LO QUE SE HA ESCRITO, O SE ESCRIBE, DE DEZA
Hace ya un tiempo que tengo aparcados estos temas. Hoy, que el foro anda tranquilo, porque hay otras cosas de qué ocuparse, y cada uno estará en sus obligaciones -o devociones-, vuelvo a traer a estas páginas lo que otros han dicho, negro sobre blanco, de Deza.
José María Martínez Laseca es un soriano de Almajano que ha desempeñado todo tipo de trabajos relacionados con Soria. En 1986 se publicó su libro "Labrantíos", dentro de la colección de "Temas Sorianos" (nº 11) de las Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria. En el capítulo IX, ARTESANÍA, incluye un apartado titulado "CENTROS ALFAREROS TRADICIONALES DESAPARECIDOS", y dentro de él:
DEZA
"Villa situada en el límite con las provincias de Zaragoza, a 50 kilómetros de Soria capital. Cuenta en la actualidad con 628 habitantes aproximadamente.
Aquí, ya en 1753 Silvestre Febrel de profesión ollero y cantarero disponía de 180 días útiles al año empleado en estas artes, obteniendo por toda ganancia 5 reales al día.
Más adelante iba a ser Clemente Almazán, procedente de Tajueco, quien continuara el oficio. Su hijo, Pedro Almazán Remartínez, -que vivió a caballo entre estos dos últimos siglos- nos ha legado como fruto de su propia iniciativa una "serie de botellas de mesa y adorno" de formas estilizadas, largos cuellos y complicadas asas que les infunden un aspecto sumamente decorativo. Algunas de sus piezas más logradas quedan, en la ermita de San Antonio, muy próxima al último horno, donde se aprecian frescos a base de barros pintados, la misma imagen del Santo y una increíble lámpara repleta de adornos.
En la primera década de este siglo, según relata Blasco Jiménez en su Nomenclator eran cinco las fábricas de botijos, pucheros y cántaros existentes en la localidad.
Pero quizás lo más característico de la extinguida producción alfarera de Deza lo constituyan sus blancos botijos para el agua, conseguidos por la adición de sal común a la masa cerámica durante el proceso de cochura en el horno."
Hace ya un tiempo que tengo aparcados estos temas. Hoy, que el foro anda tranquilo, porque hay otras cosas de qué ocuparse, y cada uno estará en sus obligaciones -o devociones-, vuelvo a traer a estas páginas lo que otros han dicho, negro sobre blanco, de Deza.
José María Martínez Laseca es un soriano de Almajano que ha desempeñado todo tipo de trabajos relacionados con Soria. En 1986 se publicó su libro "Labrantíos", dentro de la colección de "Temas Sorianos" (nº 11) de las Publicaciones de la Excma. Diputación Provincial de Soria. En el capítulo IX, ARTESANÍA, incluye un apartado titulado "CENTROS ALFAREROS TRADICIONALES DESAPARECIDOS", y dentro de él:
DEZA
"Villa situada en el límite con las provincias de Zaragoza, a 50 kilómetros de Soria capital. Cuenta en la actualidad con 628 habitantes aproximadamente.
Aquí, ya en 1753 Silvestre Febrel de profesión ollero y cantarero disponía de 180 días útiles al año empleado en estas artes, obteniendo por toda ganancia 5 reales al día.
Más adelante iba a ser Clemente Almazán, procedente de Tajueco, quien continuara el oficio. Su hijo, Pedro Almazán Remartínez, -que vivió a caballo entre estos dos últimos siglos- nos ha legado como fruto de su propia iniciativa una "serie de botellas de mesa y adorno" de formas estilizadas, largos cuellos y complicadas asas que les infunden un aspecto sumamente decorativo. Algunas de sus piezas más logradas quedan, en la ermita de San Antonio, muy próxima al último horno, donde se aprecian frescos a base de barros pintados, la misma imagen del Santo y una increíble lámpara repleta de adornos.
En la primera década de este siglo, según relata Blasco Jiménez en su Nomenclator eran cinco las fábricas de botijos, pucheros y cántaros existentes en la localidad.
Pero quizás lo más característico de la extinguida producción alfarera de Deza lo constituyan sus blancos botijos para el agua, conseguidos por la adición de sal común a la masa cerámica durante el proceso de cochura en el horno."