Luz ahora: 0,10557 €/kWh

DEZA: Jota valenciana....

Jota aragonesa.
La jota aragonesa es la más conocida de las manifestaciones del folclore musical de Aragón. Se podría fechar su origen hacia finales del siglo XVIII, gozando su mayor esplendor durante el siglo XIX, adquiriendo gran auge tras la Guerra de la Independencia. Su bravura, la elegancia de sus formas, la difícil ejecución de sus pasos de baile y la peculiar forma de cantar, han hecho que la jota evolucionara, y que desde finales del siglo XIX, fuera llevada a los escenarios como espectáculo. La jota fue incluida en zarzuelas, películas, coreografiada para grandes festivales, llevada a concursos y certámenes...

Los estilos de baile, llamados puros, por haberse conservado hasta nuestros días, son los correspondientes a las localidades de Calanda, Alcañiz, Andorra, Albalate y Zaragoza. Hoy en día existen infinidad de coreografías modernas realizadas por y para los grupos folclóricos, jotas que han sido rescatadas, entre las más populares en los repertorios se encuentran: Jota de San Lorenzo (Huesca), Jota vieja, Aragón tierra bravía, Gigantes y cabezudos, La Dolores (éstas últimas pertenecen a las zarzuelas del mismo nombre), la danza de la Olivera...

Muy importantes son también, otros bailes muy relacionados con la jota, como los boleros del siglo XVIII, destacando el de Alcañiz, el de Caspe, y el de Sallent de Gállego, que aunque hoy día están muy influidos por la jota, en su día gozaron de gran popularidad, y se bailaban acompañados de dulzainas y tambores, como en la Jota Hurtada de Albarracín. Otras danzas singulares, eran la Gitanilla de Andorra, con cintas, hoy coreografiada como Danza de Andorra, la danza de los pañuelos de Remolinos, o las danzas decimonónicas del Pirineo, tales como el Cadril, el Villano, la Canastera o el Tin tan.

Entre los cantantes destacan la figuras de grandes joteros como Pedro Nadal «el Royo del Rabal», Mariano Malandía «el Tuerto de las Tenerías», Juanito Pardo, Cecilio Navarro, Jesús Gracia, José Iranzo «el Pastor de Andorra» y del gran José Oto. Entre las voces femeninas se pueden señalar las de Asunción Delmás, Pilar Gascón, Jacinta Bartolomé, Pascuala Perié, Felisa Galé o Pilar de las Heras.

Un abrazo.

Jota navarra-riojana.
Junto con la aragonesa conforman las famosas jotas del Ebro. Los joteros y joteras de éste tipo de cante visten con pantalón o falda blanca, alpargatas blancas con cintas rojas, faja roja, camisa blanca y pañuelo rojo. Las letras de las canciones son versos populares, en algunos de los casos referidos a temas del día a día tradicional de las personas por los que fueron compuestas. Un ejemplo son las jotas a la vendimia o cantos a Navarra en sí misma. Otros temas son los familiares, del campo o del amor y desamor. Normalmente la parte instrumental de la actuación está protagonizada por una rondalla. Existen escuelas de jota a lo largo de todo el valle del Ebro a su paso por La Rioja y Navarra, y también es muy popular en Miranda de Ebro, Tudela, entre otras muchas. Se realizan diversos concursos de este arte que es uno de los máximos exponentes de la cultura de esta zona.

Un abrazo.

Jota montañesa.

La jota montañesa también conocida como baile "A lu altu y a lu baju". Algunas personas dicen que la jota montañesa es una variante de las demás jotas españolas, con sus acusadas particularidades. La jota montañesa es de suma elegancia, con movimientos de manos suaves y ondulatorios, más lenta y señorial que las demás. Las mujeres deben, pues, moverse apenas, casi únicamente las manos, los brazos y los pies llevando el compás, sin los movimientos bruscos que ahora se ven y que son propios de otras zonas de la Península, y con los ojos bajos, fijos en los pies del danzante durante la primera parte de la ejecución. Cuando hay más mozos que mozas, los desparejados se dedican a "revolver", es decir, entran en el baile y quitan el sitio a los que ya están bailando, interponiéndose entre éstos y su pareja. No sólo por pandereteras debe ser acompañada la jota. En la ciudad de Santander sabemos que se contrataban gaiteros. En Cabuérniga y en el resto del occidente cántabro se tocaba con gaita y tambor, y por supuesto, más modernamente con el pitu montañés, pitu y el tambor. En Carmona llevaban los mozos "triscos", pequeñas tarrañuelas. Se llamaba "pajariteu" al movimiento suave de caderas de la moza casi sin apenas notarse, "rusquiu" al jugueteo y escarceo, "triscar" al galope dado con los dedos pulgar y corazón produciendo un chasquido al compás, y "tijireta" al trenzado de los pies de los mozos.

Un abrazo.

Jota castellana.

La jota castellana (tanto de la región castellano y leonesa como de la castellano-manchega) se suele acompañar con guitarras, bandurrias, laúdes, dulzaina y tamboril. Todo mientras la pareja de bailarines danza manteniendo las manos encima de la cabeza, ocasionalmente acompañandos de castañuelas. La jota castellana, se baila con los característicos pasos saltados, un poco picada, y es más sobria y menos movida y airosa que la de Aragón. La música va frecuentemente acompañada por canciones que reciben el nombre de coplas. Éstas a veces tratan del amor, de las bodas (en las que se daban consejos y alabanzas a los novios), de la vida o de su religiosidad, pero casi siempre se caracterizan por su picaresca y gran sentido del humor.

La jota manchega, típica del lugar, tiene como característica propia que tiene rasgos de ronda. A muchas jotas manchegas se las conoce por «Jota del Mantecado», ya que era frecuente cantarlas y bailarlas en fechas cercanas a la Navidad (y también en otras fechas señaladas).

Un abrazo.

Jota valenciana.
La jota valenciana recuerda a los bailes de salón por sus candenciosos movimientos. Muchos pueblos tienen su jota, como la valenciana, la Jota Vallera (Tabernes de Valldigna), la cofrentina, la moixentina, del postiguet, la de Carlet o u i dos, la de Villena, etc.

un abrazo.