Luz ahora: 0,11600 €/kWh

DEZA: EL LEGADO DEL MÉDICO HUMANISTA DON GREGORIO MARAÑÓN...

EL LEGADO DEL MÉDICO HUMANISTA DON GREGORIO MARAÑÓN (1887 – 1960) VII (Continuación)

E.- Historiador y ensayista.

-. El quinto apartado de la exposición se presentan manuscritos y obra de Gregorio Marañón en el ámbito histórico y ensayístico.

-. Destacan los diferentes manuscritos del Ensayo biológico del padre Feijoo que permiten al visitante seguir el proceso de formación de este libro (manuscrito, trascripción mecanografiada, primeras pruebas, segundas pruebas y libro).

-. Además se recogen manuscritos de otras obras de Marañón como El Conde-Duque de Olivares o El Greco y Toledo.

-. Además de su dedicación intensa a la medicina, escribió sobre casi todo: historia, arte, la cocina, el vestido, el peinado, etc

-. Más allá de sus aportes en el plano científico, a los que se dedicó en "cuerpo y alma", sobresalió en Gregorio Marañón sus aspectos éticos, morales, culturales e históricos, siendo su estilo el eslabón entre el ensayo literario y el específicamente científico.

-. De su obra y pensamiento médico, destacaba, además de su impulso de la especialidad de la endocrinología en España, su visión antropocéntrica de la medicina.

-. Como historiador, fue. escritor de psicobiografías, creando un género literario singular e inédito: "ensayo biológico", donde describe las pasiones humanas a través de personajes históricos y sus características psíquicas y fisiopatologías estudiando facetas del comportamiento humano como la timidez, la pasión de mandar, la impotencia o el resentimiento. en personajes como Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo (la impotencia) (1930); Amiel. Un estudio sobre la timidez (1932); Las ideas biológicas del padre Feijoo (1934); El Conde-Duque de Olivares. La pasión de mandar (1936); Tiberio. Historia de un resentimiento (1939); la intriga y la traición política en Antonio Pérez (el hombre, el drama, la época), uno de los hacedores de la leyenda negra española; el "donjuanismo" en Don Juan, etc. Marañón los analiza como si de casos clínicos se tratase, interpretando sus vidas desde un punto de vista médico, mediante su peculiar estilo, el llamado “ensayo biológico”, auténtico eslabón entre el ensayo literario y el específicamente científico. Su narrativa se caracterizó por una excelente prosa que introduce al lector en el universo de cada personaje histórico y su época

-. Del aspecto moralista de Marañón, trazó las líneas generales de su idea del hombre que contextualizó a través de su edad, su sexo o vida sexual, su situación histórica y su vida civil –a través de sus dos modos principales que para Laín eran la patria y la profesión

-. En los años que permaneció en París además de ejercer la medicina, al mismo tiempo llevó a cabo una intensa investigación en los Archivos Nacionales buscando documentación para la elaboración de una historia de la emigración política española que nunca vió la luz como tal, pero cuyos resultados subyacen en la mayor parte de sus obras históricas de años venideros –como por ejemplo, en Luis Vives. Un español fuera de España (1942),

1-. Su obra Antonio Pérez (el hombre, el drama, la época) publicada en 1947, es la que ha conformado, junto a su biografía sobre El conde-duque de Olivares, su gran aportación a la historiografía contemporánea española que, de hecho, influyó en toda su obra y persona. Según algunos historiadores es la mejor biografía del controvertido personaje

-. Antonio Pérez nacido en Monreal de Ariza (Zaragoza), pueblo cercano a Deza, es la de Marañón Haciendo gala de un impresionante conocimiento de la documentación sobre el tema, Marañón proporciona rigor y profundidad científica al infinito serial de anécdotas que constituye la vida de A. Pérez Algunos analistas le reprochan un talante excesivamente centralista que le lleva a dedicar juicios apasionadamente contrarios a los fueristas aragoneses.

