Camino del Cid
El Camino del Cid discurre por ocho provincias españolas.
Páginas interiores de alguno de los folletos sobre el Camino del Cid que recogen información sobre los anillos de la ruta. El Camino del Cid es un itinerario turístico cultural basado en un personaje histórico, Rodrigo Díaz, y en una obra literaria: El Cantar de mío Cid. En ambos casos se trata de referencias de ámbito internacional: el Cid, "héroe castellano por excelencia, el caballero más excelso de la España medieval",[1] y el Cantar, "una de las grandes obras clásicas de la literatura europea",[2]
La ruta atraviesa ocho provincias españolas (Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante) pertenecientes a cuatro Comunidades Autónomas (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana). Puede recorrerse tanto por carretera como por sendero.
Orígenes del Camino del Cid
Ramón Menéndez Pidal recorre con María Goyri el Camino del Cid. El Cantar de mio Cid es una obra literaria en la que se entremezclan historia y ficción. El itinerario seguido por el Cid histórico no se corresponde íntegramente con el descrito en el Poema. Esta cuestión también puede trasladarse a la figura del Campeador, tal y como explica Gonzalo Martínez Diez,
"es preciso distinguir y separar netamente dos personajes muy diversos: uno es el Rodrigo Díaz, noble castellano y conquistador de Valencia, y otro el Cid del Cantar o de la leyenda, el de la jura de Santa Gadea, el padre de la hijas afrentadas en el robledal de Corpes o el de las cortes de Toledo. Muy poco o nada tiene que ver el primero, el personaje nacido hacia el año 1050 en el reinado de Fernando I y muerto en 1099 en el de Alfonso VI, con el segundo, el nacido y crecido en la mente y devoción creadora de los juglares y en la genial inspiración del autor del Cantar de mío Cid, aunque revista sus invenciones de detalles seudohistóricos con el fin de insuflar verismo o verosimilitud histórica a la creación artística".
En el Cantar de mío Cid, su autor debió de utilizar las referencias históricas a su alcance y sus propios conocimientos geográficos para diseñar una ruta conformada mayoritariamente por calzadas romanas, rutas comerciales y caminos históricos. Partiendo de esta teoría, no puede hablarse de una ruta imaginaria, sino de una red de caminos y lugares sobre la que se asienta el argumento del Cantar. Este entramado de caminos —algunos de los cuales perviven en la actualidad— comenzaron a recorrerse ya como itinerario cidiano a finales del siglo XIX, cuando Archer Huntington, fundador de la Hispanic Society of America, y poco después Ramón Menéndez Pidal y su mujer María Goyri iniciaron la búsqueda de las huellas del Cid por tierras castellanas y aragonesas.
Con estos precedentes la Diputación de Burgos, en el año 1996, ideó habilitar un camino senderista que uniera Vivar del Cid con San Pedro de Cardeña a través de la ciudad de Burgos, los tres hitos fundamentales que aparecen reflejados en los primeros versos del poema.
Cantar de mío Cid. Cantar Primero.
De Vivar a Burgos
Allí piensan de aguijar, allí sueltan las riendas.
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meció mio Cid los ombros e engrameó la tiesta:
- ¡Albricia, Álvar Fáñez, ca echados somos de tierra!-
en su conpaña sessaenta pendones.
Exiénlo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos, tanto avién el dolor,
de las sus bocas todos dizían una razón:
- ¡Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor!-
[...]
Salida de Burgos
Spidiós el caboso de cuer e de veluntad.
Sueltan las riendas e pinesan de aguijar.
Dixo Martín Antolínez, el burgalés natural:
- Veré a la mugier a todo mio solaz;
castigarlos he cómmo abrán a far.
Si el rey me lo quisiere tomar, a mí non m´incal.
Antes seré convusco que el sol quiera rayar.-
Tornávas´Martín Antolínez a Burgos e mio Cid a aguijar,
pora San Pero de Cardeña, cuanto pudo espolear.
.
