Buscar tres pies al gato.
Se dice que se buscan los tres pies al gato cuando se ponen objeciones de difícil justificación, es decir, cuando se buscan argumentos poco creíbles y de imposible sustentación; también cuando buscamos explicaciones complicadas a lo que no tiene doblez. Así le decimos a quien le quiere dar vueltas a un asunto sin llegar a reconocer las cosas tal y como son.
También se dice Buscar cinco pies al gato, y solo tiene cuatro, y parece que esta forma tiene más sentido, ya que si el gato tiene cuatro pies, fácil es encontrar al menos tres y lo realmente rebuscado y complicado es encontrarle un quinto. Y así lo piensa Sebastián de Covarrubias, quien, en su Tesoro de la lengua castellana (1911) pues afirma que originalmente sería buscar cinco pies al gato y que este refrán había evolucionado a esta forma que no tendría sentido si no fuera por la fosilización de su significado original. Narra incluso Covarrubias que hubo quien porfió hasta encontrar el quinto pie, y era la cola. Así se puede añadir una segunda coletilla: Buscar cinco pies al gato, y solo tiene cuatro; ¡no, que son cinco con el rabo!
Un abrazo.
Se dice que se buscan los tres pies al gato cuando se ponen objeciones de difícil justificación, es decir, cuando se buscan argumentos poco creíbles y de imposible sustentación; también cuando buscamos explicaciones complicadas a lo que no tiene doblez. Así le decimos a quien le quiere dar vueltas a un asunto sin llegar a reconocer las cosas tal y como son.
También se dice Buscar cinco pies al gato, y solo tiene cuatro, y parece que esta forma tiene más sentido, ya que si el gato tiene cuatro pies, fácil es encontrar al menos tres y lo realmente rebuscado y complicado es encontrarle un quinto. Y así lo piensa Sebastián de Covarrubias, quien, en su Tesoro de la lengua castellana (1911) pues afirma que originalmente sería buscar cinco pies al gato y que este refrán había evolucionado a esta forma que no tendría sentido si no fuera por la fosilización de su significado original. Narra incluso Covarrubias que hubo quien porfió hasta encontrar el quinto pie, y era la cola. Así se puede añadir una segunda coletilla: Buscar cinco pies al gato, y solo tiene cuatro; ¡no, que son cinco con el rabo!
Un abrazo.