Hay que reciclar...
Esta mañana me ha regalado el Ayuntamiento de mi ciudad, un cubo marrón, unas bolsas biodegradables hechas a partir del maíz y del arroz para echar las materias orgánicas y otros envases (uno verde, otro azul y el otro amarillo) para depositar y separar los diferentes desechos restantes, del hogar, que no son pocos. Y aún quedan otras cosas...
Ha empezado una campaña muy en serio, con objeto de separar de antemano, los desperdicios que tan alegremente generamos, sobre todo los orgánicos...
Disquisiciones aparte, he pensado en lo que se ha hecho toda la vida. El problema que se presenta ahora, es enorme. Tan sencillo que era antes. En mis tiempos de crio, todo iba al corral, del corral al muladar y del muladar a la tierra de cultivo, especialmente a las huertas. La huerta todo lo asimilaba, excepto alguna pequeña cosilla sin importancia, como podía ser, por ejemplo, las suelas de las alpargatas que le costaban un poco más de digerir.
Pues de las suelas de las alpargatas, sacábamos los chicos algún beneficio pues íbamos a rebuscarlas y en la Plaza las cambiábamos por naranjas al trapero de turno. Y por los trapos viejos, nos daban para comprar algún "chiflete" en casa de la tia quincallera. Al final la tierra quedaba limpia de estorbos y alimentada con el resto. Eso si que era reciclar...
En vidrio se guardaba como oro en paño y se rompía muy poco. Las botellas eran una joya que había que guardar. Encima, muchas de ellas las recogían para rellenarlas de nuevo...
¿Diferencias...? Vosotros mismos las podéis contestar.
Un abrazo.
Esta mañana me ha regalado el Ayuntamiento de mi ciudad, un cubo marrón, unas bolsas biodegradables hechas a partir del maíz y del arroz para echar las materias orgánicas y otros envases (uno verde, otro azul y el otro amarillo) para depositar y separar los diferentes desechos restantes, del hogar, que no son pocos. Y aún quedan otras cosas...
Ha empezado una campaña muy en serio, con objeto de separar de antemano, los desperdicios que tan alegremente generamos, sobre todo los orgánicos...
Disquisiciones aparte, he pensado en lo que se ha hecho toda la vida. El problema que se presenta ahora, es enorme. Tan sencillo que era antes. En mis tiempos de crio, todo iba al corral, del corral al muladar y del muladar a la tierra de cultivo, especialmente a las huertas. La huerta todo lo asimilaba, excepto alguna pequeña cosilla sin importancia, como podía ser, por ejemplo, las suelas de las alpargatas que le costaban un poco más de digerir.
Pues de las suelas de las alpargatas, sacábamos los chicos algún beneficio pues íbamos a rebuscarlas y en la Plaza las cambiábamos por naranjas al trapero de turno. Y por los trapos viejos, nos daban para comprar algún "chiflete" en casa de la tia quincallera. Al final la tierra quedaba limpia de estorbos y alimentada con el resto. Eso si que era reciclar...
En vidrio se guardaba como oro en paño y se rompía muy poco. Las botellas eran una joya que había que guardar. Encima, muchas de ellas las recogían para rellenarlas de nuevo...
¿Diferencias...? Vosotros mismos las podéis contestar.
Un abrazo.
