En mis tiempos, al billete de mil pesetas (ahora que ha salido a relucir lo del dinero antiguo) se le llamaba el de la burriquilla simplemente porque con él, te podías comparar un borrico o una borrica, indiferentemente, según tus preferencias. Ahora, con el valor actual de las cosas te podrías comprar un par de kilos de cerezas en alguna frutería o bien tomarte un desayuno con un bocata en algún bar. No vayas con tan poco dinero a ninguna cafetería de lujo, que posiblemente quedarías mal pues tendrías que dejar en prenda el reloj y eso no está muy bien visto. A parte, de que te dirán que ya tienen un cajón lleno de D. N. Is. y otro, de diferentes artilugios que dejaron como aval, gentes incautas como tú.
Buenos días.
Un abrazo.
Buenos días.
Un abrazo.