Versos 10 y ss. Cantar de mío Cid[3]
El Camino del Cid discurre por ocho provincias españolas.
Páginas interiores de alguno de los folletos sobre el Camino del Cid que recogen información sobre los anillos de la ruta. El Camino del Cid es un itinerario turístico cultural basado en un personaje histórico, Rodrigo Díaz, y en una obra literaria: El Cantar de mío Cid. En ambos casos se trata de referencias de ámbito internacional: el Cid, "héroe castellano por excelencia, el caballero más excelso de la España medieval",[1] y el Cantar, "una de las grandes obras clásicas de la literatura europea",[2]
La ruta atraviesa ocho provincias españolas (Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante) pertenecientes a cuatro Comunidades Autónomas (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana). Puede recorrerse tanto por carretera como por sendero.
Orígenes del Camino del Cid
Ramón Menéndez Pidal recorre con María Goyri el Camino del Cid. El Cantar de mio Cid es una obra literaria en la que se entremezclan historia y ficción. El itinerario seguido por el Cid histórico no se corresponde íntegramente con el descrito en el Poema. Esta cuestión también puede trasladarse a la figura del Campeador, tal y como explica Gonzalo Martínez Diez,
"es preciso distinguir y separar netamente dos personajes muy diversos: uno es el Rodrigo Díaz, noble castellano y conquistador de Valencia, y otro el Cid del Cantar o de la leyenda, el de la jura de Santa Gadea, el padre de la hijas afrentadas en el robledal de Corpes o el de las cortes de Toledo. Muy poco o nada tiene que ver el primero, el personaje nacido hacia el año 1050 en el reinado de Fernando I y muerto en 1099 en el de Alfonso VI, con el segundo, el nacido y crecido en la mente y devoción creadora de los juglares y en la genial inspiración del autor del Cantar de mío Cid, aunque revista sus invenciones de detalles seudohistóricos con el fin de insuflar verismo o verosimilitud histórica a la creación artística".
En el Cantar de mío Cid, su autor debió de utilizar las referencias históricas a su alcance y sus propios conocimientos geográficos para diseñar una ruta conformada mayoritariamente por calzadas romanas, rutas comerciales y caminos históricos. Partiendo de esta teoría, no puede hablarse de una ruta imaginaria, sino de una red de caminos y lugares sobre la que se asienta el argumento del Cantar. Este entramado de caminos —algunos de los cuales perviven en la actualidad— comenzaron a recorrerse ya como itinerario cidiano a finales del siglo XIX, cuando Archer Huntington, fundador de la Hispanic Society of America, y poco después Ramón Menéndez Pidal y su mujer María Goyri iniciaron la búsqueda de las huellas del Cid por tierras castellanas y aragonesas.
Con estos precedentes la Diputación de Burgos, en el año 1996, ideó habilitar un camino senderista que uniera Vivar del Cid con San Pedro de Cardeña a través de la ciudad de Burgos, los tres hitos fundamentales que aparecen reflejados en los primeros versos del poema.
Cantar de mío Cid. Cantar Primero.
De Vivar a Burgos
Allí piensan de aguijar, allí sueltan las riendas.
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meció mio Cid los ombros e engrameó la tiesta:
- ¡Albricia, Álvar Fáñez, ca echados somos de tierra!-
en su conpaña sessaenta pendones.
Exiénlo ver mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos, tanto avién el dolor,
de las sus bocas todos dizían una razón:
- ¡Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor!-
[...]
Salida de Burgos
Spidiós el caboso de cuer e de veluntad.
Sueltan las riendas e pinesan de aguijar.
Dixo Martín Antolínez, el burgalés natural:
- Veré a la mugier a todo mio solaz;
castigarlos he cómmo abrán a far.
Si el rey me lo quisiere tomar, a mí non m´incal.
Antes seré convusco que el sol quiera rayar.-
Tornávas´Martín Antolínez a Burgos e mio Cid a aguijar,
pora San Pero de Cardeña, cuanto pudo espolear.
