DEZA Y BERTRAND DU GUESCLIN
Desde mis lejanos tiempos de bachiller, la figura de Bertrand du Guesclín más que antipática se me ha hecho un tanto odiosa. No sé si influirían entonces los comentarios poco favorables, si es que los hubo, del bueno de mi profesor de Historia –y buen profesor, sin duda-, comentarios que, por cierto, no recuerdo, o por cualquier otra aversión surgida de esos años de juventud. Puede que también fuese por ser el primer duque de Soria, ciudad que antes sólo se debía a su rey, puede que por ser un advenedizo francés, puede que por la perfidia a Pedro I –que también- o por todo esto junto.
Lecturas posteriores sobre el franchute me han hecho ver que mis prejuicios, de serlo, no iban tan descaminados. Resumo lo que se cuenta de él:
“Aquel hombre de cabeza enorme, cuerpo grande, piernas cortas, ojos pequeños, aunque de mirar vivo y penetrante, según un cronista de la época, debía muy pocos favores a la naturaleza: “Yo soy muy feo, decía, para ganarme el afecto de las mujeres; pero en cambio sé hacerme temer de mis enemigos.” Y ciertamente, su fuerza era extraordinaria, manejaba las armas con singular destreza, y no eran muchos los que le aventajaban en dureza y crueldad.”
“…en 1369 se presentó de nuevo en Castilla al frente de su compañía y se unió a don Enrique en el campo de Orgaz. Poco después Enrique y Beltrán ganaron la fácil victoria de Montiel, y terminó la sangrienta lucha entre los dos hermanos, como dice el historiador Lafuente, “con un acto de perfidia y felonía” por parte de Duguesclín. Fingió éste que favorecía la fuga de don Pedro, encerrado en el castillo de Montiel, y lo atrajo a su tienda, donde le esperaba Enrique. Lucharon cuerpo a cuerpo los dos hermanos, y venció Enrique, gracias al supuesto auxilio que le prestó Beltrán. Bien recompensó al francés el nuevo rey de Castilla: antes le había transferido su condado de Trastámara, otorgándole además el ducado de Molina; ahora le dio las poblaciones de Soria, Ágreda, Almazán, Atienza, Deza, Monteagudo de las Vicarías, Morón de Almazán, Serón y otros lugares.
No creo que Deza ganase mucho con personaje tan pérfido y felón, salvo que algún historiador me desmienta. Que puede ser.
Desde mis lejanos tiempos de bachiller, la figura de Bertrand du Guesclín más que antipática se me ha hecho un tanto odiosa. No sé si influirían entonces los comentarios poco favorables, si es que los hubo, del bueno de mi profesor de Historia –y buen profesor, sin duda-, comentarios que, por cierto, no recuerdo, o por cualquier otra aversión surgida de esos años de juventud. Puede que también fuese por ser el primer duque de Soria, ciudad que antes sólo se debía a su rey, puede que por ser un advenedizo francés, puede que por la perfidia a Pedro I –que también- o por todo esto junto.
Lecturas posteriores sobre el franchute me han hecho ver que mis prejuicios, de serlo, no iban tan descaminados. Resumo lo que se cuenta de él:
“Aquel hombre de cabeza enorme, cuerpo grande, piernas cortas, ojos pequeños, aunque de mirar vivo y penetrante, según un cronista de la época, debía muy pocos favores a la naturaleza: “Yo soy muy feo, decía, para ganarme el afecto de las mujeres; pero en cambio sé hacerme temer de mis enemigos.” Y ciertamente, su fuerza era extraordinaria, manejaba las armas con singular destreza, y no eran muchos los que le aventajaban en dureza y crueldad.”
“…en 1369 se presentó de nuevo en Castilla al frente de su compañía y se unió a don Enrique en el campo de Orgaz. Poco después Enrique y Beltrán ganaron la fácil victoria de Montiel, y terminó la sangrienta lucha entre los dos hermanos, como dice el historiador Lafuente, “con un acto de perfidia y felonía” por parte de Duguesclín. Fingió éste que favorecía la fuga de don Pedro, encerrado en el castillo de Montiel, y lo atrajo a su tienda, donde le esperaba Enrique. Lucharon cuerpo a cuerpo los dos hermanos, y venció Enrique, gracias al supuesto auxilio que le prestó Beltrán. Bien recompensó al francés el nuevo rey de Castilla: antes le había transferido su condado de Trastámara, otorgándole además el ducado de Molina; ahora le dio las poblaciones de Soria, Ágreda, Almazán, Atienza, Deza, Monteagudo de las Vicarías, Morón de Almazán, Serón y otros lugares.
No creo que Deza ganase mucho con personaje tan pérfido y felón, salvo que algún historiador me desmienta. Que puede ser.
DEZA Y JEAN IV DE BETHENCOURT
La relación directa de Deza y Jean de Bethencourt puede que nunca se diese. Si se trae aquí es más bien por curiosidad, ya que el normando fue pupilo de Bertrand du Guesclín, señor de la villa rayana. Jean IV de Bethencourt comenzó la conquista y el proceso colonizador de las Canarias –todavía allí algunos se refieren a los españoles peninsulares como los godos-.
Este Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1362-1425), noble de origen normando, era hijo de Jean III quien a su vez luchó en las Compañías Blancas de Bertrand du Guesclín. Su padre murió cuando él tenía dos años y su tutor fue el citado Bertrand du G., quien se preocupó por darle una magnífica cultura poniéndole a disposición de dos preceptores monjes. Paradigma del comerciante corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio. Con un tutor así…
La relación directa de Deza y Jean de Bethencourt puede que nunca se diese. Si se trae aquí es más bien por curiosidad, ya que el normando fue pupilo de Bertrand du Guesclín, señor de la villa rayana. Jean IV de Bethencourt comenzó la conquista y el proceso colonizador de las Canarias –todavía allí algunos se refieren a los españoles peninsulares como los godos-.
Este Jean de Béthencourt o Juan de Bethencourt (1362-1425), noble de origen normando, era hijo de Jean III quien a su vez luchó en las Compañías Blancas de Bertrand du Guesclín. Su padre murió cuando él tenía dos años y su tutor fue el citado Bertrand du G., quien se preocupó por darle una magnífica cultura poniéndole a disposición de dos preceptores monjes. Paradigma del comerciante corsario precapitalista, fue comerciante de telas y participó en expediciones contra Túnez. Las descripciones de la época hablan de un hombre cruel y soberbio. Con un tutor así…