Tienes razón, amigo comunicante. El alto es el abuelo y los demás sus padres y hermanos. Mi padre se llamaba Raimundo y además de ser labrador arreglaba todos los relojes de la comarca e incluso los que desechaban los relojeros de Soria. El los componía y andaban como nuevos. Mi maestro Don Andrés me decía que el tenía un despertador que se lo habían "desahuciado" en las relojerías sorianas y él se lo había reparado e iba al segundo.
Un abrazo.
Un abrazo.