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Versos 10 y ss. Cantar de mío Cid[3]
Real Monasterio de San Agustín, sede del Consorcio Camino del Cid. El itinerario planteado por la Diputación burgalesa, en origen de 18 kilómetros, fue el inicio del camino actual, que cuenta con más de 2.000 kilómetros de recorrido. En el año 1998, la Diputación Provincial de Soria se unió al proyecto. En ese momento, el Camino del Cid adquirió dimensión regional. Posteriormente, la Diputación de Guadalajara se sumó a las de Burgos y Soria, y desde allí se invitó al resto de Diputaciones que, en la actualidad, integran el Consorcio Camino del Cid (Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante), a incorporarse al proyecto.[4] Finalmente, las ocho diputaciones implicadas firmaron un protocolo en el Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos) comprometiéndose a crear un itinerario turístico-cultural que, por sus dimensiones y contenido, pudiera convertirse en un importante itinerario literario europeo. El protocolo se cristalizó con la creación del Consorcio Camino del Cid, una institución pública sin ánimo de lucro de la que son miembros las ocho diputaciones fundadoras y cuya sede se ubica en el Real Monasterio de San Agustín, en Burgos[5]
El Camino del Cid y el Cantar
Página inicial del Cantar de mío Cid. El Camino del Cid, al estar basado en el Cantar, es una ruta literaria. En el poema se citan muchas localidades ligadas al Cid histórico así como pasajes muy concretos.[6]
Las principales razones por las que se adoptó el Cantar como principal referente a la hora de diseñar los trazados del Camino del Cid en perjuicio de lugares que, históricamente han estado vinculados a la figura del Cid —como Zamora— son, entre otras, por la imposibilidad de trazar un camino histórico fidedigno, debido a la escasez de fuentes y a la inexactitud de las mismas. En el caso de que pudieran determinarse estos itinerarios, su gran longitud imposibilitaría su configuración como recurso turístico, pues el Cid histórico recorrió, al margen de las provincias que integran la actual ruta, otras como la ya citada Zamora, Murcia, Oviedo, Sevilla, Barcelona o las comunidades autónomas de La Rioja y Navarra.[7]
Desde sus orígenes, el itinerario se ha identificado con el recorrido seguido por el Cid en el Cantar. Además, el Cantar ha facilitado el conocimiento de su protagonista convirtiéndose junto al Quijote y el don Juan en uno de los personajes más destacados del imaginario español. En esta línea, Gonzalo Martínez Díez explica:
"La admiración que suscitaba la personalidad y las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar cautivaron incluso a sus propios adversarios musulmanes; éste es el caso de Ibn Bassam, escritor coteáneo del Cid".
Se trata de uno de los personajes heroicos más importantes de la historia medieval europea. La impronta del Cid se proyecta en la cultura europea a través de numerosas expresiones artísticas Le Cid de Corneille, siglo XVII; la ópera Le Cid de Massenet, siglo XIX: la película El Cid, de Anthony Mann, 1961, etc.[8] Más allá de sus cualidades artísticas, estas obras confirman una presencia secular del Cid en la conciencia y la simbología occidentales a lo largo de los siglos así como el interés que aún despierta el personaje.
Lugares de interés
El Camino del Cid cuenta con una amplia diversidad de recursos. A los Patrimonios de la Humanidad de origen medieval como la catedral de Burgos, el mudéjar aragonés, la Lonja de Valencia o el Palmeral de Elche, se unen numerosos lugares y poblaciones de importante valor patrimonial como Covarrubias (Burgos), El Burgo de Osma (Soria), Sigüenza (Guadalajara), Daroca (Zaragoza), Albarracín (Teruel), Morella (Castellón), Játiva (Valencia) o Elche (Alicante).
Además de estos lugares, existen otros enclaves de interés. Ejemplos de arte románico, mozárabe, mudéjar, islámico y gótico conviven en este itinerario junto con parajes de valor medioambiental como los sabinares del Arlanza (Burgos), el Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara), las lagunas de Gallocanta (Zaragoza), la Sierra del Maestrazgo (Teruel y Castellón), la Albufera de Valencia o el Palmeral de Elche (Alicante).
