DEZA: Hemos leído bien. La palabra "rebuscar" era muy usual....

Sanroquillo.

¡Ojo que viene curva...! Si conduces un coche no te extasíes mirando el paisaje pues te puedes ir fuera de la carreta. La vista es muy bonita y merece la pena que le hagas una foto si bien deberías de aparcar el vehiculo que conduces, en un sitio que se pueda y volver a pata. Si fueras de Deza o tuvieses casa en este pueblo ya habrás dado algún paseeo hasta aquí y habrás gozado con el paisaje tan lleno de silencio y de olores de plantas silvestres, sobre todo bien de mañana, antes de salir el sol.

Un abrazo.

Nada más pasar esta curva, a mano derecha se encuentra una cascada de agua que cae formando una cueva. Todo este año ha estado cayendo en abundancia y es muy bonito. Durante mucho tiempo estuvo seca por causa de alguno que desvió el caudal hacia otro sitio. Las tovas de estos parajes tienen por lo menos un millón de años o sea que durante todo este tiempo ha estado manando el líquido elemento tan indispensable para la vida.

Un abrazo.

Muy cerca de aquí, al otro lado del Río Henar que pasa a unos 20 metros hay unos manantiales que se llaman los "Ojos". El agua brota de la tierra y nadie sabe la profundidad que tienen pues no es cosa de andar por allí y que te engullan. Nadie se ha bañado en ellos pues dan mucho respeto con sus aguas, que nos decían las madres, que te llamaban. En tiempos se pescaban muchos cangrejos con una especie de aros en donde se enhebraba una lombriz y se echaban dentro. Después de un ratillo tirabas de la cuerda y subía el cangrejo que se la estaba comiendo y con cuidado... ¡pum! cogido.
Uno más al talego.

Un abrazo.

En Sanroquillo hay varios manantiales; pero el más representativo es la "fuente" que hay al lado de la carretera. Hay que meter la cabeza para beber el agua que no es muy fresca, ya que es termal, aunque eso sí: es muy clara. Ahora la han modificado los de las carreteras y la han echado a perder. Han cambiado la estética del paisaje. Lo mismo a pasado con la cascada cercana que al hacer obras sin mirar mucho el entorno, han fastidiado a las dos: fuente y cascada. Esta es la opinamos de muchos, según comentarios. Habrá también que lo hecho lo encuentre bien. Sobre gustos no se ha escrito nada.

Un abrazo.

Esa chopera que se ve en la fotografía ya no está. La corto su amo y seguramente se aprovecharía para hacer palillos de dientes. De un chopo salen miles de palillos para hacer esos finos palillos con que nos urgamos los dientes. Dicen que no es bueno limpiárselos con esta herramienta; pero muchos tenemos esa mala costumbre de hacerlo. Es mejor usarlos para coger un pinchito cuando vayamos hacer el vermut...
AE arrancar la chopera no estropeó para nada el paisaje pues la vista ahora quizá sea más bonita al contemplarse la sierra allá a lo lejos. Los árboles no dejan ver el bosque se dice machas veces.
¡Qué suerte... pasear por este entorno..!

Un abrazo.

Habrá alguna anécdota de por qué a este paisaje se le llama Sanroquillo. Lo he preguntado mucho y nadie me da una razón convincente. A mí me gustaría saber, si ya antes de hacer la casilla ya se llamaba así el lugar o fue por culpa de la misma, que parece una pequeña ermita, que le pusieron este nombre tan bonito: Sanroquillo.

Un abrazo.

Yo opino que se llama Sanroquillo o ¿San Roquillo? por parecer una ermita pequeña y en este caso de San Roque que tanta devoción hay por las tierras de Castilla y Aragón y que a lo mejor hay alguna que ocupa un lugar, así cómo este. Ya veremos si alguien tiene otra teoría.

