Buenas noches Deza: Acabo de enterarme que lleváis tres días sin salir a tomar el fresco por la noche, por causa del cierzo que sopla con fuerza. Y los bares tendrán sus sillas vacías en la calle, porque allí no hay quien pare. Y no digamos nada del agua de las piscinas; bueno quizá el agua esté mejor que el ambiente; pero malo de todas maneras.
Mi abuela, una vez que se enteró que un nieto suyo festejaba con una soriana dijo: Ay hijo mío, de Soria ni aire ni novia. Es un refrán que se usaba mucho en Deza. Y es que el aire que viene de arriba, de Soria, de Castilla en general es aire fuerte y frío hasta en verano. Muchas veces mi padre se quedaba un rato más trillando porque era de día y se ponía su chaqueta de pana y nos mandaba a los chicos a casita. (Lo que hacíamos era irnos a jugar por el pueblo que de eso nunca se perdían las ganas).
Y es que allí había que tener mucho coraje para luchar contra los elementos.
Un abrazo.
Mi abuela, una vez que se enteró que un nieto suyo festejaba con una soriana dijo: Ay hijo mío, de Soria ni aire ni novia. Es un refrán que se usaba mucho en Deza. Y es que el aire que viene de arriba, de Soria, de Castilla en general es aire fuerte y frío hasta en verano. Muchas veces mi padre se quedaba un rato más trillando porque era de día y se ponía su chaqueta de pana y nos mandaba a los chicos a casita. (Lo que hacíamos era irnos a jugar por el pueblo que de eso nunca se perdían las ganas).
Y es que allí había que tener mucho coraje para luchar contra los elementos.
Un abrazo.
Buenos días Deza:
El sol y el viento discutían para ver quién era el más fuerte
El viento decía: ¿Ves aquel anciano envuelto en una capa?.
Te apuesto a que le haré quitar la capa más rápido que tú.
Se ocultó el sol tras una nube y comenzó a soplar el viento,
cada vez con más fuerza, hasta ser casi un ciclón,
pero cuanto más soplaba
tanto más se envolvía el hombre en la capa.
Por fin el viento se calmó y se declaró vencido.
Y entonces salió el sol
y sonrió benignamente sobre el anciano.
No pasó mucho tiempo hasta que el anciano,
acalorado por la tibieza del sol, se quitó la capa.
El sol demostró entonces al viento que la suavidad
y el amor de los abrazos son más poderosos
que la furia y la fuerza.
Un abrazo.
El sol y el viento discutían para ver quién era el más fuerte
El viento decía: ¿Ves aquel anciano envuelto en una capa?.
Te apuesto a que le haré quitar la capa más rápido que tú.
Se ocultó el sol tras una nube y comenzó a soplar el viento,
cada vez con más fuerza, hasta ser casi un ciclón,
pero cuanto más soplaba
tanto más se envolvía el hombre en la capa.
Por fin el viento se calmó y se declaró vencido.
Y entonces salió el sol
y sonrió benignamente sobre el anciano.
No pasó mucho tiempo hasta que el anciano,
acalorado por la tibieza del sol, se quitó la capa.
El sol demostró entonces al viento que la suavidad
y el amor de los abrazos son más poderosos
que la furia y la fuerza.
Un abrazo.