Catedral de Burgos Patrimonio de la Humanidad.
Pórtico románico de la Iglesia de San Miguel de San Esteban de Gormaz, en Soria.
Molina de Aragón, en Guadalajara.
Lagunas de Gallocanta, en Zaragoza.
Ejemplo de mudéjar aragonés, en Montalbán, Teruel.
Vista general de Morella, en Castellón.
La Albufera de Valencia.
Vistas del Palmeral de Elche, en Alicante.
El Camino del Cid y el Cantar
Página inicial del Cantar de mío Cid. El Camino del Cid, al estar basado en el Cantar, es una ruta literaria. En el poema se citan muchas localidades ligadas al Cid histórico así como pasajes muy concretos.[6]
Las principales razones por las que se adoptó el Cantar como principal referente a la hora de diseñar los trazados del Camino del Cid en perjuicio de lugares que, históricamente han estado vinculados a la figura del Cid —como Zamora— son, entre otras, por la imposibilidad de trazar un camino histórico fidedigno, debido a la escasez de fuentes y a la inexactitud de las mismas. En el caso de que pudieran determinarse estos itinerarios, su gran longitud imposibilitaría su configuración como recurso turístico, pues el Cid histórico recorrió, al margen de las provincias que integran la actual ruta, otras como la ya citada Zamora, Murcia, Oviedo, Sevilla, Barcelona o las comunidades autónomas de La Rioja y Navarra.[7]
Desde sus orígenes, el itinerario se ha identificado con el recorrido seguido por el Cid en el Cantar. Además, el Cantar ha facilitado el conocimiento de su protagonista convirtiéndose junto al Quijote y el don Juan en uno de los personajes más destacados del imaginario español. En esta línea, Gonzalo Martínez Díez explica:
"La admiración que suscitaba la personalidad y las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar cautivaron incluso a sus propios adversarios musulmanes; éste es el caso de Ibn Bassam, escritor coteáneo del Cid".
Se trata de uno de los personajes heroicos más importantes de la historia medieval europea. La impronta del Cid se proyecta en la cultura europea a través de numerosas expresiones artísticas Le Cid de Corneille, siglo XVII; la ópera Le Cid de Massenet, siglo XIX: la película El Cid, de Anthony Mann, 1961, etc.[8] Más allá de sus cualidades artísticas, estas obras confirman una presencia secular del Cid en la conciencia y la simbología occidentales a lo largo de los siglos así como el interés que aún despierta el personaje.
Lugares de interés
El Camino del Cid cuenta con una amplia diversidad de recursos. A los Patrimonios de la Humanidad de origen medieval como la catedral de Burgos, el mudéjar aragonés, la Lonja de Valencia o el Palmeral de Elche, se unen numerosos lugares y poblaciones de importante valor patrimonial como Covarrubias (Burgos), El Burgo de Osma (Soria), Sigüenza (Guadalajara), Daroca (Zaragoza), Albarracín (Teruel), Morella (Castellón), Játiva (Valencia) o Elche (Alicante).
Además de estos lugares, existen otros enclaves de interés. Ejemplos de arte románico, mozárabe, mudéjar, islámico y gótico conviven en este itinerario junto con parajes de valor medioambiental como los sabinares del Arlanza (Burgos), el Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara), las lagunas de Gallocanta (Zaragoza), la Sierra del Maestrazgo (Teruel y Castellón), la Albufera de Valencia o el Palmeral de Elche (Alicante).
Catedral de Burgos Patrimonio de la Humanidad.
Pórtico románico de la Iglesia de San Miguel de San Esteban de Gormaz, en Soria.
Molina de Aragón, en Guadalajara.
Lagunas de Gallocanta, en Zaragoza.
Ejemplo de mudéjar aragonés, en Montalbán, Teruel.
Vista general de Morella, en Castellón.
La Albufera de Valencia.
Vistas del Palmeral de Elche, en Alicante.