CUANDO LOS APELLIDOS TIENEN OTRO SIGNIFICADO
En Soria capital, al menos en la época que me tocó vivir allí, hace unas décadas, los apellidos todavía tenían un significado social como podría corroborrar más de un amigo de entonces. Sin llegar al sistema de castas de la India, ni las "familias" italianas, había distinciones entre los que, a modo de sagas, pertenecían a tal o cual apellido. Apellidarse de tal o cual manera, significaba que se pertenecía a tal o cual familia, normalmente de cierta relevancia social y económica con las connotaciones que suponía en una pequeña ciudad bastante cerrada como Soria. Incluso, como ya se apuntó aquí a propósito de las "Memorias de Martín Pedraza" en algún colegio de monjas había segregaciones pues no era conveniente mezclar las churras con las merinas... por si la fiebre aftosa, supongo.
Luego, ya en la diáspora, el aire de las grandes ciudades fue otro, si acaso, enrarecido por causas ambientales, no sociales.
En Soria capital, al menos en la época que me tocó vivir allí, hace unas décadas, los apellidos todavía tenían un significado social como podría corroborrar más de un amigo de entonces. Sin llegar al sistema de castas de la India, ni las "familias" italianas, había distinciones entre los que, a modo de sagas, pertenecían a tal o cual apellido. Apellidarse de tal o cual manera, significaba que se pertenecía a tal o cual familia, normalmente de cierta relevancia social y económica con las connotaciones que suponía en una pequeña ciudad bastante cerrada como Soria. Incluso, como ya se apuntó aquí a propósito de las "Memorias de Martín Pedraza" en algún colegio de monjas había segregaciones pues no era conveniente mezclar las churras con las merinas... por si la fiebre aftosa, supongo.
Luego, ya en la diáspora, el aire de las grandes ciudades fue otro, si acaso, enrarecido por causas ambientales, no sociales.
El verano pasado, a propósito de los apellidos, pasamos un rato divertidos escuchando a un amigo comentar un caso ocurrido a un abertzale al rastrear la procedencia de su apellido. Preocupado el hombre por su "pedigrí", hizo algunos kilómetros hasta la capital -no sé si Vitoria o San Sebastián- a fin de indagar sus apellidos hasta donde el árbol genealógico diese de sí. Y mira por dónde, entre los Goicoechea, Aguirreche, vg. y demás, se topó con un disonante por innesperado "Expósito", de un antepasado suyo. Parece ser -pues un familiar muy próximo lo ratificaba- que el viaje de vuelta fue parecido a un calvario, lágrimas incluidas, por tener que soportar en su linaje semejante baldón. Pues expósito, inclusero u hospiciano son sinónimos de algo que no podía soportar su presunta pureza de sangre.
El comentario, a modo de apostilla, del amigo que nos lo contó, un soriano con un hondo sentido del humor a pesar de su aparente carácter adusto, nos hizo sonreír: "Pues anda que a mí me la trae floja si mi abuelo fue un negrero, un santo varón o un macarra". Al fin y al cabo, cada uno es cada uno, si se me permite la tautología. Apellidos...
El comentario, a modo de apostilla, del amigo que nos lo contó, un soriano con un hondo sentido del humor a pesar de su aparente carácter adusto, nos hizo sonreír: "Pues anda que a mí me la trae floja si mi abuelo fue un negrero, un santo varón o un macarra". Al fin y al cabo, cada uno es cada uno, si se me permite la tautología. Apellidos...