Acabo de esstrenar la
primavera comiéndome una tortilla con espárragos campestres que recogí ayer. ¡Que buena, chicos...!
Pero también tengo que contar, que antes me he pegado una cortada en un dedo, el del E. T. Aquel que decía..."Mi caasa, mi caasa". En fin; la que se ha alterado un poco ha sido la mujer; pero ya se ha pasado el susto. No ganamos para los idem.
Un abrazo.