Luz ahora: 0,13177 €/kWh

DEZA: La cuestión del sobrepeso en los niños y jóvenes, a...

Pues el abuelo, te lo digo en persona amigo en el anonimato, deberá llevar mucho cuidado con sus pantagruélicos desayunos en Deza porque el médico le ha sacado en un análisis de sangre nada menos que el temido ácido úrico y lo ha puesto a régimen. Le ha entregado una lista en la que hay alimentos prohibidos (los mejores claro está); otros para probar de vez en cuando (los medianos) y por último una serie de porquerías que no hay quien las coma. Por algo me explico que con ellas baje el ácido úrico, el colesterol y pierda uno la grasa y hasta la salud, Y del vinillo, nada de nada. Así que tienes que escoger entre vivir renqueando o morir sano. No sé lo que es peor.

Un abrazo.

Es cierto que los alimentos que tomamos influyen directamente en nuestra salud. También se ha dicho que somos lo que comemos, bebemos y respiramos. Pasteur precisaba más afirmando que bebemos, comemos y respiramos el 90% de nuestras enfermedades. Dicen que, si queremos mantener la salud, debemos comer sano. Aunque hoy es difícil comer completamente sano, aun cuidándose. El campo está lleno de plaguicidas, pesticidas, herbicidas y otros productos químicos que son absorbidos por las frutas o vegetales que luego tomamos, o por los animales que sacrificaremos para comerlos; el aire que respiramos está enrarecido, sobre todo en las grandes ciudades; los ríos y mares cada vez están más contaminados, día a día convertidos en gigantescos vertederos receptores de todo tipo de sustancias tóxicas (y en esos ríos y mares viven los peces que luego hemos de comer). Según la Organización Mundial de la Salud, casi tres millones de personas se envenenan cada año en el planeta por su exposición directa a los productos químicos utilizados en el campo, de los que 200.000 mueren a consecuencia de esto. De ahí que se haga necesario conocer la procedencia de lo que comemos. Cierto que habrá que comer sano, pero tampoco creo que haya que obsesionarse en exceso.

Que lo anterior no debe hacernos perder de vista que la educación del consumidor, sus hábitos alimenticios, van a determinar en gran medida su mejor o peor salud. Abusar de cualquier alimento, hasta del agua, puede resultar perjudicial. En las campañas dirigidas a los consumidores por instituciones municipales o educativas, se hace hincapié en la conocida pirámide de los alimentos: la base formada por los que debemos tomar en mayor proporción y el vértice por los que menos. Según ella, el pan se debe tomar en cada comida, lo mismo que las frutas variadas; el aceite de oliva, los lácteos, las verduras y hortalizas y 2 litros de agua, a diario; las legumbres, el arroz o las pastas, tres veces por semana; aves y pescados, de tres a cinco veces por semana; los huevos, máximo de tres a cinco unidades por semana; las carnes rojas, máximo dos o tres veces por semana; por último, allá en el vértice estrechito, los dulces y grasas, muy poco. Miro, remiro y vuelvo a mirar todos los rincones de la pirámide, por si hubiera alguna galería oculta, pero no consigo encontrar la recomendación de ese rico vasito de vino tinto con las comidas. Caigo en la cuenta de que la pirámide debe estar hecha para menores de edad y conductores en activo. Supongo que los militares, sin y con graduación, y los jubilados podrán tomar un chorrito de la bota. Salud.

Los médicos están detectando de unos años a esta parte que, a consecuencia de los malos hábitos, la hipertensión arterial afecta cada vez a más jóvenes. (Y el colesterol y la diabetes.) Qué cosas. Las "goteras", propias de la acumulación de años de vida, la edad, ya aparecen en las primeras etapas, lo que no hace tanto era impensable.
La tensión se considera alta a partir de 14/9 en personas sanas, y a partir de 13/8 en personas con diabetes, colesterol o problemas renales.
Dicen los profesionales de la medicina que este incremento de la hipertensión arterial se debe a los hábitos poco saludables y a que realizan una alimentación incorrecta. Nada de qué extrañarse cuando ves lo que comen y lo que beben. Y pensar que no hace tanto éramos la envidia de muchos países por nuestra dieta equilibrada y mediterránea...
Siguen diciendo los expertos que en torno del 25% -nada más y nada menos-d e los menores de 25 años tiene obesidad o sobrepeso, con lo que llevan bastantes papeletas en el riesgo cardiovascular; que ya hay personas hipertensas con sólo 15 años, a esa edad que se conoce como "la niña bonita" y que esto va a más. También recomiendan evitar el tabaco y el consumo de alcohol.
Paradojas de la vida, que mientras no sé cuantos millones no tienen apenas nada que llevarse a la boca, aquí enfermemos por excesos. Eso en un país que no hace tantas décadas no andaba sobrado de casi nada.
Saludos, Deza.

La cuestión del sobrepeso en los niños y jóvenes, a causa de los málos hábitos alimenticios y el poco ejercicio, no es un tema para tomárselo a broma. Ya están surgiendo los problemas de salud, como se ha comentado aquí. Hace varias décadas los niños se movían mucho más que ahora y comían más sano. A lo sumo, te encontrabas con algún gordito porque esa solía ser su contitución.
Aunque estas cosas se saben, y las familias deberían tomárselo en serio, me he quedado sorprendido de unos datos sobre el peso tomados a niños de 11 años, del mismo colegio e idéndica balanza (6º de Primaria). Con un lógico margen de error y sin darles un carácter científico, es significativo lo que aquí se observa:

Año 1987 (los nacidos en 1976):

Peso medio de los niños: 39 kilos
Peso medio de las niñas: 37 kilos.

Año 2004 (los nacidos en 1993):

Peso medio de los niños: 44,3 kilos
Peso medio de las niñas: 44,6 kilos.

Año 2008 (los nacidos en 1997):

Peso medio de los niños: 45 kilos
Peso medio de las niñas: 46,2 kilos.

Para reflexionar.