Deza se encuentra situada prácticamente en un solana (de cara al sol) por lo que el clima es bastante bueno. Las tardes de invierno, al sol, son deliciosas. Lo eran más en aquellos tiempos en los que las nevadas fueron copiosas y los viejos salían al calorcillo en los rincones más apropiados para contar historias que hoy ya son de café en donde la tele no deja ni escuchar ni siquiera hablar. ¡Cuánto se ha perdido en los pueblos...!
Un abrazo.
Un abrazo.
También tenemos que pensar que el progreso ha sido muy bueno en muchos aspectos. Hoy en día quizá no se tome el sol en la calle porque en casa quizá tenemos calefacción y el calor nos envuelve por todo el cuerpo y por toda la casa. Antes te calentabas al sol por un lado y te helabas por otro y en el hogar nada mas se calentaba el que pillaba el rincón. También hay que contar que cuando echaban una charada, sudábamos la gota gorda. No quiero decir con ello que al sol no se estuviese en la gloria mientras nos acariciaba con sus rayos, pues eran momentos deliciosos y muy agradables ya que lo natural tiene otro regusto especial.
Un abrazo.
Un abrazo.
Yo voy a contaros algunos de los rinconcitos mejores para tomar el sol en el inverno. Uno de ellos estaba encima de la plaza de toros allá en el rincón, otro en la Soledad, otro en el barrio bajero, otro en la Puerta Cihuela, otro en la puerta del tio Iguardillos, otro en la puerta del tio Roque (ambos en el Barriololmo), otro en el cementerio de la Iglesia, otro en la Taranzana en donde hacían los botijos y... Otro y... Otro. Os dejo sitio para que los demás también pongáis alguno pues había muchos más. Recuerdos de mi pueblo Deza.
Un abrazo.
Un abrazo.