estos catorce endecasílabos dedicados a la bella y simpática moza que aparece en la foto.
LA CAMPANA DE SAN JUÁN
Nadie oye ya, campana, tu tañido
porque en el suelo estás decapitada.
Ya nadie más escucha tu llamada
porque yaces inerte, en el olvido.
El bronce de tu fábrica fundido,
que descansa en el suelo delator,
no guiará en las noches al pastor
que al regresar al pueblo está perdido.
Con tristeza te mira el campanero
añorando el bandeo del festivo
viéndote mutilada, sin cabeza.
Y lanzando un suspiro lastimero
recuerda con amor tu porte altivo,
y la alegría que le diste a Deza.
LA CAMPANA DE SAN JUÁN
Nadie oye ya, campana, tu tañido
porque en el suelo estás decapitada.
Ya nadie más escucha tu llamada
porque yaces inerte, en el olvido.
El bronce de tu fábrica fundido,
que descansa en el suelo delator,
no guiará en las noches al pastor
que al regresar al pueblo está perdido.
Con tristeza te mira el campanero
añorando el bandeo del festivo
viéndote mutilada, sin cabeza.
Y lanzando un suspiro lastimero
recuerda con amor tu porte altivo,
y la alegría que le diste a Deza.