Hay frases o dichos que pasan a la posteridad, pero que suelen ser tópicos y falsos, cuando no malévolos. Se desconocen sus orígenes concretos, pero su autor, o autores, seguramente se mueven por la envidia, los celos o los piques que se dan entre poblaciones o comunidades vecinas.
Cordobés y hombre de bien, no puede ser. (Ahí va uno). Peor parados salen los pacenses: Badajoz, tierra de Dios, andan los cornudos de dos en dos; o las de Daroca: o puta o loca, lo mismo que las de Loja (Granada) o Noja (Cantabria) sólo que aquí la rima es con coja.
A los sorianos, en general, además de tacaños, nos colocaron el ya antañón:
NUNCA LA GENTE DE SORIA HIZO GRAN BULTO EN LA HISTORIA
Topicazo que nuestro intelectual, Nicolás Rabal, entre otros posteriores, refutó en la introducción de su insuperable "Historia de Soria".
Que le pregunten a la todopoderosa Roma cómo las gastaban nuestro abuelos celtíberos de Numancia; es sabido, entre otras cosas, que el actual calendario que hace comenzar el año en enero vino motivado por las guerras numantinas. Tampoco debió hacer ruido la gente de estas tierras del Duero cuando la morisma; aunque no se pongan de acuerdo los historiadores ¿escaramuza, batalla? lo cierto es que Almanzor quedó tocado por estas latitudes y dio con sus huesos en el séptimo cerrillo de Medinaceli. (A ver quién es el sagaz que averigua de qué cerrillo se trata.) O nuestros héroes en la Guerra de la Independencia.
Y si hablamos de individualidades, no sé si Retógenes Caraunio haría bulto, pero más de un dolor de cabeza si le haría pasar a Escipión y su tropa; por no hablar de la consejera de Felipe IV, nuestra Sor María de Jesús de Ágreda -María Coronel y Arana en el mundo-, o el jesuita adnamantino Diego Laínez que algún bulto debió hacer en el Concilio de Trento; o Julián Sanz del Río, nacido en el pueblecito de Torrearévalo, en las proximidades del acebal de Garagüeta, e introductor del krausismo en España, que tanta influencia tuvo en la Institución Libre de Enseñanza.
Por no seguir cansando al respetable...
Cordobés y hombre de bien, no puede ser. (Ahí va uno). Peor parados salen los pacenses: Badajoz, tierra de Dios, andan los cornudos de dos en dos; o las de Daroca: o puta o loca, lo mismo que las de Loja (Granada) o Noja (Cantabria) sólo que aquí la rima es con coja.
A los sorianos, en general, además de tacaños, nos colocaron el ya antañón:
NUNCA LA GENTE DE SORIA HIZO GRAN BULTO EN LA HISTORIA
Topicazo que nuestro intelectual, Nicolás Rabal, entre otros posteriores, refutó en la introducción de su insuperable "Historia de Soria".
Que le pregunten a la todopoderosa Roma cómo las gastaban nuestro abuelos celtíberos de Numancia; es sabido, entre otras cosas, que el actual calendario que hace comenzar el año en enero vino motivado por las guerras numantinas. Tampoco debió hacer ruido la gente de estas tierras del Duero cuando la morisma; aunque no se pongan de acuerdo los historiadores ¿escaramuza, batalla? lo cierto es que Almanzor quedó tocado por estas latitudes y dio con sus huesos en el séptimo cerrillo de Medinaceli. (A ver quién es el sagaz que averigua de qué cerrillo se trata.) O nuestros héroes en la Guerra de la Independencia.
Y si hablamos de individualidades, no sé si Retógenes Caraunio haría bulto, pero más de un dolor de cabeza si le haría pasar a Escipión y su tropa; por no hablar de la consejera de Felipe IV, nuestra Sor María de Jesús de Ágreda -María Coronel y Arana en el mundo-, o el jesuita adnamantino Diego Laínez que algún bulto debió hacer en el Concilio de Trento; o Julián Sanz del Río, nacido en el pueblecito de Torrearévalo, en las proximidades del acebal de Garagüeta, e introductor del krausismo en España, que tanta influencia tuvo en la Institución Libre de Enseñanza.
Por no seguir cansando al respetable...
De la antigüedad de la frase "NUNCA LA GENTE DE SORIA HIZO GRAN BULTO EN LA HISTORIA" da pruebas Nicolás Rabal que la refuta en el siglo XIX. Su autor o autores, además de errar, como se ha demostrado, podría mantenerla aún menos en la actualidad, porque sorianos los ha habido -antes y después- que si no bulto y en la historia, en sentido estricto, si han hecho ruido en las historias varias. Ruido, al menos de sables, ya hizo el pinariego general Juan Yagüe, al que difícilmente harán hijo adoptivo de Badajoz. También hizo bastante ruido reciente el ínclito burgense Jesús Gil y Gil, presidente del Atleti y capitoste supremo de Marbella donde, sin duda, ha dejado huella. Sorianos conocidos los ha habido en otros ámbitos, como Marcelino Camacho, natural de La Rasa -muy cerquita de El Burgo de Osma- y líder de las CCOO que tan bien sabía deletrear Urdaci, por no hablar de los olímpicos Abel Antón -el maratoniano de Ojuel- y Fermín Cacho, el campeón del 92 en los 1.500, y natural de Ágreda, el pueblo de la Venerable. Hay más sorianos que podrían aparecer por aquí, pero sería extendernos demasiado. De lo que no cabe duda es que la frase de marras no fue muy afortunada, precisamente.