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DEZA: EL LEGADO DEL MÉDICO HUMANISTA DON GREGORIO MARAÑÓN...

EL LEGADO DEL MÉDICO HUMANISTA DON GREGORIO MARAÑÓN (1887 – 1960) IV (Continuación)

3-. Su exilio en París

-. Al peligrar su vida, a mediados de diciembre de 1936, Marañón partió hacia Paris, en compañía de Ramón Menendez Pidal, con sus familias.

-. Como muchos de los intelectuales liberales se percataron de la sovietización del régimen de Madrid, pero minimizaron el peligro fascista.

-. Por su talante personal Marañón ha sido integrado en la Tercera España, entendida ésta por aquella que se sintió divorciada del giro que tomaron los acontecimientos en el verano de 1936. Como soriano recomiendo la lectura de un pequeño libro reciente de Heliodoro Carpintero titulado. “La tercera España “, donde se relata la relación entre los Julianes Marías y Besteiro, lo que veían venir y la preparación a la ciudadanía para una paz digna.

-. Desde el exilio, Marañon ayudó a cuantos pudo al tiempo que insistía en la necesidad de la reconciliación nacional para la construcción de la futura España. En París, Marañón contempla la entrada de las tropas alemanas, escribe y sobre todo, recuerda a España, sufre con España, sueña a España. Tiene nostalgia española y compraba discos de cante flamenco. En el hombre, como en la literatura, todo que no es nostalgia es imitación, y allí estaba el Marañón auténtico, el que pudo escribir tal vez las líneas más impresionantemente finas que se han escrito en nuestra época: las que en su biografía de Tiberio se refieren a la teoria del resentimiento y al dolor de la expatriación.

-. Marañón, se convierte enseguida en el centro de la vida del grupo de intelectuales relevantes que comparten exilio.

-. En París, fue autorizado de manera excepcional para ejercer la medicina en los hospitales franceses y en su consulta privada. Recibe invitaciones de las principales Cátedras universitarias y Servicios hospitalarios

-. En aquellos años Marañón trabaja arduamente en la preparación de varios libros: Españoles fuera de España, Elogio y nostalgia de Toledo, Tiberio, Manual de diagnóstico etiológico, Luis Vives, un español fuera de España y Don Juan. Se encierra junto a su mujer, Da. Lola Moya, en los Archivos Nacionales de Francia, con manta y mucho frío, y allí buscan y escriben numerosas fichas sobre el tema de la emigración, y entre cuyos resultados sobresaldría, ya en 1947, su monumental «Antonio Pérez»..

-. Fue en Paris cuando tomó los sugestivos «Apuntes» inéditos que ahora aparecen en un conjunto de cuadernillos que reflejan la universalidad de su saber.

-. Marañón mantiene una intensa colaboración con la prensa francesa y sobre todo con la de Cuba, Argentina y Méjico Son artículos en los que Marañón reflexiona sobre la situación política en España y defiende a España de los ataques injustificados de algunos escritores En artículos y entrevistas no niega que en los dos bandos enfrentados se han cometido graves errores

.-. Desde el principio mostró Marañón una actitud contraria al movimiento comunista en España. Señala: “Esa constante mentira comunista es lo más irritante de los rojos. Por no someterme a esa servidumbre estúpida de la credulidad, es por lo que estoy contento de mi actitud”.

-. Ya en el banquete que le ofreció el PEN Club de Francia en 1937 proclama, "Yo, recién venido de un país que está ardiendo, me atrevo a proclamar mi error de haber servido a veces bajo las banderas de un humanismo que no era el humanismo verdadero".

-. Marañon alega:“En la revisión de las culpas de la democracia, una de las mayores será, sin duda, la de haber creído que el intelectual está, por el hecho de serlo, capacitado para la política. Cuando el intelectual, por ser, en general, la antítesis del hombre de acción, es fundamental impolítico”.

.- El Dr. Marañón contesta a diario numerosas cartas que le llegan de amigos con noticias de España o en solicitud de amparo, ayuda o consejo, tarea a la que el ilustre médico dedica su tiempo con generosidad, muchas veces informando del resultado de una eficaz gestión que acabó con angustias de compatriotas y mantiene reuniones periódicas con el grupo de sus amigos íntimos que están, como él, exiliados en París o que ocasionalmente pasan por allí. Así Ramón Pérez de Ayala, Azorín, José Ortega, Sebastián Miranda, Pío Baroja, el Dr. Hernando, conocen de la fruición de estas reuniones, en general compartiendo mantel, que amorosamente prepara Dª. Lola.

-. En la larga serie de artículos para la prensa hispanoamericana, ocupan lugar especial los dedicados a Toledo con los que compondrá después un hermoso libro Elogio y nostalgia de Toledo, donde con prosa limpísima declara su pasión de España.

-. En otros artículos, acude presto a su pluma el tema español, el dolor y la lección de la guerra civil, el recuerdo de nuestros hombres ejemplares, la amorosa evocación de nuestro pasado y nuestras costumbres, el celo por el prestigio de la patria lejana, la explotación del exilio político como constante de la historia de España. Todo ello compone su noble visión de España a distancia.

-. Pero también, en los años del largo exilio, hace una revisión de sí mismo; "en aquellos años tuve tiempo de conocerme a mí mismo ", dirá casi al final de su vida.

-. Confesor de sí mismo, conocedor y dueño de su persona, Marañón conquista en París dos tesoros impagables, la serenidad y la melancolía. "En relación con España tuve un dolor y una satisfacción de conciencia que me han puesto en paz para siempre".

-. Desde París descubre América, en dos viajes que lleva a cabo en la primavera de 1937 (Uruguay, Argentina, Chile y Brasil), y en 1939 (Perú, Bolivia, Argentina, Uruguay y Brasil).

-. Como español aprende que Hispanoamérica es, a la vez, recuerdo y nostalgia. Recuerdo de sí mismo, al llegar: "Yo, amigos míos, -dirá Marañón- he encontrado aquí, donde creía no haber estado nunca, la huella de mi pié". Nostalgia de la vida posible, al regreso: "El español que ha estado en América incorpora para siempre en su corazón un elemento perdurable, que es la nostalgia de América, que no nos abandonará jamás". El exilio reveló a Marañón el sentido de América y afinó y enriqueció su conciencia histórica de hombre del siglo XX.

-. La rica personalidad de Marañón llega a su plenitud durante los años comprendidos entre el estío de 1936 y el otoño de 1942.