Queridos amigos de Deza: Cuando vivía allí, presumía de ser de Zaragoza, ahora que vivo aquí, presumo de ser también de Deza. Los que teneis la fortuna de vivir en este pueblo entrañable y bello, o los que vais con frecuencia, podeis disfrutar de ese paraíso de manantiales por doquier. Aún era más bonito cuando la vega estaba poblada por muchos árboles frutales y amplias choperas. El otro día escribía Perfeval sobre las visitas que hacian al pueblo esos grupos de comediantes y circenses, amén de tratantes, afiladores y otros. Yo recuerdo un invierno que llegó una compañía de teatro que se llamaba Lemos-Vela. Cayó una nevada de impresión y se vieron obligados a permanecer bastante tiempo. Cada día hacían una obra nueva, con bastante dignidad. No sé cómo solucionarian el asunto de vestuario, me imagino que repitiendo en muchas funciones. ¡Qué tiempos aquellos! Os deseo a todos un verano fresco en nuestra querida villa.