-. Su visión del temperamento de A. Pérez es magistral.. Marañón destaca en el personaje su vanidad. Le gustaba perfumarse y cuidarse mucho los dientes. Cínico y amoral también, con infinita capacidad para la íntriga; lo demuestra en sus relaciones con don Juan de Austria, jugando en el papel de espía doble entre Felipe II y su hermano, o en sus tratos con los rebeldes de Flandes.

-. Simpático y con gracejo natural; de desbordante vitalismo y talante hedonista, aficionado al juego, al vino y al sexo sin fronteras, calificándolo Marañón de intersexual funcional, un derroche de consumista que le obligó a todo género de corruptelas para sostener su altísimo tren de vida. Como diría Luis Miguel Dominguín: “Un poseso de los siete pecados capitales”

2-. Su obra “El Conde-Duque de Olivares. La pasión de mandar (1936)” se la dedica: ” A Azorín, gran historiador del alma de España “. Marañón anuncia desde el principio que la pasión de mandar fue la dimensión capital de don Gaspar. A Marañón le gustaba la realidad viva, con sus defectos, con sus contradicciones, con sus pasiones, con sus vicios, con sus crisis: esto es lo que le apasionaba Lo que hace en definitiva con el conde – duque es acercarse a él para mirarlo con una mirada detallada y concreta.

-. Marañón estudia la ” España que sigue en todas partes, y muy especialmente en América; pero se desentiende de algunos aspectos de Europa que le parecen inferiores y erróneos “. Esta es la España que vence en Breda (1625) con las lanzas velazqueñas, luego es derrotada en en Rocroy (francia) (1643) durante la Guerra de los Treinta Años; la España que sufría los conflictos de Portugal, independizado con Juan IV de Braganza; la guerra de “Els segadors” de Cataluña (1640). El final de esta guerra significa la derrota de los designios de Olivares y la pérdida de los territorios catalanes al norte de los Pirineos- los Condados de Rosellón y Cerdeña- que quedan en dominio francés desde 1659. El himno catalán de “Els segadors” (los segadores) se remonta a aquella época. Es la España de los conflictos con Andalucáa y de los interminables vaivenes en Europa. Al mismo tiempo, España creaba un inmenso tesoro de arte y espiritualidad.

-. Es sorprendente que Marañón publicara esta obra en 1936, antes de la guerra civil después de los estatutos catalán y vasco y le diera tanta importancia a Olivares. Al enjuiciar la obra de Olivares deberíamos hacerlo distinguiendo cuidadosamente dos términos: centralismo y unitarismo. Centralismo significa que en una sociedad, en un país., un centro impere sobre la totalidad, y que haya por tanto partes inertes. Unitarismo es algo muy distinto; quiere decir que el conjunto de una sociedad actúe como tal para determinar los proyectos y las rutas de la historia. El propósito de Olivares no era el centralismo, sino el unitarismo: quería que todos participaran activamente en la vida nacional.. En las sociedades modernas como la actual,, no hay lugar para el centralismos.

3-. En su obra:”Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo (la impotencia) “ (1930), ofrece una síntesis perfecta de la manera marañoniana: investigación de biólogo, trabajo de historiador y tarea de magistral pluma: el tiempo del discutido rey de Castilla, el aire tormentoso de su época, de cara al Renacimiento, los hombres, y las pasiones.

-. Marañón dice:”Ni don Enrique fue tan impotente que merezca seguir ostentando ante la posteridad este sambenito, ni es justo el unánime aprobio que pesa sobre la memoria de doña Juana, su mujer, admirable ejemplar de esa flor de la feminidad, que los hombres, durante tantos siglos, se han dado el gusto de corromper”.

-.”Cada día me parece más claro que Don Enrique IV fue menos impotente de lo que dicen; que su mujer doña Juana fue mucho más buena de lo que nos cuentan los libros; que la Beltraneja no fue hija del necio don Beltrán, sino, quizá, del Rey, que, como todos los cojos, no dejaba de andar, cuando podía, aunque tropezando”.