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DEZA: Del blog de carmen....

Del blog de carmen.

" Una herradura, el calzado de caballos, mulos y burros, colgada en algún sitio, está considerado como el más universal de todos los amuletos de la suerte. Dicen que poner una herradura colgada detrás de la puerta trae buena suerte y al no saber exactamente el por qué de esta extraña superstición, me he informado y ahora os cuento lo que he encontrado.

Según los griegos, el hierro (en forma de media luna) protegía de los hechizos, así que la herradura colocada en la puerta impedía la entrada de las brujas y del mal. Tradicionalmente se creía que las herraduras que otorgaban más suerte eran las de los borricos, porque tienen siete agujeros, un número mágico por excelencia.

La herradura era un talismán poderoso en todas las épocas y en todos los países donde existía el caballo. Aunque los griegos introdujeron la herradura en la cultura occidental en el siglo IV, y la consideraban como símbolo de buena suerte, la leyenda atribuye a Dunstan el haber otorgado a la herradura, colgada sobre la puerta de una casa, un poder especial contra el mal.

Según la tradición, Dunstan, herrero de profesión pero que llegaría a ser arzobispo de Canterbury en el año 959, recibió la visita de un hombre que le pidió unas herraduras para sus pies, unos pies con sospechosa forma de pezuña. Dunstan reconoció inmediatamente a Satanás en su cliente, y explicó que, para realizar su tarea, era forzoso encadenar al hombre a la pared.
Deliberadamente, procuró que su trabajo resultara tan doloroso, que el diablo encadenado le pidió repetidamente misericordia.
Dunsta se negó a soltarlo hasta que el diablo juró no entrar nunca en una casa donde hubiera una herradura colgada sobre la puerta.

Desde la aparición de esta leyenda en el siglo X, los cristianos tuvieron la herradura en alta estima, colocándola primero sobre el dintel de la puerta y trasladándola luego más tarde al centro de ésta, donde cumplía la doble función de talismán y picaporte.

Para los griegos, los poderes de la herradura emanaban de otros factores. Las herraduras eran de hierro, un elemento que se creía que ahuyentaba al mal, y tenía la forma de una media luna en cuarto creciente, que desde antiguo era considerada como símbolo de fertilidad y fortuna.

Los romanos se apropiaron de este objeto, a la vez como práctico dispositivo ecuestre y como talismán, y su creencia pagana en sus poderes mágicos pasó a los cristianos, que dieron a esta superstición su versión basada en Dunstan.

En Rusia, al herrero que forjaba herraduras se le consideraba dotado de capacidad para realizar “magia blanca” contra la brujería.

Una herradura no podía colgarse de cualquier forma, su disposición correcta era con los extremos hacia arriba, porque de lo contrario su reserva de suerte se vaciaba.

Yo no tengo ninguna herradura colgada en la puerta, pero os aseguro que si mi padre se entera de esto me hace que la ponga."

Un abrazo.