Ya he visto pasar a los Reyes Magos por mi barrio y se han portado muy bien. No sé como se habrán enterado que asisto una vez por semana a clases de pintura, mi nueva afición, desde el mes de octubre. El caso es que me han obsequiado con una buena caja de acuarelas y pinceles de los buenos. Mi profesora me reñía porque decía que usaba pinturas de niños y los pinceles eran de lo peor. No obstante está contenta con mi trabajo y ya he pintado mi primer lienzo, que naturalmente es una vista de Deza, con su majestuosa iglesia en el centro, como una clueca cobijando sus polluelos. Ya lo tuve expuesto en una muestra de pinturas, de gente mayor activa, en la ciudad donde resido en la actualidad. En mi casa ocupa un lugar preferente y pronto sacaré de la pared los cuadros de otros más famosos; pero desconocidos para mí. Me decía una persona que llevaba tres años pintando, que tenía en su domicilio, veintitrés cuadros. Yo si aguanto tanto tiempo pintando, lo sabré donde colgarlos de tantos que tendré.
Un abrazo.
Un abrazo.