DEZA: La preocupación y el afán de controlar a los moriscos...

LO QUE SE HA ESCRITO, O SE ESCRIBE, DE DEZA

Ana de Almoraví, María Jarquina y Lope Guerrero, a propósito de los bautismos, Juan Caratón, Román Ramírez... han ido apareciendo por este foro como personajes de Deza que siglos pasados tuvieron que ver con esa España Mágica recogida en forma de Diccionario por Ruiz Vega y Sánchez Dragó. La pasada importancia de los moriscos en la vida de Deza daría para muchas páginas. Aunque los dezanos interesados por las cosas de su patria chica serán los que mejor conozcan la historia de Deza, no creo que esté de más traer alguna que otra colaboración para recordación de unos y conocimiento de otros. Éste es un foro abierto.

Luis de Cebeha

Vecino de Deza (Soria), quien en 1569 hizo venir a un morisco del lugar de Brea para que hiciese de cadí en una ceremonia matrimonial, para que le uniera en matrimonio con otra morisca, despreciando la ceremonia cristiana. Lo conocemos por el atestado inquisitorial, lo que significa que fue descubierto y penitenciado por ello.

Rebelión de las Alpujarras.

Principales focos de la rebelión.

La rebelión de las Alpujarras (1567 a 1571) se produjo bajo el reinado de Felipe II como respuesta a un edicto concebido en 1566 (conocido como la Pragmática) que limitaba las libertades religiosas de la población morisca. En 1567 Pedro de Deza, presidente de la Audiencia de Granada, proclamó el edicto y comenzó a hacerlo cumplir. Como consecuencia de la rebelión de las Alpujarras, se dispersaron por la península más de 80000 moriscos.
La población morisca estaba dispuesta a negociar. Sus representantes, Jorge de Baeza y Francisco Núñez Muley, defendieron que las tradiciones perseguidas por el edicto no eran incompatibles con la doctrina cristiana y que el comercio (principal actividad económica de la población morisca) se podía ver afectado con la consiguiente disminución de ingresos reales. Estos argumentos, que anteriormente funcionaron con Carlos I, no lo hicieron con Felipe II.
Tras un año de infructuosas negociaciones, la población morisca granadina decidió levantarse en armas en 1568. No recibieron mucho apoyo en la capital, pero la rebelión se extendió rápidamente por las Alpujarras. El líder del levantamiento morisco era Fernando de Córdoba y Válor-Táboas, descendiente del Califa de Córdoba, que volvió a su nombre árabe de Aben Omeya —también Abén Humeya— y fue proclamado rey cerca de Narila. Uno de sus seguidores era Farax Aben Farax, que fue nombrado alguacil mayor del rey. Un año más tarde fue asesinado, ocupando el puesto de rey su primo Abén Aboo. La rebelión fue apoyada militar y económicamente desde Argelia. De 4.000 insurgentes que había en 1569 se pasó a 25.000 en 1570 (incluyendo bereberes y turcos que la apoyaban con el objetivo de debilitar a Felipe II).
Fue una guerra que comenzó con incursiones y emboscadas, pues sorprendió a Felipe II con la mayoría de sus tercios en los Países Bajos. Ante el peligro de extensión de la revuelta, en 1570 Juan de Austria lideró un ejército regular traído de Italia y España oriental para sustituir a la milicia andaluza, el cual acabó con la revuelta en 1571. Los últimos rebeldes, tras la destrucción del castillo de Juviles, antigua taha, fueron asediados en sus cuevas, en una de las cuales (la de Bérchules) Aben Aboo murió apuñalado por sus seguidores.
Los moriscos de Granada (donde había un gran número) fueron dispersados hacia otros lugares de la Corona de Castilla, Galicia, Reino de León y la Mancha.

Seguiremos...

Un abrazo.

Al principio del siglo XV se documentan varias alhamas de la cuales las más destacadas son Medinaceli, Molina y Deza. Los pechos y servicios impuestos a los moriscos durante la mitad de este siglo permitan conocer el número y tamaño aproximado de las alhamas. Según ello vemos que la diócesis de Sigüenza cuenta con la población musulmana más abundante con tendencia incluso a aumentar, siendo las más importantes de todas, las alhamas de Deza y de Molina.

Seguiremos.

Un abrazo.

