.
-. Los debates sobre la medición adecuada del déficit estructural frente al coyuntural han estado a la orden del día, dadas las grandes dificultades metodológicas existentes. Habrá tendencias que propongan -por absurdo que sea-excluir el cálculo de determinados gastos, como gastos militares, inversiones en infraestructuras. Esta por ver si el Ecofin que tendrá que evaluar los programas de estabilidad de cada país deficitario, sacará al PEC del atolladero. Si se deja demasiados cabos sueltos en materia presupuestaria, los mercados financieros reaccionarán tarde o temprano con un voto de desconfianza e incorporarán una prima de riego a los tipos de interés a largo plazo, con lo que el ritmo de actividad económica se verá frenado.
-. Se ha producido una transferencia de soberanía monetaria, no acompañada de una transferencia de la política económica y presupuestaria. Los gobiernos no quieren ceder en un ápice de sus competencias fiscales o de otros ámbitos de la política económica. Esto abre una brecha en el proceso europeo, con amenaza de ruptura y lleva a la conclusión que hace falta “un gobierno económico “ de la UME, que sea capaz de establecer orientaciones y medidas de política económica de obligado cumplimiento para los países. Estos días en las bolsas hemos asistido a un ataque al euro y a la comprobación de la solidaridad de los países de la zona euro. La UME y los Presupuestos Nacionales, sin una Política Económica Común constituyen una combinación peligrosa, que se evidencia en una recesión, al obligar a ambas a poner en práctica un plan europeo y otro nacional, sin una coordinación común.
-. El Pacto de Estabilidad de Maastricht no ha funcionado al permitir grandes acumulaciones de déficit públicos en los PIGS que han financiado una demanda interna excesiva y espoleando pérdidas de competitividad. Una UM que tolera la divergencia, en vez de la convergencia entre sus miembros, puede llegar a no existir a largo plazo. En esta tesitura sólo queda optar por una profunda reforma o por una ruptura del área monetaria
-. Es posible que una UM nueva se esté generando, a pesar de que Francia hasta ahora ha rechazado la opción federal. Todo señala hacia un nuevo tipo de área monetaria, más en la línea de la federación que de la actual soberanía de los Estados. Es necesario avanzar hacia un gobierno económico europeo.
-. La decisión del día 9 avanza en esta línea. Debemos congratularnos, pero falta mucho tramo por definir. La reforma podría traer consigo alguno de estos puntos: perdida de voto de los países transgresores, severos controles de las decisiones fiscales de los Estados miembros, mayor coordinación fiscal lo que comporta ciertos avances hacia la unión política, mecanismo de ayuda en forma de un Fondo Monetario Europeo FME, que pueda decidir de las reformas precisas para países con problemas., que la eurozona avance hacia una unión fiscal con mayor pérdida de soberanía de los Estados miembros, reforzar el PEC y los mecanismos sancionadores, establecer normas de disciplina presupuestaria sobre el déficit estructural, expulsar al país recalcitrante en sus violaciones, retirada de fondos estructurales, emitir un eurobono para abaratar el coste de la financiación de los países con más dificultades, una estrategia global para impulsar la recuperación por la senda del crecimiento…
-. A los nacionalismos no les conviene el federalismo europeo. Entre todas bendiciones europeas que nos podría traer un gobierno económico europeo estaría la de aliviarnos del nacionalismo y de los sobre costes del Estado de las Autonomías.
-. Si fracasa la apuesta del día 9 abandonarán el euro los países que crearon el euro o al contrario, alguno de los países de la eurozona con problemas. Una encuesta alemana refleja la petición mayoritaria que se restablezca el marco como unidad monetaria. Los alemanes han creado de creer que el BCE es independiente de los gobiernos europeos, que ha cedido a sus presiones, además de haber tomado la decisión de comprar deuda soberana y bonos privados, para asegurar la liquidez de los países con problemas y a conceder préstamos con la garantía de unos títulos que una banca comercial prudente rechazaría, haciendo crecer su pasivo y aumentando su activo con una deuda de muy baja calidad.
-. La propuesta de crear un Fondo Monetario Europeo FME que represente para las políticas presupuestarias, algo similar a lo que el BEC es para las políticas monetarias, refuerza la cooperación supranacional y espanta la especulación. El FME tendría legitimidad para definir impuestos europeos, seguros comunes de desempleo, supervisar las políticas presupuestarias nacionales y emitir conjuntamente deuda pública.
-. Sigamos el precepto de Maquiavelo: “Cuando hacemos algo por necesidad, debemos presentarlo, como si lo hiciéramos por nuestra propia voluntad”. Lo sensato sería convertir la crisis en oportunidad para acelerar la integración continental con un salto en la unión política y económica. Si no, sería un parche para detener la crisis de la moneda única, que no solucionará el problema, sino lo aplaza. No debemos permitir que Europa acabe donde comenzó:: en Grecia
.-. Saludos. Lacalle Mediavilla