21 MAYO
Santos: Valente, Paterno, Torcuato, Teobaldo, Mancio, obispos; Segundo, presbítero; Timoteo, Polio, Eutiquio, diáconos; Polieucto, Victorio, Donato, Teopompo, Sinesio, Secundino, mártires; Gisela o Isberga, virgen; Isidoro, Varón, Teodoro, Hospicio, confesores; Constantino, emperador.
Quien haya leído el santoral que, cada día, amablemente nos envía "Anónimo - 4305-, habrá observado que esos nombres, prácticamente todos, han caído en desuso. Ahora las Cyntias, Desirées... y los Jonathan, Borja, etc. han sustituido a los "raros" nombres de entonces. De seguir esta moda, no tardarán también en convertirse en rarezas -si ya no lo son- los Juanes, Pedros o Josefas. Quien suscribe ya lo apuntaba hace unos años en "Memorias de Martín Pedraza", cuyo fragmento alusivo traigo a este mensaje:
El vecindario
Muchos de aquellos vecinos de mi barrio procedían de distintos rincones de la provincia. De Vildé, de Trébago o de Peroniel; de Barca o de Fuentecantos. Habían dejado sus pueblos para vivir y trabajar en la ciudad, en busca, sin duda, de una vida mejor. Pero a medida que la capital crecía al ritmo de esta inmigración interior, el campo fue despoblándose al mismo tiempo. Trajeron consigo sus nombres sonoros y antiguos, hoy raros, heredados de sus mayores o tal vez recogidos del santo del día en que nacieron: Agapito, Luciano, Amalia, Teófilo, Dominica, Águeda, Hilario, Petronila, Tomasa…
Santos: Valente, Paterno, Torcuato, Teobaldo, Mancio, obispos; Segundo, presbítero; Timoteo, Polio, Eutiquio, diáconos; Polieucto, Victorio, Donato, Teopompo, Sinesio, Secundino, mártires; Gisela o Isberga, virgen; Isidoro, Varón, Teodoro, Hospicio, confesores; Constantino, emperador.
Quien haya leído el santoral que, cada día, amablemente nos envía "Anónimo - 4305-, habrá observado que esos nombres, prácticamente todos, han caído en desuso. Ahora las Cyntias, Desirées... y los Jonathan, Borja, etc. han sustituido a los "raros" nombres de entonces. De seguir esta moda, no tardarán también en convertirse en rarezas -si ya no lo son- los Juanes, Pedros o Josefas. Quien suscribe ya lo apuntaba hace unos años en "Memorias de Martín Pedraza", cuyo fragmento alusivo traigo a este mensaje:
El vecindario
Muchos de aquellos vecinos de mi barrio procedían de distintos rincones de la provincia. De Vildé, de Trébago o de Peroniel; de Barca o de Fuentecantos. Habían dejado sus pueblos para vivir y trabajar en la ciudad, en busca, sin duda, de una vida mejor. Pero a medida que la capital crecía al ritmo de esta inmigración interior, el campo fue despoblándose al mismo tiempo. Trajeron consigo sus nombres sonoros y antiguos, hoy raros, heredados de sus mayores o tal vez recogidos del santo del día en que nacieron: Agapito, Luciano, Amalia, Teófilo, Dominica, Águeda, Hilario, Petronila, Tomasa…
De Deza puedo decirte varios nombres por si haces colección de ellos.
Voy a escoger unos cuantos al azar:
Fructuoso, Fidencio, Aniceto, Ponciano, Arsenio, Primo, Eulogia, Cristeta, Ambrosio, Feliciano, Crisantos, Crescenciano, Aquilino, Ermelando, Emeterio Sabiniano, Hermetes, Habita, Glicerio, Saturnino, Salustiano, Hermenegildo, Facundo, Eufrosina, Valeriano, Venancio, Teodoro, Virgilio, Florencio, Florentino, Hermógenes, Melquíades, Áurea, Celedonia, Leónides, Sofronia...
Un abrazo.
Voy a escoger unos cuantos al azar:
Fructuoso, Fidencio, Aniceto, Ponciano, Arsenio, Primo, Eulogia, Cristeta, Ambrosio, Feliciano, Crisantos, Crescenciano, Aquilino, Ermelando, Emeterio Sabiniano, Hermetes, Habita, Glicerio, Saturnino, Salustiano, Hermenegildo, Facundo, Eufrosina, Valeriano, Venancio, Teodoro, Virgilio, Florencio, Florentino, Hermógenes, Melquíades, Áurea, Celedonia, Leónides, Sofronia...
Un abrazo.