En cierta ocasión, me contaron que con 8 años los padres de mi amigo lo mandaban a dormir el agua. Dormir el agua consistía en esperar a que la tanda de riego te tocase. Las tandas eran muy estrictas, y a veces, tocaba de madrugada. Si el día había sido duro, se mandaba a alguien para que esperase el turno, y casi siempre le tocaba al hermano menor.
Ya me imagino a un niño de unos 8 o 10 años recostarse sobre los carrizos y poner los pies en el surco por donde se esperaba al agua, para en caso de dormirse, el frescor de esta lo despertarse. Mirar al cielo estrellado, sin saber lo que le esperaba en la soledad de la noche, y, ponerse un saco en los pies para que el agua los mojase y lo protegiese de los animales que venían con esta.
Los niños antes, seguro que entendían las necesidades de sus familias, y a una edad muy temprana, asumían responsabilidades hoy impensables.
Un abrazo de Matías.
Ya me imagino a un niño de unos 8 o 10 años recostarse sobre los carrizos y poner los pies en el surco por donde se esperaba al agua, para en caso de dormirse, el frescor de esta lo despertarse. Mirar al cielo estrellado, sin saber lo que le esperaba en la soledad de la noche, y, ponerse un saco en los pies para que el agua los mojase y lo protegiese de los animales que venían con esta.
Los niños antes, seguro que entendían las necesidades de sus familias, y a una edad muy temprana, asumían responsabilidades hoy impensables.
Un abrazo de Matías.