Deza
Las raíces de Deza, villa que fuera señorío de los duques de Medinaceli, se hunden profundas en el tiempo, como se desprende de los vestigios arqueológicos del eneolítico-bronce de la Venta del Hambre y Valdecatalán. Situada en la fértil vega del río Henar, y rodeada de numerosas fuentes de sugerentes nombres (de Muza, de Almanzor, de Suso y la del río Algadir), una necrópolis atestigua que ya se encuentra ocupada en época visigoda, aunque es realmente en la época de dominación islámica cuando Deza adquiere la importancia que tendría posteriormente durante siglos, como avanzada militar árabe primero y como Villa Frontera con Aragón después. De época tan remota debe proceder alguna de sus tradiciones, como la alfarería que se realizaba durante el siglo XX.
La primera referencia podría ser el relato de las crónicas de Sampiro sobre una aceifa de Alfonso III el Magno en el 876, aunque existen dudas razonables sobre la verdadera identidad del Dezam de las crónicas con Deza.
Según describen Clemente Sáenz Ruidrejo y Florentino Zamora Lucas en Corpus de castillos medievales de Castilla, la villa se encontraba rodeada de una muralla de origen árabe, muy modificada por cristianos, de mampostería sin trabajar y de considerable altura, de la que apenas quedan restos. Superada por la actual población, tenía orientación NO-SE de forma alargada. No se aprecian restos de torres u otras construcciones en la muralla. En su interior, en el lugar conocido como del Castillo o La Fortaleza se encontraba el castillo original, con un acceso en arco de medio punto flanqueado por dos cuerpos y con una rampa junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, gótica, y donde indican que debió haber otra puerta de defensa exterior y que pudo tener una barrera muy fuerte.
La casa fuerte de los Finojosa, hoy convertida en sala de exposiciones (¡no te pierdas la película de principios de siglo de las fiestas!), y que se encuentra en el perímetro de la villa, es de planta cuadrada, con dos torres y patio de dos plantas. Desde la puerta situada junto al palacio, ya fuera de la villa, se accede por un camino a las ruinas de un antiguo palacio con barrera.
La reconquista cristiana de Deza se puede decir que comienza el 3 de septiembre de 974, cuando el conde García Fernández, aprovechando la ausencia de Galib que se encuentra en África, ataca junto con los de Lara el campo de Gómara y llega hasta Deza. Seguramente sólo se tratase de una escaramuza en busca de botín, pero a consecuencia de ello fallece Mahde ben Timlet, uno de los hijos de Amril (Torre de Amril), Walí o gobernador del campo de Gómara, en el lugar desconocido de Fahs Albaracat ("el campo de las bendiciones"). No sería totalmente reconquistada hasta después de la toma de Toledo.
Ya en 1190 Don Munio de Finojosa recibe de su padre la herencia de Deza. Recibirá la villa de Alfonso VIII el Fuero Extenso de la ciudad de Soria, que posteriormente se adaptaría a Monteagudo. Deza además contaría con una importante aljama hebrea, fuente de comercio, y comunidad mudéjar durante la Baja Edad Media.
Sería Deza villa de conflictos en la frontera entre Castilla y Aragón y en las guerras de la Raya. Tal es así que durante los siglos XIII al XV pasará de unos a otros continuamente, a veces con graves consecuencias para su población, como en el caso relatado de 1429, en que el rey de aragón se lleva cautivos a todos los moradores assi Christianos como Moros y metieron la villa a sacomano, y quemaron, y derribaron algunas casas.
En 1296, los infantes de la Cerda se apoderan de Deza y otras poblaciones del este soriano, que devolverán a Castilla a regañadientes tras las paces de Tarazona (1305) y las vistas de Huerta y Monreal de 1308. Paces por lo general breves, como las de Deza de 1361 entre Pedro I el Cruel y el Rey aragonés, firmadas a instancias del cardenal Guido, que duraron escasamente un año. Será cuartel general de Pedro I durante las guerras con los Trastámaras, y será entregada a Beltran Duguesclin, junto con Almazán, Morón y Monteagudo, por el Rey Enrique de Trastámara como recompensa por la ayuda en el asesinato de su hermanastro Pedro. En 1437 se firmarán las paces de Nápoles entre Castilla, Aragón y Navarra, por las que Deza pasa de nuevo a ser castellana.
De nuevo según Clemente Sáenz Ruidrejo y Florentino Zamora, en 1484 es alcaide de la fortaleza de Deza Martín Fernández, y en el año 1600 se alcanza un acuerdo entre los duques de Medinaceli y la villa por la que se nombra nuevo alcaide de la fortaleza. En 1618 Felipe II exime a Deza de la obligación de alojar tropas, si bien sería en Deza donde se refugiarían las tropas españolas tras el encuentro con los franceses en Yanguas en 1810.
Fray José Velázquez de Fresneda, más conocido como Venerable Carabantes, fundaría un convento de capuchinos en Deza.
Según la recopilación de Eleuterio Carracedo Arroyo, el topónimo Deza tiene dos interpretaciones: por un lado, como topónimo de origen gallego o portugués, existiendo referencias de Madoz de un lugar y río Deza en la provincia de Pontevedra; por otro, como antropónimo Eza de origen vasco, Navarro más concretamente, derivado de Iza.
A 63 kms de Soria. El mejor camino es por la N-234 hasta Almenar, continuando por Gómara y Deza"
Un cordial saludo
.
