¿tienes un bar?

DEZA: Tengo un amigo que decía con cierta ironía y retranca...

Tengo un amigo que decía con cierta ironía y retranca que a Soria le salvaba el largo y frío invierno de la presencia masiva de forasteros; a lo que añadía, con cierta coña, que habría que sembrar de minas algunos parajes de la provincia. Viene esto a cuento de la actitud de algunos de cuantos nos visitan, por cuanto consideran que pueden hacer de su capa un sayo -motivado por su escasa o nula educación- en cualquier rincón provincial. Ejemplos los hay y los ha habido para llenar varias páginas como ésta. Sólo uno: Recuerdo cuando algunos amigos hacían acampada libre en algún paraje apropiado. El fervor cuasi religioso con el que recogían los desperdicios generados, sin dejar rastro de su presencia, casi imposible de detectar una vez emprendida la marcha, salvo para un rastreador implacable de aquellos indios que veíamos en las películas del oeste; el cuidado extremo en buscar el sitio menos peligroso de incendio para hacer una lumbre con la que asar las chuletas, los chorizos u otras viandas; el mismo cuidado en que no quedaran rescoldos; el respeto al entorno, en suma. Años después asistimos a la invasión de algunas legiones bárbaras de provincias limítrofes y aún más lejanas que pensaban que todo el monte es orégano. (Podría extenderme en algunas historias del entorno del pantano y Playa Pita, pero sería demasiado largo.) Hasta que la Junta tiró por la calle de enmedio y se acabó la acampada libre. Como siempre, pagan justos por pecadores, pero se hace imposible separar el grano de la paja, claro.
Esta Semana Santa me he dado una vuelta por la Laguna Negra. Unos escasos dos kilómetros antes de llegar a sus aguas han cortado el paso a los vehículos, con la única alternativa de subir andando o hacerlo en el autobús que hace el recorrido, previo pago de un euro. Me decía una vigilante que hay quien pone el grito en el cielo por el precio y por la limitación de acceso. Al mediodía tuvieron que limitar la subida de vehículos porque aquello se iba pareciendo cada vez más a la Gran Vía madrileña. Al menos, habría que esperar que todo el mundo cuidara escrupulosamente el entorno. No siempre es así. Aparte de la presión que se ejerce sobre los parajes naturales de la provincia a cambio ¿de qué? El turismo respetuoso puede generar riqueza; el otro, sólo basura.
Para bien o para mal tenemos un largo invierno... a falta de minas.