Y tambien para sentarnos en
invierno los viejecitos a tomar el solecillo de la tarde, que tan ricamente pega en este lugar,
amigo anónimo. Viene bien un descansillo después del paseillo hasta la Soledad. Sobre todo de los que tienen el privilegio de vivir en la zona llana del
pueblo y sin esfuerzo y llanamente, pueden arrastrar sus pies cansados hasta este lugar.
Un abrazo.