Si a los que tienen altas responsabilidades por su cargo: ministros o ministras, obispos, u otras autoridades, hay que exigirles tacto, ecuanimidad, moderación, sentido común ("seny", que dicen los catalanes), en su forma de obrar, lo mismo habrá que exigirles cada vez que abren la boca por la trascendencia y el eco de us palabras. Eso de que por la boca muere el pez se da con más frecuencia de la deseable. Si ya es delicado el tema del aborto, se explica menos que, en una extraña mezcla de churras y merinas, como decimos en Castilla, un cardenal, Cañizares, se haya descolgado con una lamentable comparación y justificación de los abusos de menores y el aborto. "No es comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios" de Irlanda con "los millones de vidas destruidas por el aborto". Un borrón no limpia otro, añadiríamos. Quizá le parezca poco los abusos físicos, psíquicos y sexuales cometidos a miles de menores en 216 centros católicos irlandeses durante casi 70 años, como se ha recogido últimamente en los medios de comunicación.
Muy fuerte, ¿no?
Pues aún hay más. El obispo de Tenerife, exculpando a los pederastas: "Hay menores de 13 años que están de acuerdo y, además, deseándolo". Más que fuerte.
Y para remate, la revista "Alfa y Omega" de la Archidiócesis del cardenal Rouco Varela. Según la revista, la venta libre de la píldora del día después hace que el sexo se reduzca a entretenimiento. Textual: "Reducido el sexo a simple entretenimiento, ¿qué sentido tiene mantener la violación en el Código Penal? ¿No debería equipararse a otras formas de agresión, como si obligáramos a alguien a divertirse unos minutos?" Fortísimo.
Los violadores y pederastas estarán eufóricos si han leído esto.
Qué lejos de aquél "Amaos los unos a los otros". Declaraciones así hacen más daño que cualquier campaña anticlerical.
Habría que recordarles a estas autoridades de la Iglesia lo que dijo Cristo: “El que acoge en mi nombre a un niño como éste, a mi me acoge. Al que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo tiraran al mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que haya escándalos: pero ¡ay del hombre por el que venga el escándalo!. Si tu mano o tu pie son para ti ocasión de pecado, córtatelos y tíralos lejos de ti. Más te vale entrar en la vida eterna manco o cojo que con las dos manos o los dos pies ser arrojado al fuego eterno. Guardaos de despreciar a uno de estos pequeñuelos, porque yo os digo que sus ángeles en los cielos están continuamente en la presencia de mi Padre celestial”.
Mateo 18, 5-10.
Claro, que de cumplirse, no habría suficientes piedras de molino en todo el mundo, ni prótesis suficientes.
Por lo que dicen y hacen algunas ministras y algunos obispos: ¡vaya troupe!
Muy fuerte, ¿no?
Pues aún hay más. El obispo de Tenerife, exculpando a los pederastas: "Hay menores de 13 años que están de acuerdo y, además, deseándolo". Más que fuerte.
Y para remate, la revista "Alfa y Omega" de la Archidiócesis del cardenal Rouco Varela. Según la revista, la venta libre de la píldora del día después hace que el sexo se reduzca a entretenimiento. Textual: "Reducido el sexo a simple entretenimiento, ¿qué sentido tiene mantener la violación en el Código Penal? ¿No debería equipararse a otras formas de agresión, como si obligáramos a alguien a divertirse unos minutos?" Fortísimo.
Los violadores y pederastas estarán eufóricos si han leído esto.
Qué lejos de aquél "Amaos los unos a los otros". Declaraciones así hacen más daño que cualquier campaña anticlerical.
Habría que recordarles a estas autoridades de la Iglesia lo que dijo Cristo: “El que acoge en mi nombre a un niño como éste, a mi me acoge. Al que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo tiraran al mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que haya escándalos: pero ¡ay del hombre por el que venga el escándalo!. Si tu mano o tu pie son para ti ocasión de pecado, córtatelos y tíralos lejos de ti. Más te vale entrar en la vida eterna manco o cojo que con las dos manos o los dos pies ser arrojado al fuego eterno. Guardaos de despreciar a uno de estos pequeñuelos, porque yo os digo que sus ángeles en los cielos están continuamente en la presencia de mi Padre celestial”.
Mateo 18, 5-10.
Claro, que de cumplirse, no habría suficientes piedras de molino en todo el mundo, ni prótesis suficientes.
Por lo que dicen y hacen algunas ministras y algunos obispos: ¡vaya troupe!