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DEZA: EL ZORRO (2)...

EL ZORRO (2)
Los zorros son muy inteligentes y unos expertos supervivientes. Cuanto más problemas se encuentran en el monte, como los incendios, la falta de presas, trampas de cazadores, batidas, etc.. más agudizan su ingenio para perpetuar su especie. Su alimentación esta basada principalmente en conejos, roedores y aves variadas, aunque su instinto y penurias le llevan a perder el respeto a los hombres para adentrarse en sus casas y atacar gallineros, rebuscar en la basura, o incluso entrar en la vivienda hasta dar con despensas de alimentos.
El pelaje abundante varía de color según la especie y las épocas del año. Estas pieles son apreciadas, en especial la del zorro ártico, para la vestimenta humana.
Vive en madrigueras abandonadas por otros animales o en un agujero que excava en la tierra, que agranda según las necesidades.
Es curioso el caso del zorro macho, que si mantiene relaciones sexuales con una hembra, ya no vuelve casi con toda probabilidad a tener con otra hembra diferente. Se hace con su olor y lo relaciona con el coito por lo que es fiel por naturaleza. La zorra hembra, sin embargo, no tiene ningún reparo en realizar el coito con varios machos incluso en el mismo día. En épocas de apareamiento, su necesidad de fornicar es tal, que se vuelve agresiva y violenta con los machos si es rechazada para estos menesteres.
La zorra tiene entre tres y siete hijos que nacen con los ojos cerrados, que recién abren después de nueve días. Se amamantan durante seis meses.
El zorro es un animal nocturno y solitario. Excepto en épocas de apareamiento, que es rondado por las zorras, su vida transcurre vagando por los montes procurándose el sustento noche a noche, esperando, agazapado, que llegue el momento adecuado para salir a escena y atacar.
Me atrae también su aspecto físico. Ese cuerpo estilizado, ese rabo tan característico, ese hocico puntiagudo, con orejas triangulares y ojos vivaces me han parecido siempre la forma perfecta de representar a un alma siniestra, solitaria y aventurera en la tierra.
De ese modo, un animal como este, que le he tenido siempre tanta devoción, tenia que homenajearlo.
Por cierto, mi apellido, es Raposo.