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DEZA: En nuestro pueblo se celebraba con gran solemnidad...

En nuestro pueblo se celebraba con gran solemnidad la Fiesta del Corpus. Todavía sigue teniendo relevancia; pero ahora es muy distinta en cuanto a devoción.
En tiempos se colgaban de las ventanas y balcones toda clase de colchas y sábanas bordadas para homenajear al Santísimo que salía bajo palio de la Iglesia con las campanas echadas al vuelo a todo gas y con los pendones ondeando al viento. Todo hombre se descubría a su paso y se hacía la genuflexión desde tres pasos antes de llegar a ti hasta rebasarte otros tres. Las mujeres sentadas en sus sillas por las calles, enfrente de sus casas, recibían las bendición de sus hijos pequeños, con la cruz procesional, los estandartes, banderas y finalmente con la custodia portada por el sacerdote revestido de fiesta y con el paño de hombros preceptivo.
A mitad de la Cuesta de la Parra se montaba un pequeño altar para descanso del sacerdote y para adorar e incensar el Santísimo. Yo de chico encontraba muy bonito este detalle y me pensaba que no habría otro igual en el mundo. Pobre de mí.
Hoy en día la gente contempla la procesión como un espectáculo folklórico y ni se inmuta cuando pasa la custodia. Son otros tiempos...
Un abrazo y Feliz Día del Corpus.