Me han contado que las Fiestas estuvieron bien. Los toros muy concurridos pues había mucha gente de fuera. Los toreros un poco flojillos pues les pillaron miedo al ver los toros en la plaza, durante el encierro. Uno de ellos estaba en un burladero y llegó el astado y lo deshizo por completo a cornadas; así que tuvo que huir de allí a todo trapo y ya no se recuperó. Es lo que me ha explicado telefónicamente un buen amigo. Pobres chicos...
Ahora a esperar un año más.
Un abrazo.
Ahora a esperar un año más.
Un abrazo.