Una calabaza se merecen los que pueden... y no quieren.
Me he enterado hace un momento de tu mareo, abuelo. Ánimo que no tiene importancia. Aprovecho, viendo tu ejemplo, para ratificarme en lo del otro día: Una calabaza para los que pueden y no quieren. (Se ve que algunos se pasan "mareados" toda la vida.) Lo tuyo, en cambio, ha sido pasajero. A cuidarse. Un abrazo.