Los ordenadores, Internet, la informática, en particular, y las nuevas tecnologías, en general, no hay duda de que constituyen un avance impensable hace unas décadas. Y es que los tiempos adelantan que es una barbaridad que dijo aquel. Pero no hay que olvidar que son medios, que nos ayudan, que nos ofrecen en muchas posibilidades, pero medios, al fin y al cabo.
Por lo que se entiende menos la afirmación que la anterior consejera de Educación de Andalucía declarase públicamente que "hoy en día ya no es necesario aprender nada, pues está todo en Internet", como recogía un dirigiente de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía en un artículo de prensa sobre los Centros TIC (Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación) o dicho de forma sencilla, colegios e institutos dotados de ordenadores para la enseñanza. Y si eso afirmaba toda una señora consejera, la máxima autoridad educativa de una comunidad autónoma... Uno se pregunta qué demonios hemos estado haciendo generaciones y generaciones de alumnos hincando codos si no era necesario aprender nada, pues todo estaba en las bibliotecas. Cualquier persona con dos dedos de frente entenderá que lo importante no es el lugar donde esté almacenado el saber, ya sea en una biblioteca o en internet, sino que ese saber debe ser asimilado por la mente humana gracias al esfuerzo, tesón, concentración, reflexión... Mentes bien amuebladas de conocimientos y de pensamiento. Mentes que se pregunten el qué, cómo, cuando, dónde, por qué; mentes que piensen por sí mismas y que tengan la suficiente capacidad crítica para discernir; mentes creativas que hagan frente a los retos planteados por la propia existencia. Sin esas mentes, la sociedad se aborrega y embrutece y de ahí a la barbarie y el totalitarismo sólo hay un paso.
Sí, en Internet puede estar casi todo, pero si la mente no está preparada previamente para asimilar los conocimientos, si no estamos capacitados de antemano para desenvolvernos con soltura con las ciencias y humanidades, difícilmente buscaremos en Internet una información o ampliación de estos conocimientos.
Habrá que preguntarse, entonces, si interesa que la sociedad piense... y bien. Reflexionando sobre la frase de la consejera se explica uno muchas cosas.
Saludos, Deza.
Por lo que se entiende menos la afirmación que la anterior consejera de Educación de Andalucía declarase públicamente que "hoy en día ya no es necesario aprender nada, pues está todo en Internet", como recogía un dirigiente de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía en un artículo de prensa sobre los Centros TIC (Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación) o dicho de forma sencilla, colegios e institutos dotados de ordenadores para la enseñanza. Y si eso afirmaba toda una señora consejera, la máxima autoridad educativa de una comunidad autónoma... Uno se pregunta qué demonios hemos estado haciendo generaciones y generaciones de alumnos hincando codos si no era necesario aprender nada, pues todo estaba en las bibliotecas. Cualquier persona con dos dedos de frente entenderá que lo importante no es el lugar donde esté almacenado el saber, ya sea en una biblioteca o en internet, sino que ese saber debe ser asimilado por la mente humana gracias al esfuerzo, tesón, concentración, reflexión... Mentes bien amuebladas de conocimientos y de pensamiento. Mentes que se pregunten el qué, cómo, cuando, dónde, por qué; mentes que piensen por sí mismas y que tengan la suficiente capacidad crítica para discernir; mentes creativas que hagan frente a los retos planteados por la propia existencia. Sin esas mentes, la sociedad se aborrega y embrutece y de ahí a la barbarie y el totalitarismo sólo hay un paso.
Sí, en Internet puede estar casi todo, pero si la mente no está preparada previamente para asimilar los conocimientos, si no estamos capacitados de antemano para desenvolvernos con soltura con las ciencias y humanidades, difícilmente buscaremos en Internet una información o ampliación de estos conocimientos.
Habrá que preguntarse, entonces, si interesa que la sociedad piense... y bien. Reflexionando sobre la frase de la consejera se explica uno muchas cosas.
Saludos, Deza.