Soledad, Semana Santa 2009
Al final de la Solana
Deza construyó una ermita
(que es la casa de la Virgen)
sencilla pero bonita.
Allí vive todo el año
en un nicho, tapadita
que protege una vidriera
para que esté calentita
al amparo de los vientos
del cierzo y de la ventisca
del bochorno y del solano
del sol y el agua bendita;
De la nieve y el granizo
del rayo y de las centellas
que las tronadas producen
y que resaltan en Ella
esa cara tan bonita
tan radiante y tan serena
pero tan triste y doliente
que está muriendo de pena,
sosteniendo entre sus brazos
aquel hijo que era bueno
yerto, frío y ya sin vida
desclavado de un madero,
mientras por su rostro caen
gruesas lágrimas ardientes…..
que a medida que resbalan
se tornan en diamantes.
A su izquierda está el desnudo
aquel hombre atormentado
pero que muestra serena
su faz de Dios humillado.
Azotado, maltratado y escupido
por hombres sin corazón
que maltratan y hacen daño
tan sólo por diversión
en nombre de una justicia
que Pilatos ignoró
al lavarse aquellas manos
que de sangre las manchó
al condenar, inocente
aquel hombre que era Dios
y aunque sólo fuera un hombre
el amparo…. le negó.
Que las leyes, que son leyes
para el pobre y el señor
se administran justamente
con conciencia y con rigor.
Pues el poder que uno tiene
no se podría ejercer
si no llega de lo alto
y hay que administrarlo bien.
Y no haciendo una gran farsa
para complacer la chusma
que sedienta, está de sangre
y pidiendo está confusa
la crucifixión de Cristo
que será aquel ecce homo
que después de los azotes
cargará sobre sus hombros
aquella cruz tan pesada
que está viendo a su derecha
llevándola el Nazareno
con aquellas pocas fuerzas
que son fuerza de flaqueza
pues tiene que terminar
la Redención ya empezada
y apurar hasta el final
el cáliz que en aquel huerto
su humanidad, apartaba
con una lucha interior
que el sudor que allí sudara
no fueron gotas de agua
pues la angustia originaba
que por los poros del cuerpo
hasta la tierra llegaran
gruesas gotas de su sangre
que el suelo allí se regaba
con manchas que parecían
claveles, que en el huerto se plantaran.
Como si fuera un bandido
lo llevaron maniatado
a Caifás y Ananías
que ya lo habían juzgado
diciendo que vale más
condenar a un inocente
que muera por todo un pueblo
que hacerse ellos los valientes
no llegando a comprender
que a veces muere un caudillo
que libraría a las gentes
de morir en el exilio
o de vivir sojuzgados
por una Roma tirana
que con su bota aplastaba
aquel país que era feudo
de un Dios que siempre velaba
sólo pidiendo que fueran
fieles a toda alianza
que con Noé y Abraham
y en el corazón sembrara
en las entrañas del hombre
para que no se olvidara
y que Cristo con su muerte
selló una nueva alianza.
Alianza que con Sangre
gota a gota derramara
en el monte del Calvario
para que no se olvidara.
Y que su Madre, María
al pié de la cruz estaba
con el corazón deshecho
herido de siete espadas.
Y aquella mujer valiente
es esta que da la cara
y que pasea su angustia
cada año en Semana santa
y que nosotros en Deza
un pueblo que siempre ampara
la llamamos Soledad
y le entregamos el alma
de cariño que tenemos
porque esta Virgen tan guapa
también es madre de todos
siempre pura, Inmaculada…
Y es Madre de nuestro Cristo
de ese Cristo del Consuelo.
que se quedará en la Iglesia
clavado en aquel madero
esperándote paciente
hasta que vayas a verlo
y le cuentes tus trabajos
alegrías y desvelos
y le pidas el perdón
de tus pecados, sincero
que puedes estar seguro
que al amparo de su techo
y de su cara serena…
igual que aquí esta presente
te está escuchando en el Cielo.