En el año 1502 se decretó la conversión al cristianismo de todos los mudéjares de la corona de Castilla, la cual se llevó a efecto aquel mismo año. Desde el momento de la conversión, los moriscos pasan a estar bajo vigilancia y jurisdicción del Santo Oficio. Si antes su situación legal de musulmanes les libraba por crímenes religiosos, salvo en casos excepcionales, como hacer proselitismo, a partir de momento de la conversión, estaían perpetuemente sujetos a las sospechas de apostasía y herejía.
Desde los primeros años del siglo los moriscos se quejaron de la persecución inquisitorisl, de los abusos en penas de dindero y en las confiscaciones de sus bienes. Tanto fue así que fueron necesarios varios edictos de gracia para aliviar la situación de los conversos.
Con anterioridad a 1570 ya habían sido procesados moriscos en Deza, Molina y Almazán, dióceisi de Sigüenza. No obstante durante el periodo de 1502-1570, no se puede decir que exista el problema morisco en estos pueblos. En realidad en nuestro pueblo como en el resto de Castilla, no existirá un verdadero problema morisco hasta la llegada de los granadinos.
De hecho en 1570 ya tenemos dos procesos en el Tribunal de la Inquisición de Cuenca, el de Luis de Cebeha y de Ana Almoraví, leg. 349, nº 3369 y leg. 249, nº 3352.

Continuará.

Un abrazo.

Los mudéjares.

Los moriscos descendían de los mudéjares, del árabe mudadjan (sirviente), término que se aplicaba a los musulmanes que permanecieron bajo dominación cristiana después de la Reconquista, y abona­ban un tributo al señor cristiano; el arte realizado por los artesanos de estas comunidades y por los cristianos iniciados, intensamente influenciado por el arte musulmán, se llama de la misma manera.

Reinando Alfonso VIII había residiendo en Deza una importante población musulmana que era tolerada y protegida y que recibe su propio furo a fin incluso de atraer mas pobladores moros, según se pude ver "... et otorga a todos los moros pobladores que vinieren a poblar Deça tal fuero, que en cada anno den la quinta parte de todos los frucctos que labraren, et cada uno de ellos de dos mencales por razón de fondadera cada anno por março... Que ningún moro de Deça sea empenado por moro ni aún por cristiano, nin por su sennor, nin el cristiano non sea empenado por moro..."

Continuará.

Un abrazo.

Por toda Castilla, durante la Baja Edad Media, la población mudéjar fue poco numerosa, de carácter generalmente urbano y se hallaba muy integrada con la población cristiana. En cambio en Aragón era muy elevada.
Durante los siglos XII, XIV y XV la emigración de mudéjares castellanos al reino de Granada (pese a los esfuerzos que se hicieron muchas veces por retenerlos) fue continua y en aumento a medida que se les iban cercenando derechos y privilegios e incrementando los impuestos de una manera exorbitante. Los mudéjares en un movimiento de dispersión, tienden a abandonar las poblaciones grandes.
Los pechos y servicios impuestos a los mudéjares en la mitad del siglo XV nos permitan conocer el número y tamaño de las alhamas. Según estos impuestos, es la diócesis de Sigüenza la que cuenta con una población musulmana más abundante, con cierta tendencia a aumentar. Las más importantes de todas, son las alhamas de Deza y de Molina.

Un abrazo.

Después de la expulsión de los moriscos del reino de Granada es casi imposible establecer en que proporción numérica se establecieron en el centro de Castilla aunque parece ser que llegó hasta el 10% respecto a los cristianos viejos. Está cifra hay quien la considerarla excesiva incluso teniendo en cuenta las zonas toledanas de mayor densidad morisca.
A pesar de lo aparentemente exiguo del número de moriscos, no parece que en ningún momento dejaran de causar quebraderos de cabeza a la Administración. La preocupación primordial desde la llegada de los granadinos es el problema de la listas: Que se sepa en que lugares viven y en que número, que no se ausenten de las localidades que se les ha asignado y en las que están listados.

Un abrazo

La preocupación y el afán de controlar a los moriscos se plasman en una serie de listas y padrones que de ellos se confeccionaron en diversos momentos. Los censos más importantes y completos son los que se llevaron a cabo por el Santo Oficio en 1589. Deza consta como población de más de 100 moriscos censados.
La población morisca no sólo no aumenta, sino que disminuye sensiblemente durante toda la mitad del siglo XVI principalmente a causa de la emigración que se realiza lentamente a pesar de los asentamientos fijos y falta de pasaportes, dirigiéndose principalmente hacia zonas de densa población morisca tal como Toledo o Murcia donde se emplearan en el trato de la seda.

Un abrazo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
En cuanto a su situación social y a sus actividades profesionales los moriscos de nuestra región son un grupo alógeno o sea que se considera una raza aparte de la sociedad con la que conviven y generalmente constituyen una mano de obra barata. Se dedicaban a las labores del campo principalmente, ocupándose de las tareas más bajas y menospreciadas: Braceros y hortelanos.
Con la llegada de los granadinos prosperaron los jornaleros agrícolas, llegando hasta la posesión de animales y útiles de labranza ... (ver texto completo)