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Febrero: AMINA AL TUHAIT
Nació en una pequeña aldea del Yemen. De familia muy pobre. Su padre la casó cuando tenía diez años. Con trece años fue madre. Asesinaron a su marido. Uno de los asesinos la culpó acusándola de ser su amante. Se salvó de la lapidación por estar embarazada. Ha salido de prisión, pero sigue viviendo encerrada y asustada. Su única esperanza es poder abandonar el país.
Nació en una pequeña aldea del Yemen. De familia muy pobre. Su padre la casó cuando tenía diez años. Con trece años fue madre. Asesinaron a su marido. Uno de los asesinos la culpó acusándola de ser su amante. Se salvó de la lapidación por estar embarazada. Ha salido de prisión, pero sigue viviendo encerrada y asustada. Su única esperanza es poder abandonar el país.
Marzo: FLORENCIA L. A.
Quedó viuda, relativamente joven, en los primeros setenta, y con hijos a su cargo. Y un montón de letras del piso sin pagar. Con esfuerzo, sacrificio y muchas privaciones consiguió sacar adelante a su familia.
Quedó viuda, relativamente joven, en los primeros setenta, y con hijos a su cargo. Y un montón de letras del piso sin pagar. Con esfuerzo, sacrificio y muchas privaciones consiguió sacar adelante a su familia.
Abril: ANA S. F.
Natural de un pueblo malagueño, llevaba adelante con su marido, en una barriada de la capital, una modesta granja de gallinas con la que se defendían relativamente bien. Una enfermedad dejó a su marido postrado en cama. Ana se multiplicó durante años para atender la casa, la granja y a su marido. Hoy, ya viuda, vive en una residencia.
Natural de un pueblo malagueño, llevaba adelante con su marido, en una barriada de la capital, una modesta granja de gallinas con la que se defendían relativamente bien. Una enfermedad dejó a su marido postrado en cama. Ana se multiplicó durante años para atender la casa, la granja y a su marido. Hoy, ya viuda, vive en una residencia.