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LOS ÚLTIMOS Y LOS PRIMEROS
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Un propietario salió al amanecer a contratar jornaleros para su viña. Después de acordar con ellos el jornal adecuado, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo:
-- Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo que es justo.
Y ellos fueron.
Salió de nuevo hacia el mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Saliendo también al finalizar la tarde, encontró a otros desocupados y les dijo:
-- ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?
Le respondieron:
-- Nadie nos ha contratado.
El les dijo:
-- Pues id también vosotros a la viña.
Cuando oscureció, dijo el dueño a su encargado:
-- Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
Llegaron los del atardecer y cobraron cada uno el jornal entero.
Al llegar los primeros pensaron que les darían más, pero también recibieron el mismo jornal por cabeza.
Al recibirlo se pusieron a protestar contra el propietario:
-- Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos cargado con el peso del día y el bochorno.
El dueño repuso a uno de ellos:
-- Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en lo que te estoy pagando? Toma lo tuyo y vete tranquilo. Quiero darle a este último lo mismo que a tí. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos?, ¿o ves tú con malos ojos que yo sea generoso?.
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Comentarios:
1- El fiel cumplimiento de los acuerdos mutuos debe ser el punto más importante de toda buena relación interpersonal.
2- Nuestros acuerdos con otra persona deben mirarse con exclusividad, sin que tengamos que compararlo con los acuerdos ajenos. Si queremos comparar con otros, hagamóslo antes de llegar al acuerdo, no después.
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Un propietario salió al amanecer a contratar jornaleros para su viña. Después de acordar con ellos el jornal adecuado, los mandó a la viña.
Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo:
-- Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo que es justo.
Y ellos fueron.
Salió de nuevo hacia el mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Saliendo también al finalizar la tarde, encontró a otros desocupados y les dijo:
-- ¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?
Le respondieron:
-- Nadie nos ha contratado.
El les dijo:
-- Pues id también vosotros a la viña.
Cuando oscureció, dijo el dueño a su encargado:
-- Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
Llegaron los del atardecer y cobraron cada uno el jornal entero.
Al llegar los primeros pensaron que les darían más, pero también recibieron el mismo jornal por cabeza.
Al recibirlo se pusieron a protestar contra el propietario:
-- Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos cargado con el peso del día y el bochorno.
El dueño repuso a uno de ellos:
-- Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en lo que te estoy pagando? Toma lo tuyo y vete tranquilo. Quiero darle a este último lo mismo que a tí. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos?, ¿o ves tú con malos ojos que yo sea generoso?.
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Comentarios:
1- El fiel cumplimiento de los acuerdos mutuos debe ser el punto más importante de toda buena relación interpersonal.
2- Nuestros acuerdos con otra persona deben mirarse con exclusividad, sin que tengamos que compararlo con los acuerdos ajenos. Si queremos comparar con otros, hagamóslo antes de llegar al acuerdo, no después.
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