Un abrazo

- ¿Hasta donde habéis llegado...?
-Hasta la Casilla del Mariscal.
-Pues hemos ido a Sanroquillo y volver.
-Hemos llegado hasta Peribáñez y allí hemos dado la vuelta.
-Hasta el mojón de Albalate... (Estos los menos o sea los más valientes).
Esta es una conversación muy corriente, entre las gentes de Deza que salen de paseo. Y estos son unos paseos maravillosos y que se ajustan a cada necesidad pues las etapas nombradas van en aumento a medida que vas nombrando. Otros en cambio sus paseos los realizan por Algadir... por la Nevera... por el Tejar hasta dar la vuelta, incluso por la curva de la Dehesa. Otros hacen la de la Soledad que ya sale en alguna parte. Hay para satisfacer a todos

¡Si que habéis madrugado...! Hasta luego. Adiós...

Un abrazo.

Yo conozco a uno o mejor dicho a dos, que hacían sus paseos hasta Almanzorre y más lejos aún. Lo que pasa es que ahora tienen más años y sería muy osado ir tan lejos. No hay que abusar...

Estos paseos solamente los puede dar hoy en día mi quinto Manuel que está hecho un atleta.

Un abrazo.

El paisano nuestro que fue cartero, daba sus paseos en el cementerio de la iglesia y había hecho una senda particular allí mismo, muy cerca de su casa. También se puede hacer footing yendo y viniendo cien veces de lado a lado. Si llueve o truena enseguida estás a cobijo. Es una ventaja que no tienen aquellos que se mojan cuando les pilla un chaparrón o una tronada y vienen a casa remojados como pollitos. Pues si...

Un abrazo.

Recuerdo que un Señor Cura que se llamaba Don Plácido hacía este mismo recorrido antes de celebrar Misa por la mañana y de rezar el Rosario por la tarde. Muchas veces lo vi con otro señor que le llamaban el tio Ropero, que era el padre de la tia Dolores del tio Avelino el tendero.

Un cariñoso recuerdo para ellos.

Un abrazo.

Y ese Almanzorre... ¿Dónde está? ¿Me lo podéis decir? Lo he oído nombrar y no se porque sitio cae. La palabra suena muy bien y es muy fuerte su pronunciación: Al.. Man... Zo... Rre... Gracias.

Un abrazo.

Almanzorre es un paraje de Deza que además tiene una pequeña fuente que mana todo el año. Antes tenía fama de tener un agua muy buena. A tres metros o cuatro tiene una pequeña balsa para abrevar el ganado y la sobrante baja por el barranco. Ahora que ya no se acarrea de las piezas, en este caso sería de las Hoyas y de la Losilla, pues tiene menos utilidad pues apenas beberá nadie. Ahora ya no se bebe directamente de los manantiales al poder estar contaminados. Es norma que si el agua no está tratada previamente pues que no se beba para prevenir complicaciones. Pues bueno a este paraje y a la fuente se va por el siguiente trayecto: Hasta el Tejar, por la carretera que va a Soria. Aquí giras a la izquierda y pasas el puente sobre el Henar que se llama el Puente de la Cuadrilla. Sigues por el camino mas ancho, hacia el NE y llegarás al barranco Serón que es ancho y poco profundo. Si has llegado hasta aquí ya te queda poco pues bordeando el barranco entre montañas encontrarás chopos en el cauce. Ya estás cerca: sólo te falta encontrar la fuente. Por cierto allí hay abandonado un chiringuito que no pinta nada. Siguiendo, siguiendo puedes llegar a las Hoyas; pero tienes otros caminos que te vuelven a Deza y es de de la izquierda que pasa por la cota mil (Mil metros sobre el nivel del mar). Hacia Miñana va el de la derecha, pero está muy lejos a no ser que vayas en todoterreno. Para bici ya es largo el trayecto. A pié ni se te ocurra.

Un abrazo.

