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DEZA: A veces, una coma puesta por las prisas donde no debe,...

LO QUE SE HA ESCRITO, O SE ESCRIBE, DE DEZA

Nadie como los dezanos para hablar de su pueblo; por conocido y vivido. Evidente. Pero desde que descubrí este foro, he buscado apuntes, recortes, viejos periódicos, algunos amarillentos por el paso de los años, he ojeado (y hojeado) libros... hasta encontrar cosas de este nuestro pueblo rayano. Y permitidme que me lo apropie -por lo de "nuestro"- pues estamos hablando de nuestra tierra, y como tal objeto de nuestro cariño.
Y a propósito de Deza, traigo aquí, una vez más, lo que se ha escrito sobre ella, lo que también podría titularse "Deza vista por otros", o algo parecido.
Esta vez es un trabajo del profesor del Departamento de Arte de la Universidad de Salamanca, D. José María Martínez Frías, para el nº 52 (1976) de "Celtiberia", la revista del Centro de Estudios Sorianos, y que lleva por título
UNA IGLESIA COLUMNARIA EN LA PROVINCIA DE SORIA: LA PARROQUIAL DE DEZA

Como es un trabajo bastante largo, lo voy a reproducir por partes, y dejando a un lado las cuestiones técnicas. Dice así:

"Emplazada cerca del límite con la provincia de Zaragoza, Deza se convirtió, por su carácter fronterizo, en una estratégica plaza castellana en sus luchas con Aragón. El P. Minguella, sobre citas mal recogidas de Sampiro y el Albeldense, remontaba las primeras noticias de la villa al año 876, atribuyendo su conquista, en dicha fecha, al rey Alfonso III (Historia de la Diócesis de Sigüenza). Esta teoría ha sido posteriormente refutada por Rubén García al demostrar que el "Dezam" de la Crónica Albendense sería una corrupción de Nepza, fortaleza bereber situada algo más arriba de Mérida, sobre el Guadiana y, por tanto, sin nada que ver con la villa que nos ocupa.
El documento más antiguo conservado sobre Deza, data de 1457. Se trata de una confirmación hecha por el rey Enrique IV de un privilegio anterior concedido por Alfonso VIII y su mujer Doña Leonor, en 28 de junio era 1209 (año 1171), por el cual ordenan a todos los moros que vinieren a poblar Deça que entreguen la cuarta parte de todos los frutos que labraren y dos mencales anuales por razón de fonsadera, eximiéndoles de pagar otro fonsado, facendera o portazgo en todo el reino (Archivo Municipal de Deza)... Es posible, pues, que, ya en la segunda mitad del s. XII, arribara a la villa un buen contingente moro.
Este privilegio, según consta en otros documentos del archivo municpal de la villa, sería sucesivamente confirmado por Fernando III el Santo, Enrique IV -como ya vimos-, los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II.

Durante el s. XVI, la villa de Deza, señorío de los Duques de Medinaceli, debió de conocer el momento de su máximo esplendor. Carlos I al liberar a sus habitantes de hacendera, fonsadera y portazgo en todos sus reinos, lo hace "entendiendo que el pueblo de Deça es gran pro y guarda grande de la nuestra tierra". Es precisamente ahora, en el segundo tercio del s. XVI, cuando se levanta la fábrica de su iglesia parroquial -"una de las buenas del obispado", como se cita en una carta del s. XVIII- influída, sin duda, por la reciente construcción de la Colegiata de Berlanga que, como es sabido, tuvo un poderoso eco en toda la provincia.
Deza debió de alcanzar una alta cifra de población durante el s. XVI, población que se vería notablemente diezmada a comienzos de la centuria siguiente, como consecuencia de una de las medidas más trascendentales del reinado de Felipe III, la expulsión de los moriscos. En efecto, en uno de los libros parroquiales, hemos encontrado la siguiente referencia: "a ocho días de julio de 1611, salieron los moriscos de esta villa de Deza, fueron personas al pie de cuatrocientos". No obstante, a pesar de la sangría demográfica que hubo de suponer el éxodo de un contingente tan elevado, en el s. XVIII, con sus 300 vecinos, Deza todavía conserva uno de los índices de población más altos dentro de la provincia de Soria.
Eclesiásticamente perteneció al Obispado de Sigüenza y quedaba encuadrada en el Arziprestazgo de Ariza.

Leyendo ayer, sobre la iglesia de Deza, que "Carlos I al liberar a sus habitantes de hacendera, fonzadera y portazgo..." no pude menos que sentir el placer de leer palabras antiguas de nuestro hermoso idioma castellano que todavía se oyen por nuestros pueblos. Por desgracia, entre la despoblación y estos planes de estudios que sufrimos pronto caerán en el olvido, deprisa y sin pausa.
Efectivamente, cualquier soriano, sobre todo de nuestros pueblos, conoce el vocablo hacendera, incluso por propia experiencia.
Para mí, esa palabra tiene un profundo sentido democrático y solidario por cuanto en nuestros pueblos se hacía este "trabajo a que debe acudir todo el vecindario, por ser de utilidad común", como con exactitud recoge nuestra RAE.
Hacendera tiene muchos sinónimos en la tierra soriana. Veamos lo que dice el diccionario de las hermanas Goig Soler:
HACENDERA: trabajo al que debe acudir todo el vecindario por ser de utilidad común. También llamado reo vecino, azofra, y así hasta trece formas más de nombrar a esta prestación personal y gratuita del trabajo de los vecinos. Se llama a hacenderas para limpiar las acequias y manatiales, cortar la hierba de la dehesa, limpiar o reparar la iglesia, arreglar las cunetas, los jardines y, en general, todo aquello que es de uso común.
(Yo llamo a hacenderas a todos los dezanos que tengan internet para que nos cuenten en este foro historias vividas o conocidas de su patria chica. Perdonadme la licencia, y no lo toméis muy en serio no vayamos a desbordarlo.)
CENDERA: Forma de llamar a las hacenderas en Centenera de Andaluz, Torrearévalo y otros lugares.
AZOFRA: Hacenderas // Del árabe as-sufra, el impuesto, el ttabajo forzoso y gratuito. Prestación personal (María Moliner).
ZOFRAS: Hacenderas en Fuentetecha, Hinojosa del Campo y otros lugares.
También conservamos la palabra portazgo. En Madrid, en la antigua salida hacia el pueblo de Vallecas, junto al campo de fútbol del Rayo, existe la zona de Portazgo, que da nombre a una estación de metro.
PORTAZGO: Derechos que se pagan por pasar por un sitio determinado de un camino.
Edifico donde se cobra.
Los portazgos serían los antecesores de los fielatos.
FONSADERA: Servicio personal en la guerra, que se prestaba antiguamente.
Trabajo que se pagaba para atender los gastos de guerra.
Hermoso castellano, hijo del latín, muerto de los planes de estudios por decreto...

A veces, una coma puesta por las prisas donde no debe, puede determinar el sentido de una frase. Aunque a buen entendedor... El que está muerto por decreto es el latín, que conste. El castellano goza de buena salud, a pesar de algunos.
Disculpas. Un saludo.