Las raíces de Deza, villa que fuera señorío de los duques de Medinaceli, se hunden profundas en el tiempo, como se desprende de los vestigios arqueológicos del eneolítico-bronce de la Venta del Hambre y Valdecatalán. Situada en la fértil vega del río Henar, y rodeada de numerosas fuentes de sugerentes nombres (de Muza, de Almanzor, de Suso y la del río Algadir), una necrópolis atestigua que ya se encuentra ocupada en época visigoda, aunque es realmente en la época de dominación islámica cuando Deza adquiere la importancia que tendría posteriormente durante siglos, como avanzada militar árabe primero y como Villa Frontera con Aragón después. De época tan remota debe proceder alguna de sus tradiciones, como la alfarería que se realizaba durante el siglo XX.
La primera referencia podría ser el relato de las crónicas de Sampiro sobre una aceifa de Alfonso III el Magno en el 876, aunque existen dudas razonables sobre la verdadera identidad del Dezam de las crónicas con Deza.
Según describen Clemente Sáenz Ruidrejo y Florentino Zamora Lucas en Corpus de castillos medievales de Castilla, la villa se encontraba rodeada de una muralla de origen árabe, muy modificada por cristianos, de mampostería sin trabajar y de considerable altura, de la que apenas quedan restos. Superada por la actual población, tenía orientación NO-SE de forma alargada. No se aprecian restos de torres u otras construcciones en la muralla. En su interior, en el lugar conocido como del Castillo o La Fortaleza se encontraba el castillo original, con un acceso en arco de medio punto flanqueado por dos cuerpos y con una rampa junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, gótica, y donde indican que debió haber otra puerta de defensa exterior y que pudo tener una barrera muy fuerte.
La casa fuerte de los Finojosa, hoy convertida en sala de exposiciones (¡no te pierdas la película de principios de siglo de las fiestas!), y que se encuentra en el perímetro de la villa, es de planta cuadrada, con dos torres y patio de dos plantas. Desde la puerta situada junto al palacio, ya fuera de la villa, se accede por un camino a las ruinas de un antiguo palacio con barrera.
La reconquista cristiana de Deza se puede decir que comienza el 3 de septiembre de 974, cuando el conde García Fernández, aprovechando la ausencia de Galib que se encuentra en África, ataca junto con los de Lara el campo de Gómara y llega hasta Deza. Seguramente sólo se tratase de una escaramuza en busca de botín, pero a consecuencia de ello fallece Mahde ben Timlet, uno de los hijos de Amril (Torre de Amril), Walí o gobernador del campo de Gómara, en el lugar desconocido de Fahs Albaracat ("el campo de las bendiciones"). No sería totalmente reconquistada hasta después de la toma de Toledo.
Ya en 1190 Don Munio de Finojosa recibe de su padre la herencia de Deza. Recibirá la villa de Alfonso VIII el Fuero Extenso de la ciudad de Soria, que posteriormente se adaptaría a Monteagudo. Deza además contaría con una importante aljama hebrea, fuente de comercio, y comunidad mudéjar durante la Baja Edad Media.
Sería Deza villa de conflictos en la frontera entre Castilla y Aragón y en las guerras de la Raya. Tal es así que durante los siglos XIII al XV pasará de unos a otros continuamente, a veces con graves consecuencias para su población, como en el caso relatado de 1429, en que el rey de aragón se lleva cautivos a todos los moradores assi Christianos como Moros y metieron la villa a sacomano, y quemaron, y derribaron algunas casas.
En 1296, los infantes de la Cerda se apoderan de Deza y otras poblaciones del este soriano, que devolverán a Castilla a regañadientes tras las paces de Tarazona (1305) y las vistas de Huerta y Monreal de 1308. Paces por lo general breves, como las de Deza de 1361 entre Pedro I el Cruel y el Rey aragonés, firmadas a instancias del cardenal Guido, que duraron escasamente un año. Será cuartel general de Pedro I durante las guerras con los Trastámaras, y será entregada a Beltran Duguesclin, junto con Almazán, Morón y Monteagudo, por el Rey Enrique de Trastámara como recompensa por la ayuda en el asesinato de su hermanastro Pedro. En 1437 se firmarán las paces de Nápoles entre Castilla, Aragón y Navarra, por las que Deza pasa de nuevo a ser castellana.
De nuevo según Clemente Sáenz Ruidrejo y Florentino Zamora, en 1484 es alcaide de la fortaleza de Deza Martín Fernández, y en el año 1600 se alcanza un acuerdo entre los duques de Medinaceli y la villa por la que se nombra nuevo alcaide de la fortaleza. En 1618 Felipe II exime a Deza de la obligación de alojar tropas, si bien sería en Deza donde se refugiarían las tropas españolas tras el encuentro con los franceses en Yanguas en 1810.
Fray José Velázquez de Fresneda, más conocido como Venerable Carabantes, fundaría un convento de capuchinos en Deza.
Según la recopilación de Eleuterio Carracedo Arroyo, el topónimo Deza tiene dos interpretaciones: por un lado, como topónimo de origen gallego o portugués, existiendo referencias de Madoz de un lugar y río Deza en la provincia de Pontevedra; por otro, como antropónimo Eza de origen vasco, Navarro más concretamente, derivado de Iza.
A 63 kms de Soria. El mejor camino es por la N-234 hasta Almenar, continuando por Gómara y Deza"
Un cordial saludo
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