Si llegas al monte cuando vas por el Camino de Almanzorre y sigues hacia el Poniente, atravesando Las Hoyas llegarás al final a encontrar un camino que te conducirá a Torlengua. Esto si vas en todoterreno o en moto. A pié casi imposible a no ser que seas un atleta especializado. En el término de Torlengua se encuentran las ruinas de lo que fue el antecesor del Monasterio de Huerta, que se llamaba Cántabos. Precisamente el joven Martín de Finojosa entró de novicio en este monasterio que se conoce que no reunía las condiciones para albergar gran cantidad de frailes. Los cartujos siempre han buscado sitios en donde pudieran sobrevivir con su trabajo y la huerta, donde haya regadío, siempre es más generosa que el secano.

Un abrazo.

En un escrito, José Luis Palacín nos comentaba sus vivencias en estos parajos de la siguiente manera: "En este lugar cargado de magia como tantos otros de nuestro pueblo, cuando llegaba el tiempo de las moras de zarza, los chavales las buscábamos a veces exponiendo nuestro físico. En una ocasión recuerdo haber quedado colgado de un zarzal por coger esa mora hermosa y que estaba un poco lejos. Gracias a que el resto de la cuadrilla tiró de mis pies y aunque muy arañado lograron rescatarme."

Bonito recuerdo.

Un abrazo.

En otro escrito también José Luis exterioriza su amor al pueblo que lo acogió en su infancia, con estas palabras: "Amigos de Deza, soy un enamorado de ese pueblo y aunque no nací en él, pasé allí de los seis a los diez y ocho años. ¿Recordáis la Huertaza? Era el Paraíso Terrenal, había todo tipo de frutales, estanque para bañarse. Recuerdo sobre todo las moreras de moras negras que el tio Victorino y Rogelio nos dejaban tomar y las fiestas de septiembre con su banda de música y los toros que pastaban por la vega. Recuerdo tantas cosas que no pararía de escribir. Tengo escrito hasta un poema al pueblo de mis amores."

"Un abrazo a todos los del pueblo y simpatizantes."

Un abrazo.

Por estos parajes había muchas nogueras, algunas de ellas muy viejas. En nuestro pueblo no se les llama nogales y hay la costumbre de varearlos para tirar las nueces al suelo cuando empieza a abrirse el envoltorio exterior sin esperar a que se desprendan solas. En muchas partes se dejan que se caigan y entonces de recogen ya peladitas y sin la cáscara verde. Por San Roquillo hay muy buenas nogueras; pero al crecer tantas zarzas a su alrededor, le recolección se hace penosa y se perderán muchas nueces. Además para varearlas, casi que es imposible al ser tan altas y anchas. Así que a esperar que caigan pues ahora ya no debe de haber rebuscadores como los había hace 40 años y tiempo habrá de recogerlas de entre la maleza.

Un abrazo.

Hemos leído bien. La palabra "rebuscar" era muy usual. A mi me suena mucho pues en el pueblo había mucha gente que mal vivía siempre rebuscando. Sacaban las patatas, pues después venían los que las rebuscaban y el caso es que siempre encontraban alguna y de vez en cuando gorda. Si estaba el amo presente, (ya que había quién pedía permiso al amo al acabar su faena), se sentía molesto pensando que el rebuscador no iba a encontrar ni "papa" y cogía la mitad que él. Cuando el amo vareaba la noguera y se llevaba hasta las cáscaras pues siempre había quien encontraba su buen talego. Y si era a espigar, lo mismo. Yo que convivía en el mismo barrio con chicos rebuscadores, alguna vez los acompañaba sobre todo a buscar fruta después de cogerla los "pereros" que eran los compradores de fruta en el árbol. Se dejaban muchas pues solo cogían lo mejor. Había un refrán en Deza que decía lo siguiente: En acabándose la fruta, la uva, las judías y lo patatares nos quedamos los pobres a rezar los quince altares. Pronto vendría un largo invierno en el que se comían con pan las bellotas que buscaban y rebuscaban por el monte muchos de nuestros vecinos.

Un abrazo.