Un abrazo.
Al final de la Solana
Deza construyó una ermita
(que es la casa de la Virgen)
sencilla pero bonita.
Allí vive todo el año
en un nicho, tapadita
que protege una vidriera
para que esté calentita
al amparo de los vientos
del cierzo y de la ventisca
del bochorno y del solano
del sol y el agua bendita;
De la nieve y el granizo
del rayo y de las centellas
que las tronadas producen
y que resaltan en Ella
esa cara tan bonita
tan radiante y tan serena
pero tan triste y doliente
que está muriendo de pena,
sosteniendo entre sus brazos
aquel hijo que era bueno
yerto, frío y ya sin vida
desclavado de un madero,
mientras por su rostro caen
gruesas lágrimas ardientes…..
que a medida que resbalan
se tornan en diamantes.
A su izquierda está el desnudo
aquel hombre atormentado
pero que muestra serena
su faz de Dios humillado.
Azotado, maltratado y escupido
por hombres sin corazón
que maltratan y hacen daño
tan sólo por diversión
en nombre de una justicia
que Pilatos ignoró
al lavarse aquellas manos
que de sangre las manchó
al condenar, inocente
aquel hombre que era Dios
y aunque sólo fuera un hombre
el amparo…. le negó.
Que las leyes, que son leyes
para el pobre y el señor
se administran justamente
con conciencia y con rigor.
Pues el poder que uno tiene
no se podría ejercer
si no llega de lo alto
y hay que administrarlo bien.
Y no haciendo una gran farsa
para complacer la chusma
que sedienta, está de sangre
y pidiendo está confusa
la crucifixión de Cristo
que será aquel ecce homo
que después de los azotes
cargará sobre sus hombros
aquella cruz tan pesada
que está viendo a su derecha
llevándola el Nazareno
con aquellas pocas fuerzas
que son fuerza de flaqueza
pues tiene que terminar
la Redención ya empezada
y apurar hasta el final
el cáliz que en aquel huerto
su humanidad, apartaba
con una lucha interior
que el sudor que allí sudara
no fueron gotas de agua
pues la angustia originaba
que por los poros del cuerpo
hasta la tierra llegaran
gruesas gotas de su sangre
que el suelo allí se regaba
con manchas que parecían
claveles, que en el huerto se plantaran.
Como si fuera un bandido
lo llevaron maniatado
a Caifás y Ananías
que ya lo habían juzgado
diciendo que vale más
condenar a un inocente
que muera por todo un pueblo
que hacerse ellos los valientes
no llegando a comprender
que a veces muere un caudillo
que libraría a las gentes
de morir en el exilio
o de vivir sojuzgados
por una Roma tirana
que con su bota aplastaba
aquel país que era feudo
de un Dios que siempre velaba
sólo pidiendo que fueran
fieles a toda alianza
que con Noé y Abraham
y en el corazón sembrara
en las entrañas del hombre
para que no se olvidara
y que Cristo con su muerte
selló una nueva alianza.
Alianza que con Sangre
gota a gota derramara
en el monte del Calvario
para que no se olvidara.
Y que su Madre, María
al pié de la cruz estaba
con el corazón deshecho
herido de siete espadas.
Y aquella mujer valiente
es esta que da la cara
y que pasea su angustia
cada año en Semana santa
y que nosotros en Deza
un pueblo que siempre ampara
la llamamos Soledad
y le entregamos el alma
de cariño que tenemos
porque esta Virgen tan guapa
también es madre de todos
siempre pura, Inmaculada…
Y es Madre de nuestro Cristo
de ese Cristo del Consuelo.
que se quedará en la Iglesia
clavado en aquel madero
esperándote paciente
hasta que vayas a verlo
y le cuentes tus trabajos
alegrías y desvelos
y le pidas el perdón
de tus pecados, sincero
que puedes estar seguro
que al amparo de su techo
y de su cara serena…
igual que aquí esta presente
te está escuchando en el Cielo.
Un abrazo.
