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DEZA: LA CRISTIANIZACIÓN (IV)...

LA CRISTIANIZACIÓN (IV)
Con la llegada del cristianismo, la Noche de San Juan se mantuvo, pero perdió su carácter mágico y adoptó un nuevo significado. Según los textos sagrados, Zacarías, que había enmudecido por dudar del embarazo de su mujer, mandó encender una hoguera para anunciar a sus parientes el nacimiento de su hijo, Juan Bautista, que coincidía con la noche de solsticio de verano.
Durante toda su vida se dedicó a predicar el bautismo por inmersión. Su simbolismo era y es, la regeneración por la cual renacemos a la vida espiritual, mediante un lavado externo para indicar una purificación interior. En las aguas del río Jordán bautizó a muchas personas, incluyendo a Jesús. Murió decapitado por orden del rey Herodes, y su cabeza entregada en una bandeja a la hija de Herodías como regalo.
Para conmemorar esa fecha, los cristianos del medievo encendían grandes hogueras y celebraban diversos ritos a su alrededor. En ellos siempre estaba presente la señal de la Cruz.
La Iglesia Católica celebra el 24 de junio el nacimiento de Juan el Bautista. Se dice que en la víspera de ese día, a la media noche, las aguas son bendecidas y adquieren poderes especiales, como curar enfermedades, purificar el alma y alejar todo lo malo. Este es el motivo por el cual muchos van a la playa, un lago o un río cercano en esa fecha, y justo a las 12 de la madrugada se sumergen, en recordación del acto del bautismo que predicaba Juan.